Al volante, alcohol cero: ¿Cuánto tarda en “limpiarse” el organismo para poder manejar?

Claves para comprender cómo viaja el alcohol por el cuerpo de cada individuo. Principales factores que influyen en su metabolización, descomposición y eliminación.

Cada vez son más las personas que se suman a la enorme mayoría que acompaña y entiende que atrás de ese control está el cuidado de la vida. Crédito: Segurarse.

Aun en cantidades mínimas, la ingesta de alcohol aumenta hasta tres veces la posibilidad de protagonizar un siniestro vial: su consumo disminuye las capacidades motoras y de visión, perjudica la toma de decisiones al volante, ralentiza los reflejos y reduce la atención y la agudeza visual. Además, suele provocar una falsa sensación de seguridad y pérdida de inhibiciones, una situación que puede fomentar que los conductores realicen conductas temerarias, como exceder la velocidad y/o no utilizar el cinturón de seguridad o casco. Si a todo esto se le suma el hecho de que Argentina avanza considerablemente en reducir a cero la tolerancia de alcohol al volante, conocer el tiempo que debe pasar para limpiar el organismo de alcohol después de consumirlo, es un punto clave.

“El hígado es capaz de metabolizar 0,12 g/l de alcohol en sangre cada hora, con lo cual el proceso de eliminación (dependiendo del alcohol consumido) podría llegar a finalizar incluso 19 horas después”, afirma Marta Braschi, médica toxicóloga del Hospital de Niños Niños Ricardo Gutiérrez y del Dispositivo Pavlosvky.

En diálogo con la Agencia de noticias científicas de la UNQ, explica que la absorción del alcohol y su eliminación del organismo no es algo lineal ni responde a un patrón general. “Depende del sexo, de la edad, de si estás en ayunas o no, de si estás tomando alguna medicación, y también de cuestiones genéticas”.

¿Cómo se metaboliza la ingesta de alcohol?

El alcohol es metabolizado por varios procesos o vías. La más común de estas vías involucra dos enzimas: alcohol deshidrogenasa (ADH) y aldehído deshidrogenasa (ALDH). Estas enzimas ayudan a romper la molécula de alcohol, lo que hace posible eliminarla del cuerpo. ¿Cómo es el circuito? El alcohol llega al estómago, donde actúa el ADH. Éste digiere un 20 por ciento del etanol, eliminándose antes de que pueda llegar a ser absorbido en el estómago. El 80 por ciento restante se absorbe en el estómago y duodeno, y circula por sangre a través de todo el organismo.

Al llegar al hígado, donde también hay enzimas ADH, además de ALDH, se inicia la eliminación total del etanol. Pero el ritmo al que puede eliminarlo el hígado es constante, siendo en una persona de 70 kg, de 8-12 ml/hora, independientemente del grado de alcohol en sangre. Es decir, el etanol de un vaso de whisky, con un 12 ml de etanol, tardará una hora en ser eliminado. En paralelo, una pequeña cantidad de alcohol consigue eliminarse por orina, sudor y aliento, sin sufrir metabolismo. 

Existen además otros circuitos de eliminación del etanol, catalasa y MEOS (sistema microsomal de oxidación del etanol) en el hígado, que se activa únicamente si el nivel de alcohol es muy elevado. Si en algún momento el nivel de alcohol en sangre llega a 2,5 g/l, el cuerpo pone en marcha el mecanismo del vómito. Hasta que todo el alcohol ingerido no haya sido eliminado por completo, el remanente circulará, actuando sobre cerebro y tejidos.

Sin embargo, este circuito puede verse alterado. Si el alcohol se ingiere con alimentos, especialmente aquellos ricos en grasas, éstos permanecerán más tiempo en el estómago, las enzimas ADH actuarán y se eliminará el etanol en mayor proporción, absorbiéndose menos. Por eso, beber durante o tras una comida (sobre todo si tiene grasas) hace que el alcohol llegue a la sangre más lentamente, por lo que la alcoholemia será menor. 

Además, no es lo mismo beber dos cervezas de golpe, que en el transcurso de una cena (los niveles máximos de alcohol en sangre serán mayores en el primer caso). “En un hombre estándar, sin medicación y acetilador normal no oriental, una lata de cerveza tarda unas dos horas en irse del cuerpo”, puntualiza Braschi. Pero aclara que en las cervezas artesanales, la graduación alcohólica puede dispararse ya que algunas pueden llegar hasta 20 grados. Siguiendo esa línea Braschi, alerta sobre la trampa del gin tonic: “Como la mayor parte es agua tónica, erróneamente se puede creer que es una bebida liviana. Pero el gin tonic clásico lleva entre 50 y 60 ml de gin, que tiene una graduación alcohólica de entre 35 y 47 grados. O sea, dos unidades de bebida. Lo que implica que lleva el doble de tiempo para limpiarse”.

Según Braschi, tomarse un café o comer algo dulce, son frases que se usan habitualmente con la falsa creencia de que despejan el alcohol, pero asegura que “no inciden en el proceso de absorción”.

Cómo influyen el sexo y el lugar de origen

Por último, el sexo y el lugar de origen, también influyen en cómo se metaboliza el alcohol: “Para las mujeres es un proceso más lento al igual que adolescentes y adultos mayores”, detalla la experta. Esto se debe a que tienen menos enzimas ADH gástricas que los hombres, y menor volumen de líquido corporal, por lo que no pueden digerir tanto etanol en el estómago y una vez en circulación sanguínea, el etanol está más concentrado. 

Por otra parte, el lugar de nacimiento puede incidir. Por ejemplo, los orientales presentan ciertas isoformas enzimáticas con menor actividad metabólica, que les hace absorber una mayor cantidad de alcohol y sufrir mayores resacas. “Hay algunas personas en las que estas enzimas trabajan muy bien y en otras son muy lentas. Los orientales tienen menos porcentaje de ellas y también su metabolismo es más lento”, asegura. Y agrega que “algunas medicaciones inhiben estas enzimas y el cannabis también hace más lento el metabolismo del alcohol”.

Con todo, lo cierto es que el alcohol y el volante nunca son compatibles.  Por eso, pese a que lo correcto y esperable es no beber nada si se va a manejar, para no caer en riesgos innecesarios, lo mejor es no especular.


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María Ximena Perez

Periodista, docente e investigadora. Doctora en Comunicación.