Qué implica la reestructuración de la Agencia Nacional de Promoción científica

A través de un decreto, el Ejecutivo redujo el directorio y alteró las funciones de un organismo clave.

Milei junto al responsable principal de las modificaciones, Federico Sturzenegger. Créditos: Clarín.
Milei junto al responsable principal de las modificaciones, Federico Sturzenegger. Créditos: Clarín.

El gobierno nacional continúa con la motosierra encendida para la ciencia y la tecnología. Después de fusiones y modificaciones de diferentes organismos, ahora le tocó el turno a la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i). A través del Boletín Oficial, el Ejecutivo publicó el Decreto 447/2025, por el cual altera la composición del directorio -de un presidente y 10 vocales pasa a un presidente y dos vocales- y cambia algunas de las funciones de la institución para “impulsar la transferencia tecnológica al sector productivo, fortalecer la articulación público-privada y promover instrumentos de financiamiento e innovación con impacto directo en la economía real”. Aunque afirman que el fin es “mejorar el funcionamiento del Estado” y trabajar con “mayor eficiencia y eficacia”, diferentes sectores denuncian que se trata de un ente vaciado desde diciembre de 2023 y que la medida se traduce en la pérdida del carácter federal y la pluralidad de voces disonantes en la estructura directiva.    

En el Decreto, el argumento del gobierno pasa por la agilización de las “trabas burocráticas” para “mejorar las políticas públicas en el avance de la innovación” y garantizar “la transferencia tecnológica al sector productivo”. Sin embargo, la realidad del organismo y del sector productivo nacional está lejos de las intenciones publicadas en el Boletín Oficial. Por ejemplo, en lo que va de la gestión libertaria ya cerraron más de 16 mil pymes y advierten que el panorama seguirá empeorando en lo que queda de 2025. En el caso de Agencia, su presupuesto está subejecutado, los fondos internacionales ya adjudicados por el Banco Interamericano de Desarrollo no se sabe dónde están, y los salarios de los becarios están congelados desde mediados de 2024.  

“Disuelven el directorio y quieren poner gente a dedo, pero en realidad tuvieron la Agencia paralizada un año y medio. Esta reforma es más de lo mismo porque no tiene un plan ni una política de diseño institucional. El supuesto fomento de la innovación es una retórica hueca que no hay que creer y que no puede ser compatibilizada con un proceso de desindustrialización que es gravísimo”, señala Diego Hurtado, quien fuera secretario de Planeamiento y Políticas en el exministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, en conversación con la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes

Y agrega: “Lo que se ve es el desgranamiento, el desmembramiento y la desarticulación del sistema de ciencia y tecnología. En este sentido, hay cuatro ejes que describen lo que pasa en cada uno de los organismos: la privatización de las empresas, la desposesión de los bienes, la apropiación de las competencias que se hicieron con inversiones del Estado y la desinstitucionalización”. 

Durante el menemismo se creó la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica. Tras el gobierno de Mauricio Macri, en febrero de 2020 se transformó en la Agencia I+D+i, un organismo descentralizado, con autarquía administrativa y funcional en la órbita del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación

Hasta diciembre de 2023, los fondos y los subsidios estuvieron destinados a investigaciones vinculadas a la salud, la producción de alimentos, la economía verde, la transición energética y la transición digital. Por ejemplo, la Agencia fue clave en la producción de la ARVAC Cecilia Grierson, la vacuna argentina desarrollada contra el covid-19.

Un año y medio después, el gobierno nacional lleva adelante un cientificidio que tiene similitudes con los procesos neoliberales anteriores, pero que se destaca por la velocidad con la que se lleva a cabo. Además de incumplir con la Ley de Financiamiento, que en 2025 debía ser del 0.45 por ciento pero gira en torno al 0.15 por ciento (la más baja desde que hay registros), el Ejecutivo lleva adelante despidos, recortes, venta de inmuebles, fusiones, transformaciones y salarios muy por debajo de la inflación. 

En este aspecto, Hurtado advierte que no hay lugar para el conocimiento producido en Argentina y que existe un plan de privatización orientado a otros intereses que no tienen que ver con el desarrollo nacional y el bienestar de la población. “La reducción del riesgo para los inversores está por encima de todo y supone que el conocimiento lo trae la inversión. Sin embargo, pensar que la inversión extranjera sin condicionamientos va a producir algún tipo de ‘derrame’ es un error grave que explica el subdesarrollo”.


¿Te gustó esta noticia? ¡Compartila!
Scroll al inicio