Avanza la viruela de mono en el mundo: ¿Cuál es la situación de Argentina?

En el planeta, ya se confirmaron 919 casos y el país reportó sus primeros dos infectados. Los especialistas señalan que “el sistema de salud no debe dormirse”.

La viruela del mono pertenece a la familia de la enfermedad ya erradicada, viruela humana. Foto: Chapin TV
La viruela del mono pertenece a la familia de la enfermedad ya erradicada, viruela humana. Foto: Chapin TV

Los casos de viruela de mono siguen en aumento a lo largo y ancho del globo. Según el sitio Our World In Data, hasta el momento se registraron 919 casos entre confirmados y sospechosos. En Argentina ya se reportaron dos casos y sus contactos estrechos están bajo seguimiento clínico y epidemiológico. El ministro de Salud bonaerense, Nicolás Kreplak, afirmó que se trata de un “pequeño brote” y llamó a “estar atentos”. Ahora bien, surgen preguntas: ¿Por qué se le presta tanta atención a este virus? ¿Es peligroso? ¿Qué le pasa al cuerpo si se contagia?

Para aclarar el panorama, la Agencia dialogó con el virólogo Mario Lozano, quien explicó que la variante que transita por Europa tiene una letalidad del 1 por ciento. “No es un virus que nos debería preocupar porque no es tan contagioso como el de la covid o la gripe, pero sí tenemos que estar alertos a su circulación. De hecho, en Europa ya hay circulación comunitaria”, advierte el docente e investigador de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ). Respecto de la situación de Argentina, comenta: “El sistema de salud nacional no debe dormirse y debe estar atento ante su posible circulación, sobre todo porque uno de los países más infectados es España con el que tenemos mucha relación”. Respecto de los dos casos reportados en el país, se encuentran aislados, bajo tratamiento sintomático y en buen estado.

La viruela del mono -que pertenece a la familia de la ya erradicada, viruela humana- es una zoonosis, es decir, una enfermedad provocada por la transmisión del virus de animales a personas. Circula principalmente en África, y se transmite de roedores y primates a humanos a través del contacto directo con la sangre, los líquidos corporales o las lesiones de la piel o mucosas de animales infectados. 

También, de manera secundaria, el virus puede propagarse entre personas, a través del intercambio de fluidos o gotas respiratorias, contacto estrecho con lesiones en la piel de una persona infectada, por inoculación o a través de la placenta. Lozano explica que “en España se detectaron varios casos en hombres que han tenido relaciones con otros hombres, por lo que se está investigando si existe la posibilidad de que se transmita sexualmente“.

Los más afectados

Lozano cuenta que las condiciones socioeconómicas de los lugares donde hubo brotes “son muy malas”. Según la OMS, los casos graves se suelen dar con mayor frecuencia en niños y su evolución depende de su estado de salud, el grado de exposición al virus y la gravedad de las complicaciones. En este sentido, también, la tasa de letalidad ha variado en las distintas epidemias pero ha sido inferior al 10 por ciento. La mayoría de los fallecimientos se da en niños, y los grupos de edad más jóvenes se posicionan como los más susceptibles a contagiarse de esta enfermedad. 

Síntomas y tratamiento

Los síntomas de la enfermedad son: fiebre, dolor muscular y de cabeza y la inflamación de los ganglios linfáticos. Este último es el signo principal que permite diferenciar este virus de otros que generan los mismos síntomas. Además, se caracteriza por la aparición de llagas que erupcionan entre uno y tres días después del inicio de la fiebre. Según datos de la OMS, las zonas más afectadas son el rostro (en el 95 por ciento de los casos), las palmas de las manos y las plantas de los pies (en el 75 por ciento de los casos). Los síntomas pueden durar entre 14 y 21 días, y la eliminación completa de las costras puede tardar hasta tres semanas.

En la actualidad no existe tratamiento para esta enfermedad. En este sentido, Lozano explica: “No hay vacuna porque la tasa de contagios es muy baja. Sin embargo, se sabe que la vacuna contra la viruela humana da cierta protección contra la viruela del simio— tiene una eficacia del 85 por ciento, según la OMS—. El tema es que esta vacuna ya no se está dando porque la enfermedad se erradicó en 1980”.

Asimismo, existen dos vacunas que pueden servir. Por un lado, la denominada Imvamune, que fue elaborada por la farmacéutica danesa Bavarian Nordic y aprobada en diversos países. Es de segunda generación e, incluso, demuestra eficacia si es utilizada unos días después de la exposición al virus, en la medida en que reduce la severidad del caso. Por otro, está ACAM2000, fórmula vacunal que también funciona a virus atenuado y fue aprobada por la FDA (ente regulador equivalente a Anmat en EEUU) en 2019. Además, el laboratorio Moderna anunció el comienzo de ensayos preclínicos para desarrollar una tecnología específica.

La OMS sugirió evitar cualquier contacto con roedores y primates, limitar la exposición directa a la sangre y la carne, y cocinarlos a fondo antes de consumirlos. Además, recomienda evitar el contacto físico estrecho con las personas infectadas por el virus de la viruela símica, el uso de guantes para asistirlos y el posterior lavado de manos.


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Luciana Mazzini Puga

Licenciada en Comunicación Social (UNQ).