Premian a científico de la UNQ por sus estudios en cáncer cerebral

Julián Maggio investiga una droga para “apagar” una proteína que colabora en el crecimiento del glioblastoma, un cáncer que suele afectar a adultos mayores.

Julián Maggio es investigador del Centro de Oncología Molecular y Traslacional de la UNQ. Créditos: Magalí Sanchez / Agencia de Noticias Científicas
Julián Maggio es investigador del Centro de Oncología Molecular y Traslacional de la UNQ. Créditos: Magalí Sanchez / Agencia de Noticias Científicas

Recientemente, la Sociedad Argentina de Investigación Clínica (SAIC) otorgó el premio “Irene Faryna y Roberto Raveglia” al científico de la UNQ Julián Maggio por sus investigaciones en materia oncológica. El integrante del Centro de Oncología Molecular y Traslacional de la UNQ (Comtra) desarrolló un compuesto que frena el crecimiento de las células tumorales del glioblastoma, un tipo de cáncer agresivo que se genera en el cerebro o en la médula espinal y afecta principalmente a adultos mayores. Entrevistado por la Agencia de Noticias Científica de la UNQ, Maggio cuenta: “Este trabajo es mi tesis de doctorado, que termina a principios de 2023. Es un orgullo y un gran logro cerrar este camino así”.

La investigación, llevada adelante en el Comtra, apunta a generar un dispositivo que inhiba la proteína Pin1, responsable del crecimiento del glioblastoma. En otras palabras, un tumor surge cuando las células crecen de manera descontrolada, y esta proteína colabora con este proceso. En ese sentido, el equipo de investigación se puso como objetivo desarrollar un dispositivo que ataque y logre “apagar” la Pin1 y, de esta manera, frenar la proliferación tumoral.

Maggio, que es primer autor del trabajo, desglosa: “Trabajamos sobre células tumorales de pacientes. Mediante una edición genética, le quitamos la Pin1 y las inyectamos en animales. Así, pudimos ver que, sin la proteína, se frenaba el crecimiento del tumor”. En esta línea, agrega: “En un segundo momento, desarrollamos una droga específica que bloquea la interacción de la Pin1 con otras proteínas y disminuye el desarrollo y la progresión del tumor”. Esta segunda etapa fue evaluada en las células pero aún no fue investigada en animales.

El equipo de la Unidad de Oncología Molecular del centro de investigación de la UNQ. Créditos: Magalí Sánchez / Agencia de Noticias Científicas
El equipo de la Unidad de Oncología Molecular del centro de investigación de la UNQ. Créditos: Magalí Sánchez / Agencia de Noticias Científicas

“Faltan algunos ensayos de toxicidad para ver qué dosis debemos usar. De todas maneras, ya vimos que se frena la migración”. El glioblastoma es un tipo de cáncer que difícilmente llega a hacer metástasis –el proceso de formar tumores en otras partes del cuerpo–. Esto se debe a una cuestión de tiempo: “Es tan agresivo y se encuentra en una parte tan delicada para el cuerpo humano que, muchas veces, los pacientes no llegan al momento de la metástasis”. 

Varias terapias, un blanco

La proteína Pin1 está presente en diversos tipos de cáncer y está vinculada con la desregulación de las células tumorales e, incluso, con la resistencia que generan las mismas contra las terapias. Maggio cuenta que si bien hay investigaciones y esfuerzos por encontrar una mejoría en las terapias actuales contra el glioblastoma, hace ya veinte años que esto no se logra.

En la actualidad, el tratamiento incluye la cirugía (que busca extirpar la mayor parte del tumor), la quimioterapia y la radioterapia. La droga inhibidora que está en proceso de desarrollo en la Universidad de Quilmes apunta a complementar las terapias ya existentes.

Maggio destaca: “Ya hemos hecho algunos ensayos y vimos que se potencia el efecto que ataca a las células tumorales. Asimismo, si vamos un poco más allá, especulamos que este efecto antiproliferativo se pueda dar en distintos tipos de cáncer que dependan de la proteína Pin1”. Sin embargo, advierte “Habrá que hacer estudios especificos en cada tipo de tumor. Hasta el momento, solo probamos en la línea tumoral del cáncer de colorrectal y también funcionó, pero faltan ensayos”.

Junto con Maggio, el grupo de investigación está formado por los y las científicas: Georgina Cardama, Lara Balcone, Román Vilarullo, Romina Armando, Daniel Gómez y Diego Gómez. Aunque falte tiempo para que las pruebas lleguen a ensayos en las clínicas, la investigación de este equipo resulta alentadora en la lucha contra el cáncer.


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Luciana Mazzini Puga

Licenciada en Comunicación Social (UNQ).