¿Cree que su jefe es frío e insensible? Espere a conocer su versión robótica…

Los robots humanoides ya son realidad en Argentina. ¿Reemplazarán a las personas o las harán más valiosas? El CEO de Robots For Humanity revela el futuro del trabajo automatizado.

En distintos sectores productivos, la robótica avanzada gana terreno. Crédito: Robots For Humanity.
En distintos sectores productivos, la robótica avanzada gana terreno. Crédito: Robots For Humanity.

Desde hace décadas, la humanidad fantasea con la llegada de los robots humanoides. Se los imaginó como mayordomos perfectos, obreros incansables o, en el peor de los casos, como los villanos de una distopía tecnológica. Pero la realidad no es ni tan utópica ni tan apocalíptica. Hoy, en fábricas, hospitales y oficinas, los robots empiezan a trabajar codo a codo con los humanos, aprendiendo de ellos y, en algunos casos, enseñándoles nuevas formas de hacer las cosas.

Pero claro, hay una pregunta que flota en el aire: ¿esto es una revolución tecnológica o el comienzo de una masacre laboral silenciosa? Alejandro Parise, fundador de Robots For Humanity, no tiene dudas: los robots no vienen a sacar el trabajo humano, sino a darle uno mejor. Su empresa, ubicada en la provincia de Córdoba, Argentina, desarrolla un modelo donde la automatización no expulsa a los trabajadores, sino que los convierte en entrenadores y supervisores de las máquinas.

¿Es posible un futuro en el que humanos y robots cooperen sin que uno termine desplazando al otro? En esta entrevista con la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes, Parise explica por qué la clave no está en resistirse al cambio, sino en aprender a dirigirlo.

Robots For Humanity propone una sinergia entre humanos y robots para potenciar la productividad sin desplazar a las personas. ¿Cómo logran que la automatización sea una aliada y no una amenaza para el empleo?

La clave está en la formación y en la reconversión laboral. Nosotros no hablamos de reemplazo, sino de transformación. El proceso comienza con la capacitación de los propios trabajadores para que sean ellos quienes entrenen a los robots humanoides. De este modo, un operario que hoy realiza tareas repetitivas puede evolucionar hacia un rol más calificado: el de instructor de robots. Esto no solo le da continuidad en su empresa, sino que también le abre nuevas oportunidades, como teleoperar o entrenar robots en fábricas de otros países. Además, estamos desarrollando simuladores para mecánicos, porque cuando haya cientos de robots en operación, necesitaremos especialistas que los mantengan y reparen.

En su visión del futuro, el trabajo manual peligroso o extenuante será opcional. ¿Cuáles son los primeros sectores que verán esta transformación y qué impacto tendrá en la economía global?

– Ya estamos viendo los primeros cambios en sectores industriales con trabajos altamente repetitivos y físicamente demandantes. Muchas empresas nos dicen que les cuesta encontrar personal dispuesto a realizar este tipo de tareas, porque la gente busca empleos que ofrezcan más desafíos y oportunidades de desarrollo. En una segunda fase, la automatización se extenderá a trabajos peligrosos, donde hoy se expone la vida humana sin necesidad. El impacto económico será enorme: mayor productividad, reducción de costos y, sobre todo, una revalorización del trabajo humano en funciones más estratégicas y creativas.

El entrenamiento del futuro

La inteligencia artificial y los gemelos digitales juegan un rol clave en el entrenamiento de sus robots. ¿Cómo funciona este proceso y qué ventajas ofrece respecto a los métodos tradicionales?

– Es un proceso revolucionario. Primero, la empresa define qué tarea quiere automatizar. Nosotros creamos un gemelo digital del entorno de trabajo y colocamos en él un robot humanoide virtual. Ahí, mediante inteligencia artificial, aceleramos el proceso de aprendizaje del robot hasta que está listo para la implementación física. Esto reduce drásticamente los errores y los tiempos de integración. Además, el gemelo digital permite seguir entrenando al robot para nuevas tareas sin necesidad de interrumpir la producción real.

Una de las preocupaciones recurrentes sobre la robótica es la seguridad. ¿Qué medidas  desarrollan para garantizar que los robots humanoides sean seguros en entornos industriales y públicos?

– La seguridad es fundamental y se aborda en múltiples niveles. En primer lugar, a nivel de software, utilizamos infraestructura de Amazon Web Services, que garantiza la protección contra ataques cibernéticos y la seguridad de los datos de las empresas. A nivel operativo, los robots están diseñados para trabajar en espacios humanos sin riesgo, con sensores avanzados que les permiten detectar obstáculos y ajustar sus movimientos en tiempo real.

Muchos ven la automatización como una amenaza, pero ustedes apuestan por la capacitación y la formación. ¿Cómo preparan a las nuevas generaciones para convivir y trabajar con robots?

– Creemos que esta es una oportunidad única para mejorar la calidad de vida laboral. En lugar de cargar cajas de 15 kilos, un operario podrá estar cómodamente sentado, con un visor de realidad virtual, entrenando robots o teleoperándolos a distancia. Además, trabajamos junto a NVIDIA, una líder mundial en computación de inteligencia artificial, para ofrecer formación en robótica, inteligencia artificial y automatización, preparando a las nuevas generaciones para los empleos del futuro.

El avance tecnológico es imparable, pero la ética es un desafío constante. ¿Cómo abordan estos dilemas en la integración de robots en la vida cotidiana?

– La ética debe ser un pilar central en esta transformación. El desarrollo tecnológico avanza rápido, pero los gobiernos, las empresas y la sociedad en general deben acompañar con regulaciones y estrategias que aseguren una integración responsable. Desde nuestra parte, promovemos la educación en robótica en universidades y escuelas, porque creemos que cuanto más comprendamos esta tecnología, mejor podremos utilizarla para el bien común. Además, en pocos años, los robots humanoides estarán en nuestras casas ayudándonos con tareas domésticas, y es fundamental definir su rol en la sociedad desde un enfoque ético y humanista.

Alejandro Parise no tiene dudas: Argentina está en el umbral de una nueva era, una en la que -asegura- los robots no reemplazarán a los humanos, sino que amplificarán su potencial. Y, a juzgar por su entusiasmo y claridad, parece que ese futuro está más cerca de lo que muchos se imaginan.


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