¿Qué implica el Plan Nacional de Alfabetización que presentó el gobierno?

Con contradicciones entre los anuncios y las políticas impulsadas hasta ahora, Milei y Pettovello anunciaron el proyecto en la Casa Natal de Domingo Sarmiento.

Javier Milei junto a estudiantes tras el acto realizado en San Juan. Créditos: El diario AR.
Javier Milei junto a estudiantes tras el acto realizado en San Juan. Créditos: El diario AR.

En la Casa Natal de Domingo Faustino Sarmiento ubicada en la provincia de San Juan, el gobierno presentó el Plan Nacional de Alfabetización. A través del decreto 579/2024, el Ejecutivo lanzó el Programa que apunta a mejorar la escritura, la lectura y la comprensión lectora de los estudiantes de la escuela primaria de Argentina. Según resalta el documento publicado en el Boletín Oficial, cuatro de cada diez estudiantes de tercer grado presentaron dificultades en la interpretación de textos y el 34 por ciento de los alumnos de sexto grado no alcanzó el nivel de desempeño satisfactorio de comprensión lectora. “El verdadero drama argentino consiste en la pobreza cultural y educativa. Esta última no solo afecta a los estratos más pobres del país, sino a millones de estudiantes de todos los niveles sociales”, dijo Sandra Pettovello, ministra de Capital Humano, durante el acto realizado en San Juan.

Vamos a formar en alfabetización a todos los docentes del país, vamos a darles recursos a las provincias para que lo formen, vamos a evaluar a los docentes de todo el país desde el gobierno nacional y vamos a plantear incentivos para que los mejores docentes vayan a enseñar en las escuelas con peores indicadores de alfabetización”, sostuvo Javier Milei, quien fue el encargado de cerrar el acto.

Según lo anunciado por la ministra, el Plan incluye cooperación bilateral entre equipos nacionales y provinciales, la conformación de una red federal de alfabetización, la “mejora sustancial de la formación docente y continúa enfocada en la alfabetización integral”, el desarrollo de un sistema de evaluación nacional para asegurar el cumplimiento de las metas y un sistema para conocer la trayectoria educativa de los estudiantes y los docentes.

Además, Pettovello nombró el diseño e implementación de una política de libros, la introducción de sistemas de inteligencia artificial, aplicaciones y redes sociales “al servicio de una alfabetización del siglo XXI” y la “generación de un nuevo paradigma de financiamiento que recupere la noción de inversión educativa y de gasto inteligente, con el fin de ordenar eficazmente los recursos a los aprendizajes”.

Palabras seductoras

Es difícil estar en desacuerdo con el Plan Nacional de Alfabetización y la mayoría de la población coincide en que la educación atraviesa problemas en cuanto a la escritura, la lectura y la compresión de textos. “Alrededor del 50 por ciento de los alumnos no es capaz de comprender un texto de complejidad básica al finalizar la escuela primaria, lo cual incide directamente en la altísima deserción en la secundaria y en el magro desempeño posterior de miles de estudiantes”, afirmó la ministra de Capital Humano.

En este sentido, el presidente hizo hincapié en el rol de la evaluación: “Vamos a evaluar más y desde más temprano a los alumnos para identificar las alertas en lecturas y escrituras, antes de que sea demasiado tarde. Hoy, las evaluaciones Aprender se realizan a partir de sexto grado, lo cual nos hace llegar tarde al problema. Nosotros vamos a realizar pruebas a partir del tercer grado”.

Sin embargo, las intenciones del gobierno no se condicen con las políticas sociales, económicas y educativas que llevó a cabo desde su asunción. El aumento en las cifras de desocupación y pobreza más la quita del Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID) y el aumento del costo de vida son algunas de las medidas que impactaron en el aprendizaje de los estudiantes y la enseñanza de los docentes.

En el caso de los profesores, la mayoría tuvo que buscar más cursos para alcanzar un sueldo digno y poder sostener el nivel de vida que tenían. Entre otras consecuencias, le dedican menos horas a la preparación de las clases y a las correcciones de las actividades, lo cual impacta en la calidad de los aprendizajes. También, el aumento de la cantidad de horas laborales en el aula les impide seguir capacitándose y mejorar su nivel de enseñanza.

“Como docente, no llenarse de horas implica tener un poco más de tiempo para corregir y planificar. Cuando la situación del país está como ahora no te queda opción que salir a buscar más trabajo, porque la plata no alcanza para nada. Esto no solo nos perjudica en el modo de dar clases en el día a día, sino también en el tiempo extra que teníamos para capacitarnos. Este año salí a buscar un curso más y, aunque estoy muy cansada, pienso si no podré trabajar un poco más. Es asfixiante”, sostiene Johanna Carrizo, docente de escuelas secundarias del distrito de Quilmes, en diálogo con la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes.

En la misma línea, el profesor Juan Pablo Repetto afirma en conversación con la Agencia: “Fue complicada la llegada del nuevo gobierno porque los primeros días ya teníamos aumentos en el precio de la nafta y los alimentos, lo que implicó que uno tenga que salir a buscar más trabajo. Pensé en la posibilidad de emprender por internet y tomé algunas horas más. La verdad es que le dedico menos tiempo a la preparación de las clases y a la planificación de las actividades”.

“Evidentemente, el desarrollo económico y el desarrollo educativo van de la mano, de la misma forma que la decadencia económica necesariamente arrastra consigo la decadencia educativa, porque un chico que no come es un chico que no puede estudiar, y un chico que no estudia es un chico que no puede progresar”, dijo el presidente frente a la casa de Sarmiento.

La pregunta es cómo el gobierno nacional llevará adelante su plan, si hasta ahora las medidas solo profundizaron el problema.


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Nicolás Retamar

Redactor. Docente y licenciado en Comunicación Social.