
“El arte, sea pintura, música o cualquier otro, implica una reducción del estrés. Al ser gratificante, genera un efecto relajante. Además, trae la posibilidad de la expresión emocional, como sucede con la escritura, el teatro o la danza; y, al haber cuestiones creativas, estimula la confianza en uno mismo y la mejora de la autoestima”, cuenta Ricardo Corral, presidente de la Fundación para el estudio y Tratamiento de las Enfermedades Mentales, a la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes.
En este marco, la Organización Mundial de la Salud detalla en un informe, que reúne más de 3 mil estudios científicos, que las actividades culturales ayudan a prevenir la aparición de enfermedades mentales y el deterioro físico relacionado con la edad. A la vez, pueden beneficiar los tratamientos de trastornos mentales o el manejo de patologías de otro tipo, como las neurológicas.
En ese sentido, el organismo plantea la necesidad de desarrollar políticas públicas que impulsen la colaboración entre los sectores de la salud y de las artes para mejorar la calidad de vida de las personas.
“Cualquier persona que padezca una enfermedad, ya sea psiquiátrica, cardiovascular, neumóloga o cerebral, puede verse beneficiada por las actividades culturales”, afirma Corral, jefe de Departamento de Docencia e Investigación del Hospital Borda. Y agrega: “Incluso las personas que tienen alteraciones cognitivas, como el Alzheimer. Esto es porque son actividades que favorecen la estimulación cognitiva, la imaginación, el pensamiento y la creatividad”.
Para todas las edades
Así, por ejemplo, un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Cambridge, demostró que la participación de adultos mayores en actividades culturales reduce el riesgo de desarrollar depresión. Para ello, los científicos siguieron los datos de más de dos mil adultos de más de 50 años durante una década, quienes al inicio del estudio no padecían el trastorno mental.
Según datan, el riesgo de depresión se reduce un 32 por ciento para aquellas personas que asisten una vez cada pocos meses a cierta actividad cultural, como museos, cines o tero. En tanto que, quienes asisten una vez al mes o más, el riesgo disminuye casi la mitad: un 48 por ciento.
“En los adultos mayores las actividades artísticas pueden tener mucha relevancia porque, si ya están retirados o no tienen una actividad laboral, tienen un tiempo mayor de su vida cotidiana para dedicar a estas cuestiones. En la infancia también es importante que haya educación artística porque, junto con el desarrollo del cerebro, crecen también la creatividad, la imaginación y otros aspectos“, detalla el médico ante la Agencia.

De la misma manera, un artículo publicado en la revista científica Journal of Medical Humanities destaca el poder de la escritura, específicamente de la poesía, a la hora de afrontar la soledad y como un factor que puede resultar de apoyo para médicos y pacientes. Los autores enfatizan en el impacto positivo que tiene la poesía en términos de manejo del dolor, afrontamiento de factores estresantes y mejora del bienestar personal.
Así, ayuda al paciente a lidiar con enfermedades crónicas o situaciones post cirugías, que experimente cambios de humor positivos a corto y largo plazo, así como efectos conductuales en el desempeño escolar y laboral. En el plano de los profesionales de la salud, el estudio apunta a que potencia una atención más empática, a desarrollar una mayor conciencia emocional y a reducir la ansiedad y el estrés.
En esta línea, otro estudio publicado en la revista Frontiers in Human Neuroscience indagó sobre cómo actividades como la observación del arte o la meditación activan áreas del cerebro que podrían tener efectos terapéuticos relacionados con el estrés.