El ensayo clínico da esperanzas y propone acortar los tiempos para conseguir la cura de enfermedades terminales.

En los últimos días, un grupo de investigadores de diversas instituciones chinas lograron el trasplante de un hígado porcino a una persona con muerte cerebral. Para que el hígado pudiera ser aceptado por el receptor, los especialistas tuvieron que editar seis genes diferentes. En concreto, lograron eliminar aquellos que participan en el rechazo agudo y agregaron otros que facilitan la compatibilidad. Luego del trasplante, los especialistas monitorearon la funcionalidad del injerto, la estabilidad hemodinámica y las respuestas del sistema inmune, todas variables que deben controlarse para asegurar el éxito. A los diez días de la operación, el paciente logró producir casi setenta mililitros de bilis, algo impensado con la insuficiencia que presentaba. Las enzimas hepáticas también se mantuvieron en rangos normales luego de la intervención. Los resultados del ensayo clínico se publicaron en un artículo de la revista Nature al que la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes tuvo acceso.
El avance mas novedoso del equipo chino es la edición génica realizada al órgano porcino. Gracias a modernas herramientas tecnológicas se desactivaron tres genes: GGTA1 (que dará lugar a la enzima α-1,3-galactosiltransferasa), B4GALNT2 (que produce la enzima β-1,4-N-acetil-galactosaminiltransferasa 2) y CMAH (que sintetiza el ácido N-glicolilneuramínico). Estos tres elementos son los que forman parte de los procesos de rechazo agudo. Por otra parte, se agregaron genes que dierom lugar a las proteínas del complemento humano. Estas moléculas intervienen en la coagulación sanguínea, impiden el rechazo y prolongan la supervivencia del injerto. Para prevenir la formación de coágulos, también se insertó trombomodulina humana en el genoma porcino.
Hasta la fecha, se realizaron varios estudios preclínicos y clínicos de xenotrasplantes, que es cuando dador y receptor no pertenecen a la misma especie. En diciembre de 2023, un equipo de la Universidad de Pensilvania conectó las venas de un hombre con muerte cerebral a un hígado de cerdo a través de una máquina. La sangre del paciente fue filtrada durante tres días por el órgano extracorpóreo. Además de ser de los primeros estudios donde un hígado porcino se utilizó en el tratamiento de un ser humano, la empresa que diseñó el equipo afirma que esto podría ayudar a sobrevivir a la insuficiencia hepática aguda y evitar el trasplante.
El tratamiento de enfermedades mediante trasplante es un desafío ya que hay pocos donantes para muchos pacientes. En este sentido, las intervenciones quirúrgicas más frecuentes son las renales, seguidas de cerca por las hepáticas. En Argentina, se realizaron más de cuatro mil trasplantes de órganos y tejidos en el 2023, de los cuales más de 400 fueron de hígado. Con el objetivo de incrementar las chances de realizar un tratamiento exitoso y curar así enfermedades terminales, los investigadores de todo el mundo buscan diferentes opciones.
El avance logrado por los científicos chinos es un paso clave hacia el futuro donde los xenotrasplantes brindan nuevas oportunidades para salvar vidas.