Paulo Maffia, el investigador que busca derrotar a las súperbacterias
La resistencia a los antibióticos es uno de los principales problemas de salud pública de la actualidad. Su aplicación en tratamientos cuando no son necesarios y entornos con baja higiene hacen que las bacterias que generan enfermedades puedan mutar y volverse resistentes a las terapias conocidas. En este marco, los péptidos antimicrobianos surgen como una posible solución al problema. Al respecto y de cara al futuro, el Paulo Maffia, investigador de Conicet y de la Universidad Nacional de Hurligham conversó con la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ.
“Los péptidos antimicrobianos aparecen como buenos candidatos para el desarrollo de nuevos fármacos terapéuticos”, apunta Maffia. Estas moléculas, explica, son producidas por diversos microorganismos como mecanismo de defensa, pero también pueden ser sintetizados desde cero. Según el especialista, las enfermedades en donde se podrían aplicar son las infecciosas causadas por bacterias (y, en algunos casos, por virus envueltos) y podrían funcionar como antibióticos de amplio espectro.
Se trata de una respuesta que emerge desde el laboratorio para combatir a las bacterias multirresistentes, popularmente conocidas como súperbacterias: aquellas que desarrollan resistencia a casi la totalidad de los antibióticos que existen en la actualidad. “Es un problema mundial, es una pandemia que avanza lentamente, ya que cerca de 1,2 millones de personas muere en el mundo por infecciones intrahospitalarias al año o por infecciones causadas por estas bacterias”, explica Maffia.
Incluso existen bacterias “panresistentes” lo que significa que evaden a todos los tratamientos disponibles. Según Maffia, en Argentina la tasa de infecciones asociadas al cuidado de la salud es del 9 por ciento en pacientes adultos y este número escala al 24 por ciento cuando se trata de pacientes en cuidados intensivos, con asistencia respiratoria mecánica o con cateterismo. Al adquirir una infección de este tipo, la tasa de mortalidad es del 30 por ciento.
El equipo liderado por Maffia posee colaboraciones con varias instituciones científicas. “La principal es con el servicio de antimicrobianos del Instituto Malbran, en particular con el Dr. Diego Faccone. Es un centro de referencia que nos acerca cepas resistentes o problemáticas y nosotros probamos la actividad de los péptidos que sintetizamos”, cuenta el investigador. El objetivo es encontrar un péptido que sea efectivo, pero también buscan combinaciones de estos con antibióticos conocidos o incluso otros componentes. “Evaluamos también la acción de fitoterapeúticos como el cannabidiol”, agrega.
El futuro de los péptidos
Respecto de la aplicación de este tipo de tratamientos, Maffia menciona que la obtención es aún muy cara. “Podemos trabajar en la escala del laboratorio, pero el costo de obtenerlos de manera industrial es muy elevado. También menciona que estos péptidos tienen una acción sobre el sistema inmune que debe ser estudiada. Sin embargo, aclara que gracias a la investigación que se realiza estos problemas van a encontrar una solución en el futuro.
Una de las estrategias que estudia el equipo liderado por Maffia para reducir costos es la aplicación de técnicas de ingeniería genética, con el propósito de obtener péptidos recombinantes que se puedan producir con mayor facilidad. También presentan interacciones con empresas farmacéuticas y veterinarias para poder desarrollar formulaciones que puedan evaluarse en animales.
El científico explica también que son varios grupos de investigación los que se dedican a los péptidos antimicrobianos: “Formo parte de una red de investigadores de Iberoamérica, donde nos pasamos información. Incluso viajé a México y Cuba para intercambiar resultados y realizar experimentos colaborativos”, destaca.
Respecto de la interacción con empresas, el investigador señala que, si bien en la actualidad de Argentina no existe mucha inversión de empresas en I+D, sí hay interés. El único medicamento de este tipo que existe en el mercado es un péptido conocido como omiganan. Esta molécula cuenta con la aprobación de la FDA y se utiliza de manera tópica para el tratamiento de acné. “En el futuro se van a poder tratar infecciones con combinaciones de péptidos y antibióticos en concentraciones bajas ya que actuarán en sinergia”, remata y despierta esperanzas.