
“Para celebrar el centenario vamos a realizar eventos todos los días desde el 25 de marzo hasta el 23 de abril, que son las fechas justamente de su llegada y partida en barco (en 1925). Por ejemplo, el historiador australiano Ze’ev Rosenkranz, que es el mayor conocedor de los viajes de Einstein, dará charlas en el Planetario de la Plata y en el Galileo Galilei. A su vez, habrá conferencias y música para que no se quede ningún aspecto de su figura afuera”, cuenta Edelstein, en diálogo con la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes.
En 1925, la estadía de Einstein duró cuatro semanas en Argentina, precisamente del 25 de marzo al 23 de abril. En ese lapso, el científico visitó centros educativos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, La Plata y Córdoba. También, participó de eventos en Lomas de Zamora, Lavallol y La Falda. En este sentido, ofreció múltiples conferencias y fue parte de encuentros académicos, culturales y sociales.

Cambio de paradigma
En torno a la importancia histórica del físico alemán, Edelstein explica que, a principios del siglo XX, cuando se creía que la ciencia estaba muy desarrollada y se entendían la mayoría de los fenómenos de la naturaleza, Einstein demostró que las teorías estaban mal y reformuló los conceptos de masa, energía, espacio y tiempo.
“La comprensión que tenemos hoy del universo en gran escala, de su historia, del Big Bang, las vibraciones del espacio-tiempo que pudimos detectar hace unos pocos años y los agujeros negros son gracias a él. Incluso el efecto fotoeléctrico del láser, que un gran espaldarazo a la mecánica cuántica, lo concibió Albert Einstein”, explica el investigador. Y agrega: “No se podría comprender la vida moderna en su totalidad si no fuera conociendo su obra. Desde el GPS hasta el láser, pasando por las computadoras cuánticas, todo tiene la firma de Einstein en alguna parte”.