¿Dónde quedó la cola del mono? Nuevos datos explican por qué los simios la perdieron durante la evolución

De acuerdo a la última evidencia disponible, la causa se halla en un fragmento de ADN que se insertó en un gen hace 25 millones de años.

Un cambio genético hizo que la cola de los monos se pierda (imágen BBC news).

Aunque en castellano coloquial “mono” y “simio” son sinónimos, se trata de animales bastante diferentes entre sí. Los monos son capaces de trepar a los árboles y tienen una larga cola mientras que los simios tienen un tamaño mayor y carecen de este apéndice. El genetista Bo Xia de la Universidad de Harvard se preguntó qué fue lo que ocurrió durante la evolución que hizo que los grandes simios no tengan cola. Junto a su grupo de trabajo encontró la respuesta: un cambio genético que podría haber contribuido a la pérdida de la cola hace unos 25 millones de años. Los detalles fueron publicados en un artículo de la revista Nature, al que la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ tuvo acceso.

A diferencia de la mayoría de los monos, los simios (entre los que se puede incluir a los seres humanos) no tienen cola; en cambio, lo que sí poseen es un vestigio en las vértebras denominado coxis. Xia, junto con su grupo de trabajo, se dedicó a buscar las razones genéticas detrás de la desaparición de la cola a lo largo de la evolución.

Recurrió, primero, a información previa: en 1927, la científica ucraniana Nadine Dobrovolskaya-Zavadskaya describió un tipo de ratón de laboratorio de cola corta que portaba un gen mutado llamado T. En seres humanos existe un gen equivalente conocido como TBXT, que presenta un fragmento de ADN inserto; algo así como un trozo extra, que se conoce como elemento transponible o “gen saltarín”.

Para probar que el gen saltarín era el responsable de la ausencia de la cola, los investigadores desarrollaron ratones con varias modificaciones genéticas: tenían el gen TBXT y el mismo gen con el elemento transponible inserto. Los científicos ya sabían que la proteína que producía el gen modificado era mas corta que aquella fabricada por el gen sin el elemento transponible. Los ratones que producían la proteína corta tenían una variedad de defectos en la cola: podía estar acortada, torcida o ausente por completo. Con todo esto, los investigadores confirmaron que el gen saltarín era el que eliminaba la cola. El equipo de Xia afirma que la pérdida de este apéndice podría haber contribuido a la capacidad de los simios para caminar erguidos y a que pasaran menos tiempo en los árboles.

Vale destacar que el hallazgo no fue fácil de publicar. De hecho, la revista terminó por difundir el artículo tres años después de que los investigadores lo enviaran para evaluar. La razón detrás de este retraso es que Nature exigió el desarrollo de varias modificaciones genéticas en los ratones para asegurar que los resultados podían extrapolarse hacia los monos y simios.

La mujer detrás de los genes saltarines

Barbara McClintock era una científica estadounidense que estudiaba los cambios genéticos que se producían en el maíz, cultivo que presentaba una gran diversidad. En los años cuarenta introdujo el concepto de elementos transponibles, que explica que la inserción de estos genes saltarines es la responsable, por ejemplo, de obtener maíz de muchos colores.

En aquella época, sus descubrimientos fueron observados con escepticismo por la comunidad científica y esto hizo que McClintock deje de publicar sus resultados.

Barbara McClintock fue la primera mujer galardonada con el Premio Nobel de Medicina y Fisiología (imágen: Cold Spring Harbor).

En la década del sesenta, científicos franceses hicieron descubrimientos similares, pero no con maíz sino con genes bacterianos. Esto trajo a la luz a los estudios de Barbara McClintock y, finalmente, en 1983 fue galardonada con el Premio Nobel de Medicina y Fisiología. Fue la primera mujer en obtenerlo en esta categoría.

Barbara McClintock falleció a los noventa años en septiembre de 1992.


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Nadia Chiaramoni

Licenciada en biotecnología. Doctora con mención en ciencias básicas y aplicadas