Científicos europeos realizaron una investigación que explora el fin de las relaciones de pareja. ¿Qué es el punto de no retorno y qué pasa luego de los dos años?

¿Qué determina el fin de una relación de pareja? ¿Es posible anticipar un evento de estas características aun cuando el vínculo es estable y saludable? Según un estudio realizado por Janina Bülher de la Universidad de Magnucia en Alemania y Ulrich Orthe de la Universidad de Berna en Suiza, la fase final de una relación sentimental no aparece de la nada. De hecho, afirman en un artículo publicado en la revista Journal of Personality and Social Psychology que es un fenómeno que se da en dos etapas. Desde la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes exploramos las implicancias de este estudio.
El fin de una relación de pareja puede tener motivos diversos y no aparece por arte de magia. Los científicos europeos afirman que las dos etapas en las que esto ocurre lleva al fin del vínculo amoroso, como mucho, luego de los dos años. Una vez que el proceso comienza, ya nada lo detiene. Los datos relevados en la publicación se basan en estudios que involucraron a casi 12 mil participantes. Bühler y Orth se enfocaron en cuatro estudios previos realizados en Alemania, Australia, Inglaterra y Holanda.
La primera etapa de la ruptura de un vínculo sentimental comienza con un descenso de la satisfacción dentro de la pareja. Esto puede ser rápido o tomar algunos años y se da por un abanico de motivos. Una actitud desagradable o ideas que se contraponen son las que inician el deterioro. Luego, se produce una transición crítica, algo así como un punto de no retorno que da inicio a la segunda etapa. El desgaste que antes de daba a una velocidad leve, comienza a acelerarse y el declive se da de forma pronunciada. Desde aquí ya no hay nada por hacer y la separación se producirá, según afirman de forma tajante en el artículo científico. Todas las parejas estudiadas terminaron su relación entre siete y veinticuatro meses luego del punto de no retorno.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que el estudio no incorpora factores contextuales que podrían ser determinantes al momento de decidir una ruptura. Por ejemplo, no se consideran aspectos económicos. Todos los participantes del estudio pertenecen a países que tienen economías desarrolladas y separarse no es barato. Tampoco se contemplan factores culturales: hay sociedades en las que el machismo está más presente y la dominación del hombre con respecto a la mujer podría ser decisiva al momento de tomar esta decisión de vida. Más aún con regímenes que son opresivos y marcan profundas diferencias entre los géneros. Además, las costumbres religiosas también pueden influir en la continuación o el fin de las relaciones.
Queda por ver si la ciencia, con números que miden sentimientos, llega a tener conclusiones más profundas sobre los vínculos de pareja.