Se trata de la fruta más consumida a nivel global. Entre 2020 y 2024 América Latina exportó casi dos millones de toneladas menos.
Latinoamérica produce el 80 por ciento de las bananas que se exportan en el mundo. Créditos: Agropress.
Un informe internacional advierte que el cambio climático podría reducir en un 60 por ciento la producción de bananas de exportación en América Latina en los próximos 55 años. En este sentido, los principales problemas a los que se exponen los cultivos son las olas de calor, la falta de agua y las inundaciones. Como si fuera poco, estas condiciones favorecen la propagación de hongos y enfermedades que afectan todavía más su rendimiento. De hecho, un estudio de la ONU subraya que, entre 2020 y 2024, la exportación de la región ya disminuyó casi 2 millones de toneladas. Aunque los mayores productores para el consumo interno son India y China, Latinoamérica genera el 80 por ciento de las bananas que se exportan a nivel global.
“Los árboles se están desplomando y los cultivos se están muriendo. En el pasado, se predijo que esto sucedería en el futuro, pero se ha adelantado, y se debe a que no estamos cuidando nuestra tierra, nuestros ecosistemas. Es muy preocupante para nuestros hijos y, especialmente, para nuestros nietos. Lo que es incierto es que quizás esta situación empeore en el futuro y perdamos toda esta plantación”, señaló Aurelia, una guatemalteca que solía producir sus propios alimentos, en el documento elaborado por la organización Christian Aid.
Por detrás del trigo, el arroz y el maíz, la banana es el cuarto cultivo más importante a nivel global y la fruta más consumida en el mundo. Aunque existen más de mil variedades, la más comercializada es la Cavendish, que representa casi la mitad de la producción total y su cosecha anual se estima en 50 millones de toneladas.
Combo fatal
Las olas de calor, las sequías, las inundaciones y la falta de agua son la fórmula perfecta para disminuir la producción de bananas. Incluso, estas condiciones favorecen la aparición de enfermedades fúngicas como el hongo de la hoja negra (que puede reducir hasta un 80 por ciento la capacidad de las plantas para realizar la fotosíntesis) y la Fusarium Raza Tropical 4, una plaga que se detectó en todo el mundo y daña el suelo de tal manera que no puede volver a utilizarse para cultivar.
En vez de fomentar la diversidad de variedades y la adaptación genética al cambio climático, la industria bananera está dominada por el monocultivo de Cavendish y la dependencia de productos químicos que dañan al ambiente y las comunidades aledañas a las plantaciones.
“Para limitar el daño que el cambio climático ya está causando en las regiones bananeras y en las personas cuyas dietas y medios de vida dependen de este cultivo, es imperativo que los países ricos establezcan objetivos ambiciosos de mitigación climática, en consonancia con el Acuerdo de París, para limitar el calentamiento global a 1,5 °C con respecto a la era preindustrial. Los países deben presentar sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional actualizadas en 2025, lo que representa una gran oportunidad para demostrar cómo pretenden reducir las emisiones de forma justa”, señala el informe.
Más allá de las estimaciones a largo plazo, lo cierto es que las consecuencias del cambio climático ya se sienten y la exportación de bananas disminuye año a año. En el caso de América Latina, la cifra pasó 15.6 millones de toneladas en 2020 a 13.8 millones en 2024. Por eso, diferentes organizaciones y comunidades exigen medidas para que no peligre la fruta más consumida en el mundo.