Según un estudio, la influencia de las emociones en las decisiones financieras aumenta con la edad
La investigación sugiere que, con el paso de los años, los adultos mayores tienden a ser más afectados por sus emociones al momento de hacer elecciones económicas.
Elisa, una mujer que ronda los 70 años, se encuentra en una confitería a tomar el té con amigas. Mientras ellas hablan de gastar sus ahorros en unas vacaciones inmediatas, Elisa, que inicialmente prefería guardar su dinero, empieza a dudar. La emoción de esas mujeres la lleva a replantearse su decisión, y finalmente opta por gastar sus ahorros y sumarse al viaje. ¿Cómo influye la opinión de las amigas en la decisión de Elisa? ¿Está actuando por impulso o realmente está evaluando lo que es mejor para ella?
Un estudio reciente liderado por psicólogos de la Universidad de Birmingham y la Universidad de Oxford pone bajo la lupa una característica de la toma de decisiones financieras que, hasta ahora, había pasado desapercibida: la influencia que ejercen los demás, especialmente cuando se trata de elecciones impulsivas. Y, sorprendentemente, las personas mayores parecen ser más susceptibles a este fenómeno que los adultos más jóvenes.
La Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes accedió a una investigación, publicada en Communications Psychology, que revela que los adultos mayores, es decir, aquellos de 60 años o más, son más susceptibles a la influencia de las decisiones impulsivas de otros, al elegir entre recibir una suma menor de dinero de forma inmediata o una cantidad mayor con el tiempo. A diferencia de los jóvenes, que tienden a resistir este tipo de influencias y mantenerse fieles a sus decisiones originales, los mayores mostraron una tendencia a cambiar de opinión tras observar que otros optaban por recompensas inmediatas.
El estudio, que incluyó a 154 personas divididas en dos grupos de edad (18 a 36 años y 60 a 80 años), demostró cómo las decisiones financieras pueden cambiar con el paso del tiempo. Los participantes fueron seleccionados cuidadosamente para excluir otros factores, como problemas cognitivos o demencia, que pudieran alterar los resultados.
El experimento consistió en una tarea simple pero reveladora: cada participante debía optar entre recibir una cantidad menor de dinero de inmediato o esperar para obtener una suma mayor en el futuro. Lo interesante surgió después: tras su primera elección, los participantes observaban las decisiones de otras personas (que en realidad eran generadas por una computadora). Estas decisiones podían inclinarse hacia opciones más impulsivas o más moderadas, lo que permitió a los investigadores analizar cómo esas observaciones influían en la segunda ronda de decisiones de los participantes.
A mayor empatía, mayor influencia
Lo que descubrieron fue fascinante. Los adultos mayores eran significativamente más susceptibles a dejarse influir por las elecciones impulsivas de otros. Según el informe, en un contexto de envejecimiento poblacional y creciente desinformación, es fundamental comprender cómo el envejecimiento influye en la susceptibilidad a las influencias externas. Los resultados resaltan la necesidad de crear estrategias que permitan a las personas tomar decisiones financieras más acertadas a lo largo de su vida.
Los adultos jóvenes, por otro lado, parecían inmunes a esta influencia. Aun cuando veían que otros optaban por la gratificación inmediata, la mayoría de ellos mantuvo sus preferencias originales, mostrando una mayor resistencia a las influencias externas.
Esto, aunque sorprendente, tiene una explicación razonable. El estudio también analizó los niveles de empatía y emociones que cada participante reportaba. Los adultos mayores que mostraron mayor capacidad para empatizar con las emociones de los demás eran también los que más fácilmente cambiaban sus decisiones tras observar comportamientos impulsivos.
En ese sentido, se destaca que en una era donde las redes sociales y la desinformación bombardean constantemente, comprender cómo y por qué se puede ser influenciado por los demás, es esencial para proteger a las personas, especialmente a las de mayor edad, de tomar decisiones poco sensatas.
Con todo, se abre un nuevo capítulo en la comprensión de la psicología financiera y del envejecimiento. Si bien los adultos mayores son vistos como más cautos, al menos en algunos casos, la influencia de los demás puede hacerlos más vulnerables a las decisiones impulsivas.
¿La lección? A medida que se envejece, es clave ser aún más conscientes de las decisiones financieras que se toman y de cómo pueden estar moldeadas, quizás sin darse cuenta, por lo que hacen los demás.