
“Hablar menos sobre igualdad ha fortalecido posturas contrarias a ella: en aquellos países donde el discurso feminista ha perdido relevancia, las voces antifeministas han ocupado ese vacío imponiendo narrativas que distorsionan la realidad. Además, en muchos casos, los argumentos a favor de la igualdad están perdiendo espacio ante discursos que caricaturizan el feminismo como una amenaza y alimentan una narrativa de rechazo basada en miedos infundados y desinformación”, resalta el documento disponible en la web.
En diálogo con la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes, Gregoria Cochero, especialista en Educación Sexual Integral, señala: “Cuando algo se polariza se pierde la contradicción, se transforma en un dilema y además se convierte en un asunto antagónico. Quienes nos desarrollamos en el feminismo tratamos de entender qué es lo que espanta y genera rechazo. Al mismo tiempo, tenemos la tarea de desmitificar, argumentar y contrarrestar todas las fobias que existen. Sin embargo, del otro lado hay una clausura del contenido y de la posición del feminismo”.
Entre las posiciones antifeministas, el estudio resalta que un tercio de los ataques están ligados a la supuesta radicalidad del movimiento, donde muchos usuarios de X lo tildan como “extremista”. Otro de los motivos que esgrimen es que el feminismo representa intereses políticos específicos vinculados a la izquierda y que amenaza valores tradicionales como la familia, la natalidad y el matrimonio.
A su vez, aunque el porcentaje no supera el 15 por ciento, hay quienes creen que la igualdad ya se conquistó y que el feminismo constituye una desventaja laboral y legal para los varones. En este aspecto, Cochero resalta que el movimiento feminista “molesta muchísimo”.
“De repente apareció en la vida cotidiana de las personas y empezaron a circular los conceptos para bien y para mal. Mientras que de un lado hablamos de la deconstrucción del sistema patriarcal y de la desigualdad en sus múltiples formas, del otro lado circulan conceptos como familia, amor y vida, donde nos tildan de romper familias y matar vidas no nacidas. Es muy difícil competir con eso a nivel afectivo”, sostiene la especialista, quien también es psicóloga social.