“Tradwife” o esposas tradicionales, la tendencia que busca restablecer los roles de género históricos

Mientras los hombres trabajan y realizan tareas fuera del hogar, según está corriente, las mujeres solo son esposas, madres y amas de casa. Una mirada feminista sobre distintos casos.

Hannah Neeleman  y sus hijos. Créditos: The Times
Hannah Neeleman y sus hijos. Créditos: The Times

“‘Tradwife’ es una mujer que elige una vida tradicional con roles de género ultra-tradicionales. Entonces, el hombre está fuera de casa, trabaja y provee a la familia, y la mujer es ama de casa y cuida del hogar y de los niños si los hay”, explica Estee Williams, una influencer tradwife. Se trata de una abreviación del término traditional wife (esposa tradicional) y es una tendencia que se expandió en las redes sociales Tik Tok, Instagram y Youtube, donde las mujeres prefieren el rol tradicional de esposa, madre y ama de casa y los hombres se dedican a actividades por fuera del hogar y llegan a descansar y ser atendidos por ellas. En su gran mayoría, estas mujeres están ligadas a algún tipo de religión, como el cristianismo, hablan con voz suave, cocinan platos muy complejos, y el contenido está filmado con música tranquila, luz tenue o solar que aparentan una vida perfecta.

Así como Estee Williams que cuenta con 198 mil seguidores en Tik Tok, también hay otras referentes del tradwife, como Nara Smith (9,5 millones), Emily Mariko (12,5 millones), Hannah Neeleman (en su cuenta se llama @ballerinafarm, tiene más de 1,8 millones de seguidores) o RoRo Bueno (5,9 millones). Salvo esta última que es de España y Smith que nació en Sudáfrica, el resto proviene de distintos estados de Estados Unidos, como Virginia, California y Utah.

En sus videos, Estee Williams cuenta que estudió meteorología, que intentó ser modelo de fitness, actriz y tener su propio reality show junto con su familia y que ahora es una esposa tradicional. Dice que su sueño siempre fue convertirse en esposa y madre, y también cocinar, limpiar, usar vestidos, tener muchos bebés y no enviarlos a la guardería.

Estee Williams.

Además, muestra cómo se perfuma, peina y arregla cuando su marido está por llegar y comparte fotos ilustradas de la familia tradicional: el hombre que realiza trabajos manuales y enseña su hijo a pescar mientras la mujer y la hija cocinan y cosen.

A su vez, Williams plantea que las tradwifes no creen tener un valor inferior a los hombres ya que practican la sumisión bíblica en el matrimonio (según la Biblia, las mujeres deben someterse a sus esposos al igual que se someten a Dios) y tampoco piensan que tienen que ignorar el sueño de seguir una carrera.

La misma narrativa de mujer servicial ante el hombre es la que utiliza RoRo Bueno en sus videos. Ella se describe como una mujer que le gusta cocinar y dedica horas –desde la mañana hasta la noche inclusive– a realizar los platos que su novio Pablo le pide. Según lo que se ve en su contenido digital, su vida gira en torno a su pareja: van de picnic, festejan su aniversario o se van de viaje con la familia de él.

@roro.bueno solo de verlo me apetece volver a hacerlo🤍 #homemade #pollofrito #pollofritocoreano #comidacasera #recetarapida #recetafacil #foodtok #comida #foodie #parati ♬ Aesthetic – Audiolist Productions

El caso de Hannah Neeleman es uno de los más llamativos e, incluso, algunos medios la catalogaron como “la reina de las tradwife”. Tiene 34 años, vive junto con su marido Daniel Neeleman (hijo del empresario David Neelman, dueño de varias empresas aéreas) y sus ocho hijos en una granja de 132 hectáreas en las afueras de la pequeña ciudad de Kamas, Utah, es mormona devota y alguna vez soñó con ser bailarina.

En una nota reciente que dio al diario londinense The Times, ella contó que su objetivo era bailar en Nueva York y que sabía que los hijos le dificultarían eso. Cuando comenzó su relación con Daniel, ella quería terminar de estudiar antes de casarse pero él le dijo que no había tiempo. A los tres meses contrajeron matrimonio, ella abandonó sus estudios y al poco tiempo tuvieron su primer hijo –a la vez que entrenaba para llegar a participar de un concurso de belleza dos semanas después del parto–. Salvo dos, el resto de los niños nacieron en su hogar y sin analgésicos.

La familia Neelemans. Créditos: The Times
La familia Neelemans. Créditos: The Times.

En sus videos, cocina para su marido y sus hijos, ordeña vacas mientras mecha con algunas publicaciones de belleza. Su contenido digital está hecho en casa en casi su totalidad. Para The Times, ambos afirmaron que, si bien él hace algún cuidado de sus hijos, mayoritariamente se ocupa ella –de hecho, él no quiere que haya niñeras–. “Ella a veces se pone tan enferma de agotamiento que no puede levantarse de la cama durante una semana”, dice Daniel a The Times y afirman que responden a una misión de Dios. 

¿Mujeres empoderadas o sumisas?

Frente a las distintas olas del feminismo que instó a sacar a las mujeres de sus hogares a través de derechos como ir a trabajar, a la universidad, a votar, etc., este fenómeno las muestra adentro y en un rol sumiso. Ahora bien, ¿tiene lugar el feminismo para las mujeres que desean ser madres? “El feminismo popular y latinoamericano posibilita la pregunta de qué queremos ser. La idea es que las mujeres sepamos que la maternidad no es el único destino como nos hicieron creer, sino que vos podés ser un montón de cosas más”, afirma Victoria Obregón, docente del Diploma de Posgrado en Géneros, Feminismos y Derechos Humanos, a la  Agencia de Noticias Científicas de la UNQ,

Y continúa: ¿Está mal querer ser madre? No, lo que plantea el feminismo es que seguramente tu elección esté determinada por el contexto que te rodea y tu cultura. Por eso es necesario que sepamos que tenemos muchos caminos para elegir y así decidir lo más libre que podamos”.

De todas maneras, reflexiona sobre el peligro que puede resultar la viralización de este tipo de contenidos. Si bien las influencers viven en el norte global, sus mensajes llegan a todo el mundo debido al poder de las redes sociales. Así, su contenido se corresponde con los mensajes que dan algunos políticos que declaran al feminismo como el principal enemigo y como los piantavotos. 

“Que este tipo de contenido digital sea tendencia responde a un orden mundial que se está dando en el que avanzan las ultraderechas y los sectores religiosos y buscan instaurar un nuevo orden con un patriarcado capitalista de los años sesenta”, analiza Obregón, que también es integrante de la organización Internacional Feminista.

“Venimos de olas feministas que hablaron, y hablamos porque aún seguimos aquí, de igualdad de salarios y trabajos, del reparto de las tareas de cuidado y que no es amor sino trabajo no remunerado. En este marco, esta tendencia quiere volver a un orden en el que la mujer no moleste tanto y se quede en casa”, reflexiona.


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Luciana Mazzini Puga

Licenciada en Comunicación Social (UNQ).