
“El apoyo económico del FITBA es clave para el desarrollo conjunto de un producto complejo como este. No solo permite la adquisición de insumos y equipamiento esencial como cámaras, sistemas embebidos y hardware de cómputo, entre otros, sino también la contratación de servicios especializados necesarios para transformar la investigación en un producto comercial viable”, señala Damián Oliva, director del trabajo relacionado con maquinaria agrícola, en diálogo con la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes.
Y continúa: “El FITBA fomenta la interacción entre universidades y pymes, facilitando el acceso a los recursos tecnológicos indispensables para avanzar en estas líneas de investigación. En este sentido, el objetivo principal es desarrollar productos innovadores que permitan a las empresas mejorar su competitividad en el mercado global”.
En esta línea, el coordinador del proyecto relacionado al kit para detener el sangrado en cáncer de mama, Daniel Alonso, resalta el rol de la provincia de Buenos Aires en el contexto que atraviesa la ciencia y la tecnología en Argentina. “El FITBA es un fondo que apoya a iniciativas que no son de investigación, sino de transferencia de tecnologías. Con el retiro de los subsidios que teníamos del ámbito nacional, está buenísimo que el gobierno bonaerense siga apostando a desarrollos locales que además van directamente a los pacientes en nuestro caso”.
El trabajo coordinado por Oliva consiste en el desarrollo de un sensor para la aplicación localizada de fertilizantes en tiempo real, que mantenga una distancia precisa respecto a cada tronco de árbol, proteja el medio ambiente y reduzca los costos de aplicación. Esta tecnología, que mejorará la eficiencia y competitividad internacional de los productos de la empresa Verion-Icsa, combinará automatización, procesamiento de señales, visión artificial, inteligencia artificial, sistemas embebidos, robótica, sistemas de información geográfica y simulación computacional, entre otras.
Por su parte, el proyecto dirigido por Daniel Alonso radica en la implementación de un un kit para contener sangrados en situaciones oncológicas como cáncer mamario y cáncer del cuello uterino, entre otros. A partir de un medicamento llamado desmopresina, el equipo desarrollará esta herramienta que recibirán los hospitales bonaerenses a través del Instituto Provincial del Cáncer (IPC).