
“Hay que construir la red eléctrica americana para que las energías limpias del sur ayuden a descarbonizar la economía de Estados Unidos. Hay que construir nuestra red de soberanía alimentaria para alimentar un mundo que se queda sin agua y sin tierra fértil. Hay que construir la agencia de medicinas para que los vampiros de la salud no nos dejen sin vacunas. Hay que construir el desarrollo digital, la inteligencia artificial controlada por el nosotros y las redes de fibra óptica que nos unan”, sostuvo Gustavo Petro durante su discurso.
Aunque la mayoría de los países del mundo se comprometió en la ONU a abandonar los combustibles fósiles para 2050, cada año se supera un nuevo récord en la emisión de dióxido de carbono (CO2). Según un estudio publicado por Global Carbon Project, en 2024 se emitieron 37.400 millones de toneladas de CO2, casi un uno por ciento más que en 2023.
En línea con la generación de energías limpias, el gobierno cafetero resaltó que esta etapa del organismo estará marcada por la defensa del ambiente. “Frente al cambio climático, la región necesita actuar unida. En el marco de la CELAC, Colombia impulsará proyectos de adaptación, mitigación y agroecología para fortalecer la resiliencia”, remarcó la cuenta presidencial en redes sociales.
Sin depender de nadie
La CELAC está integrada por los 33 países soberanos de América Latina y el Caribe y su objetivo es construir un bloque con una agenda común que favorezca la integración regional, y que a su vez lo posicione como un actor de relevancia a nivel mundial por fuera de Estados Unidos. La primera cumbre sucedió a fines de 2011, al ritmo de los gobiernos progresistas de la región con Lula da Silva, Evo Morales, Rafael Correa, Pepe Mujica, Cristina Fernández de Kirchner y Fernando Lugo, más Cuba y Venezuela.
A pesar de los vaivenes políticos de la última década, la nueva ola progresista, que incluye a México y Colombia, busca resolver antiguos problemas y nuevos dilemas para el continente. En este aspecto, Petro es uno de los grandes impulsores de la inteligencia artificial orientada al desarrollo nacional y latinoamericano. A contramano de sus pares, el gobierno argentino niega el cambio climático y ofrece sus suelos solo para la instalación de centros de datos internacionales.