A partir de consignas de El Eternauta y con el objetivo de visibilizar la situación crítica del sector, se convoca a una jornada nacional de protesta este miércoles a las 13 horas.

¿Te imaginás un país sin ciencia y sin universidades? Ese es el lema que presentan miembros de la comunidad científica y universitaria para convocar a una concentración que se dará este miércoles 28 de mayo en varios puntos estratégicos de todo el país. En Buenos Aires, el encuentro será en el Polo Científico Tecnológico, sede del Conicet y del exministerio de Ciencia y Tecnología. “Una nieve tóxica está destruyendo, día a día, la ciencia argentina. Nadia se salva solo”, es la frase que condensa el alarmante desfinanciamiento al que se enfrentan los investigadores e investigadoras del país. Al respecto, Alberto Kornblihtt, exmiembro del directorio de Conicet y Agustín Ormazábal, becario posdoctoral de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i) conversaron con la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes.
El sector científico y tecnológico atraviesa una situación crítica. De hecho, basta con señalar que no se registra una inversión tan baja en todo el período democrático y la asignación de recursos es aún menor que la realizada en 2002. Con una pérdida de más de 1200 trabajadores en 2024 y sin actualización de equipamiento, la ciencia en Argentina corre riesgo de desaparecer. A ello, se agrega que se suspendieron los ingresos al Conicet y muchos profesionales formados en el país, ante la falta de opciones, no les queda otra que emigrar.
Al respecto, Alberto Kornblihtt explica el porqué de la situación actual. “Las razones son varias: la falta de financiamiento en numerosos rubros y la desazón que produce la falta de sensibilidad de las autoridades frente a la importancia de la ciencia y la técnica y de los científicos son solo algunas”. Kornblihtt agrega que no se ejecutan los subsidios de la Agencia I+D+i que fueron aprobados oportunamente; no se les manda dinero a los grupos de investigación; así como también, detalla que hay 800 jóvenes que fueron aprobados con una selección muy rigurosa para que ingresen como investigadores al Conicet y no se les da plaza, pese a que el directorio del organismo aprobó esos ingresos.
Por su parte, Agustín Ormazábal explica: “En el 2002, y tras una de las peores crisis que haya atravesado nuestro país, Argentina invertía el 0,17 por ciento de su PBI en la función científico-tecnológica. Hoy, ese valor está incluso por debajo, con apenas un 0,15 por ciento de inversión en el área”. Ormazábal alerta que éstos son solo algunos de los datos que dan cuenta de lo que ocurre en el sector. “No se trata únicamente de una política de desfinanciamiento, se trata de un verdadero cientificidio que, por cierto, es ilegal. Vulnera los alcances de las Leyes 27.614 y 27.738, que garantizan el crecimiento de la inversión en Ciencia y Tecnología”, destaca.
Por todo esto, la RAICyT (Red de Autoridades de Institutos de Ciencia y Técnica), convoca a concentraciones este miércoles en todo el país. “La idea es visibilizar la política de aniquilación que hace el gobierno sobre la ciencia argentina y está inspirada en El Eternauta. Se va a usar la conocida frase: Nadie se salva solo”, cuenta Kornblihtt. Luego amplía: “Va a haber mucha gente disfrazada con máscaras y se va a transformar también en una intervención artística”.
Ormazábal agrega que, desde la UNQ, la concentración está citada a las 11 horas frente al Pabellón Taira, sobre el cual se realizó una intervención con los posters que los investigadores suelen presentar en congresos. Hay pintadas con letras rojas y negras con consignas que describen el mal momento que atraviesan los laboratorios de todo el país. Con atuendos que imitan a los que aparecen en la serie de Bruno Stagnaro, quienes formen parte de la concentración irán hacia el Polo Científico.
Un llamado a toda la sociedad
En los últimos días Alberto Kornblihtt difundió una carta que llama a movilizar a toda la sociedad y no solo al sector afectado. “El país necesita de más ciencia y tecnología si se quiere salir del modelo exportador de bienes primarios sin valor agregado”, expresa. En la carta explica que no basta solo con la movilización de las personas que pertenecen a la comunidad científica. “Nadie se salva solo. La ciencia es algo más importante que los científicos, es un hecho importante para el país”, resume.
Ormazábal invita a la comunidad a hacer el siguiente ejercicio. “Pensemos en tres países a los nos gustaría parecernos. Ojo, no se trata de dejar de ser Argentina porque ser argentino es algo maravilloso, sino parecernos simplemente en algún aspecto. Puede ser en el rubro económico, la salud, la educación, lo que sea. Una vez que piensen en esos tres países, busquen en Google qué porcentaje de su PBI invierten en la función científico-tecnológica. Probablemente, aquellos países en los que están pensando y queremos copiar invierten mucho más en CyT de lo que lo hacemos nosotros”.
Para Kornblihtt es mucho más difícil construir que destruir. Por eso, la invitación a no bajar las banderas. “Considero que es muy difícil, pero no nos queda otra que salir a pelear porque lo que se destruye llevó décadas construirlo. El sistema creció muchísimo y lo hizo con selección de los mejores talentos”, cuenta Kornblihtt. “Creo que hay un tema más general. Este gobierno vino a cambiar la matriz de nuestro país, no solamente de estructura económica, sino de relaciones sociales. Vino a demonizar cualquier cosa que tenga que ver con derechos, con solidaridad, con justicia social y lo dice claramente, es explícito. Entonces acá el problema central es que hay un sector de la población que consciente o inconscientemente adhiere a ese cambio de matriz”, dice el científico. “No podemos bajar las banderas y tenemos que seguir peleando por una Argentina justa, una Argentina soberana de sus derechos naturales, una Argentina que invierte en ciencia y tecnología”.
Ormazábal, por su parte, se muestra preocupado por el impacto que esta situación tuvo y tiene en la gente que forma parte del sector científico tecnológico. “Todo lo que hagamos hoy va a marcar la diferencia entre tener y no tener un lugar a donde volver mañana cuando todo esto se termine, que eventualmente se va a terminar. Y que esa diferencia va a estar marcada por nuestra militancia en el presente”, cuenta el joven investigador.