
Según el documento, Estados Unidos tiene alrededor de 63 mil profesionales y China 53 mil. Asimismo, se estima que todos los países europeos en conjunto tienen cerca de 35 mil investigadores, menos del 20 por ciento a nivel mundial. En este aspecto, el que tuvo un crecimiento vertiginoso en los últimos años fue el país presidido por Xi Xinping. En 2015 tenían menos de 10 mil especialistas en inteligencia artificial, y una década después quintuplicaron el número.
A su vez, si se mide la cantidad de artículos publicados sobre IA, la Academia de Ciencias de China encabeza las instituciones mundiales con casi 600 trabajos de gran impacto. Incluso, una investigación de la empresa de tecnología de datos Dongbi Data resalta que, por primera vez en la historia, el gigante asiático superó a Estados Unidos en cuanto a la cantidad de científicos de alto nivel especialistas en ciencia y tecnología.
La ONU señala que el desarrollo de la inteligencia artificial tiene tres aspectos fundamentales: infraestructuras, datos y competencias. Para dar cuenta del dominio de China y Estados Unidos, juntos concentran más del 90 por ciento de los centros de datos especializados en IA. Además, sólo 100 empresas, principalmente de ambas potencias, representan el 40 por ciento del gasto mundial en investigación y desarrollo empresarial.
Por otra parte, la ONU destaca la importancia de la gobernanza global de la inteligencia artificial, acompañada de un marco regulatorio que por ahora no cuenta con el visto bueno de los principales jugadores. En este sentido, en un estudio publicado en abril, alertó que 118 naciones -la mayoría del Sur Global- están ausentes de los principales debates. “A medida que la regulación de la IA y los marcos éticos toman forma, los países en desarrollo deben tener un sitio en la mesa para garantizar que la IA sirva al progreso global, no sólo a los intereses de unos pocos”, subrayó.
A dónde apuntan en América Latina
En este marco, las naciones latinoamericanas tratan de adaptarse y pelear con sus armas contra el poderío del Norte. La gran iniciativa conjunta es Latam GPT, una especie de ChatGPT nutrido con información producida en diferentes países de la región e impulsado por Chile (con el apoyo oficial de Brasil y diferentes instituciones de Argentina y Uruguay). Sin embargo, de manera individual, la mayoría de los gobiernos trata de tener un mínimo de autonomía.
Por ejemplo, los primeros días de julio, Venezuela firmó un Memorándum de Entendimiento con la empresa china iFlytek para desarrollar la inteligencia artificial en el país y aplicarla a áreas como turismo, hidrocarburos, investigaciones científicas para salud, educación y telecomunicaciones. En la misma línea, a finales de junio, Colombia hizo lo propio y cerró un acuerdo con el gobierno chino para “fortalecer la colaboración bilateral en Inteligencia Artificial y Ciencias y Tecnologías Cuánticas”.