
El párkinson es una afección cerebral que causa trastornos del movimiento, mentales y del sueño, dolor y otros problemas de salud. Según la OMS, esta patología afecta a 1 de cada 100 personas mayores de 60 años y se estima que para el 2030 habrá alrededor de 12 millones de pacientes en el mundo. Según cita el ministerio de Salud de la Nación, “en la Argentina, si bien no hay cifras oficiales, se calcula que cerca de 100 mil personas conviven con esta enfermedad”.
En este contexto, el equipo científico estadounidense plantea que diagnosticar el párkinson de un forma rápida, accesible y eficaz es crucial para mejorar los resultados de los pacientes, “sin embargo, alcanzar este objetivo sigue siendo un reto”, apuntan en el estudio publicado la revista Nature Chemical Engineering. Así, desarrollaron un bolígrafo de diagnóstico que cuenta con una punta magnetoelástica y con ferrofluido, una tinta con partículas imantadas. Al escribir, esta tinta se desplaza y genera señales eléctricas analizables mediante inteligencia artificial. Esta red neuronal puede identificar patrones en los textos manuscritos y distinguir si las personas poseen la enfermedad neurodegenerativa en su etapa inicial.
Para lograr este desarrollo, el equipo científico reclutó a 16 personas (con una distribución equitativa por sexo) de las cuales 3 tenían párkinson y 13 no. Los participantes realizaron tareas de escritura, como el dibujo de líneas onduladas, y la lapicera registró las señales eléctricas que emitía gracias al movimiento que hacían al escribir. Seguido a esto, la inteligencia artificial distinguió a las personas que tenían la enfermedad y las que no con una precisión media del 96 por ciento.

Así, los investigadores apuntan a que este instrumento, fabricado con impresión 3D, llegue a las zonas de bajos recursos para mejorar el diagnóstico temprano del párkinson. Si se logra, sería un gran avance teniendo en cuenta que, según la OMS, la discapacidad y las defunciones debidas a la enfermedad están en aumento.