
Durante 11 minutos, El último anzuelo muestra la vida de Norma, una mujer quilmeña de 88 años, que dedicó su vida a pescar hasta que falleció su marido. En ese momento, dejó de visitar El Pejerrey Club de Quilmes, lugar donde él fue vicepresidente y ella era socia vitalicia. Viajaba en colectivo pero se bajaba unas paradas antes, y solo volvía para ir a la pileta, reunirse con amigas y dejar flores a su esposo y sus hijas, cuyos restos descansan allí. Treinta años después, a partir de la realización de este documental, Norma retomó la pesca. Entre charlas con sus conocidos, en el corto se pregunta: “¿Sabés hace cuánto no tengo una caña en la mano? ¿Quién quedó de los que conozco viejos?”.
“Norma fue pescadora, ganó concursos entre los 60 y los 70. La conozco porque yo me mudé a la casa de arriba de donde vive ella y, durante ese momento, Norma me contaba cosas de su vida. Cuando surgió la posibilidad de hacer un documental, lo primero que pensé fue en ella y su historia. Por suerte, mis compañeros confiaron en mí para dirigirla”, cuenta Gonzalo Solari, alumno de la licenciatura en Artes Digitales y director del corto, a la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ.
Según relata Solari, que el trabajo haya sido reconocido en la ciudad de Chascomús es de gran importancia tanto para el equipo de producción como para Norma ya que iba a pescar allí con su marido. Previamente, el corto recibió el premio estímulo Lo Que Vendrá, que otorga la Universidad Nacional de Quilmes. Durante los días anteriores al acto de entrega de los galardones, las distintas nominaciones fueron exhibidas en pantalla grande en el auditorio Nicolás Casullo. Y allí estuvo presente Norma.

“No podía creer verse a ella misma ni sus cosas, estaba chocha. Repetía ‘esa es mi cocina’, ‘eso es tal cosa’. No podía creer que la reconocieran tampoco. Fue un momento hermoso para ella y para nosotros. Además, conoció la Universidad en su totalidad. Ella ya había ido a vacunarse allí, pero no había visto las aulas, el auditorio, los pasillos. Estaba impresionada”, rememora Solari. El equipo completo que realizó el trabajo estuvo compuesto por María Victoria González, Germán Fernández y Rita Herrera en la producción y en cámara, sonido y asistencia de cámara, respectivamente. También participó Ariel Viera como asistente de cámara.

