Y-TEC: la empresa de bandera que trabaja tecnologías del futuro

La fusión entre YPF y Conicet lleva casi diez años y una de sus metas, mediante la ciencia y la producción, es avanzar en el desarrollo de energías renovables.

El edificio de Y-TEC se encuentra ubicado en la localidad de Berisso, provincia de Buenos Aires. Créditos: Y-TEC
El edificio de Y-TEC se encuentra ubicado en la localidad de Berisso, provincia de Buenos Aires. Créditos: Y-TEC

El 5 de diciembre de 2012, Cristina Fernández anunció la creación de YPF Tecnología S.A (Y-TEC), la empresa más importante del rubro que tiene el país, compuesta por YPF (51 por ciento) y Conicet (49 por ciento). Como nexo entre ciencia y producción, Y-TEC cuenta en la actualidad con 47 laboratorios, 265 personas, 33 patentes y más de 50 tecnologías en desarrollo. Las principales líneas de investigación están orientadas a problemáticas y oportunidades estratégicas de la industria y se busca priorizar la ejecución de proyectos de alto impacto.

En diálogo con esta Agencia, Eduardo Dvorkin, resalta que el objetivo de Y-TEC es “aportar conocimiento científico al desarrollo de tecnologías, tanto para YPF como para otros sectores del país, en el campo de la energía y en el agro“. Y continúa: “En energía, el principal nicho de trabajo es el petróleo y el gas, pero también estamos trabajando en las renovables. En el agro, desarrollamos soluciones que promuevan el crecimiento del sector agroindustrial”.

Boom del litio

El litio es un recurso natural que obtuvo visibilidad en los últimos años y se utiliza para baterías de automóviles y dispositivos electrónicos. En la actualidad, Argentina es el cuarto productor mundial luego de Australia, Chile y China. El triángulo del litio compuesto por Argentina, Bolivia y Chile cuenta con cerca del 65 por ciento de los recursos mundiales.

Junto con la Universidad de La Plata, Y-TEC instalará la primera fábrica de celdas y baterías de litio en el país. En este sentido, la empresa planea enfocarse en la industrialización del litio ya obtenido y es por eso que se creó YPF Litio, entidad que se dedicará a la minería de este recurso natural.

“Estamos apoyando con mucha fuerza la opción de un centro de Conicet ubicado en Jujuy que se llama CIDMEJu (Centro de Investigación y Desarrollo en Materiales Avanzados y Almacenamiento de Energía de Jujuy), que, por razones ecológicas, está trabajando en métodos no evaporíticos para transformar la salmuera de los salares en carbonato de litio”, subraya Dvorkin.

Hidrógeno

Otra de las energías renovables en la que está trabajando Y-TEC es el hidrógeno. Hoy en día, el 99 por ciento del hidrógeno usado como combustible se elabora con fuentes no renovables.

Desde Y-TEC se creó un consorcio denominado “H2AR”, encargado de coordinar la actividad de diferentes actores del sector público y privado para desarrollar esta temática. Con más de 30 compañías miembro, el Consorcio trabaja en ocho unidades transversales a la cadena de valor del hidrógeno.

Al respecto, Dovrkin destaca que el proyecto específico de Y-TEC es “producir un electrolizador de un megawatt que va a ser utilizado en una siderurgia argentina para producir hidrógeno”.

Palanca de crecimiento

Al historizar sobre la ciencia y la tecnología en Argentina, Dvorkin señala que, antes de la llegada de Néstor Kirchner al poder, la ciencia era un adorno que tenía el país. A partir de 2003, se transformó en un apoyo para el desarrollo tecnológico que, en última instancia, promueve la economía del país.

Luego de cuatro años de macrismo, el sector volvió a resurgir: “Cada vez más, en Argentina como en el resto del mundo, la ciencia es una palanca de crecimiento, no un ornamento. Como decoración es muy cara, pero como palanca de desarrollo tenemos que invertir más”, afirma el autor del libro Qué ciencia quiere el país (Ediciones Colihue).

Desde su perspectiva, la ciencia y la tecnología tienen que estar al servicio de los 47 millones de habitantes. “La tecnología no puede ser un bien que nosotros importemos, tiene que ser un bien propio, y el que tiene que garantizar que se desarrolle y se utilice en el país es el Estado. No podemos pensar en un desarrollo tecnológico propio con la teoría de achicar el Estado. Al contrario, agrandar el Estado es agrandar las posibilidades de desarrollo autónomo“, cierra Dvorkin.


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Nicolás Retamar

Redactor. Docente y licenciado en Comunicación Social.