¿Cómo agradar al otro a partir de la primera impresión y qué dice la ciencia al respecto?
Las distintas facetas de la personalidad que pueden influir en cómo el ser humano es percibido en un primer contacto. Los hallazgos de un estudio científico y las claves para agradar al otro.
La sala de entrevistas estaba repleta de ansiedad. Mientras esperaba su turno, Lucas ensayaba su sonrisa y pulía su apretón de manos. Finalmente, lo llamaron. Con calma, entró y se encontró con una mujer seria, la empleadora potencial. Pero un estornudo inesperado rompió la tensión. Lucas, sin pensarlo, le entregó su pañuelo con gentileza. Ella sonrió. Durante la entrevista, descubrieron intereses comunes y conexiones inesperadas. La impresión inicial de Lucas había allanado el camino para una conversación genuina y fluida. Al final, recibió la oferta de trabajo. Esa simple muestra de empatía le demostró que una buena primera impresión puede abrir puertas y crear oportunidades inesperadas.
Suele decirse que nunca hay una segunda oportunidad para causar una primera impresión. Y parece que esta frase popular tiene respaldo científico. Son varios los estudios que sostienen que la primera impresión es un factor crucial en las interacciones sociales y puede tener un impacto significativo en las relaciones personales y profesionales. En ese sentido, ser conscientes de su influencia, permite aprovechar este conocimiento para construir conexiones sólidas y equitativas.
La Agencia de noticias científicas de la UNQ accedió a una reciente investigación llevada a cabo por investigadores de la Universidad de Leipzig, Alemania, donde se detallan y explican los comportamientos que influyen en la generación de una buena impresión en los primeros encuentros. En el estudio, los psicólogos Michael Dufner y Sascha Kraus identificaron dos comportamientos clave para generar una impresión favorable en los demás. Estos comportamientos, conocidos como comportamiento agente y comportamiento comunitario, revelan distintas facetas de la personalidad y pueden influir en cómo el ser humano es percibido en un primer contacto.
¿Cómo se hizo el estudio?
En el experimento se emparejaron a personas desconocidas y se les pidió que tuvieran una breve conversación. Después, cada participante calificó a su compañero en términos de agrado. El análisis de las conversaciones reveló patrones claros en cuanto a cómo los comportamientos agente y comunitario influyen en la percepción y aceptación social.
Los resultados mostraron que aquellos individuos que adoptaron un comportamiento agente, caracterizados por rasgos como liderazgo, dominación y confianza, fueron considerados populares por sus compañeros. Sin embargo, no gozaron de la misma simpatía que aquellos que mostraron un comportamiento comunitario.
El comportamiento comunitario, por otro lado, resultó ser más exitoso en términos de generar una impresión positiva y encajar con lo que los investigadores denominaron “simpatía única”. Esta simpatía única se refiere a la capacidad de agradar a personas específicas con las que se interactúa en lugar de buscar una popularidad generalizada.
Entonces, si el objetivo es agradar a otra persona, ¿qué comportamiento se debería adoptar? “El grado en el que una persona es aceptada por un compañero específico es una combinación de factores individuales y de la interacción entre ambos”, se explica en el estudio al que accedió la Agencia. Y se agrega que, en el comportamiento comunitario, los efectos en ambos niveles son positivos, lo que lleva a una recomendación clara: ser lo más comunitario posible.
Sin embargo, en el caso del comportamiento agente, el efecto es positivo a nivel individual pero nulo y negativo a nivel de relación. Por lo tanto, aunque puede aumentar la popularidad, no es aconsejable mostrar un comportamiento excesivamente agente al intentar establecer una nueva amistad.
Con todo, ser conscientes de los comportamientos sociales puede tener un impacto significativo en cómo el hombre es percibido por los demás en los primeros encuentros, lo que puede resultar ser una valiosa oportunidad para establecer relaciones sólidas y, por qué no, alcanzar el éxito. Y algo clave para siempre recordar: “Nunca hay una segunda oportunidad para causar una primera impresión”.