Arte y Tecnología: disfrutar de Van Gogh en clave inmersiva

Imagine Van Gogh, la muestra itinerante del artista holandés, ofrece una experiencia multisensorial con las pinturas más icónicas.

Una verdadera inmersión en un universo onírico, que sorprenderá a los visitantes en el Pabellón Frers de La Rural.
Una verdadera inmersión en un universo onírico. Crédito: lanacion.com.ar/

No se trata de verla sino de vivirla. Imagine Van Gogh, la muestra inmersiva dedicada al pintor holandés invita a sumergirse en unas 200 obras del pintor, en formato de gran tamaño, proyectadas en el piso de una sala, paredes y en velas  móviles monumentales, de más de ocho metros de altura. Así, el público puede recorrer la exhibición en un espacio a oscuras, donde se imponen las proyecciones gigantescas de las pinturas mientras se escucha una selección de música clásica.

Arte con tecnología inmersiva

La muestra itinerante presenta una tecnología denominada “Imagen Total”, un concepto original de las exposiciones inmersivas creado en 1977 por el fotógrafo y cineasta francés Albert Plécy y desarrollado por su nieta Annabelle Mauge.

La tecnología “Imagen Total” aporta una dimensión totalmente nueva al concepto de exposición de arte y revoluciona el encuentro entre artistas, obras de arte y público. Utiliza, además, técnicas avanzadas de multiproyección y audio inmersivo, lo que permite al espectador sumergirse profundamente en el corazón de las obras de Van Gogh. La música de grandes compositores, como Saint-Saëns, Mozart, Bach y Satie, refuerza la experiencia inmersiva y amplifica el impacto emocional de las imágenes. De esta manera, se proporciona un acompañamiento sonoro a la narración visual por medio de su ritmo, reforzando el contexto emocional.

Las técnicas de warping utilizadas para Imagine Van Gogh adaptan la superficie a la imagen proyectada, respetando así la integridad de esta última para ampliar las obras de arte, mientras que las técnicas de mapeo más tradicionales se centran en adaptar la imagen a la superficie. Warping consiste en ajustar perfectamente la obra proyectada a la superficie escenográfica. Esta técnica libera a la obra del sometimiento gravitatorio que acontece a cualquier objeto terrestre. La elección de las imágenes, su posicionamiento, su ritmo y su asociación con la música, componen esta creación original concebida por Annabelle Mauger y desarrollada con Julien Baron.

Los 200 cuadros seleccionados para la exposición forman parte de prestigiosas colecciones de museos como el Orsay de París, la Galería Nacional de Arte de Londres, el Museo Van Gogh de Ámsterdam, el Museo de Arte Moderno y el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York. “La Noche estrellada”, “Los girasoles”, “Los Lirios” o “Dormitorio en Arles”, son algunas de las obras que se podrán ver.

¿Qué es el arte inmersivo? 

El arte inmersivo es un experimento tecnológico y artístico, pero también de conexión y comunicación. “Son experiencias que desdibujan la línea entre el mundo físico y el mundo virtual, creando un fuerte sentido de inmersión y presencia”, explica Marina Gergich, docente investigadora de la Universidad Nacional de Quilmes. En este sentido, proporcionan a los sentidos información visual, auditiva y táctil, cuya función es reemplazar la realidad y la percepción espacio-temporal del sujeto. Con la inmersión, el estado de conciencia del espectador se transforma: al verse rodeado de un entorno audiovisual se produce una percepción de presencia en un mundo no físico. 

Según Gergich, existen innumerables ejemplos de arte inmersivo en Argentina. “Si hablamos de cine, podemos nombrar a “Brooklyn Experience” un largometraje de ficción rodado en 360 grados con la dirección de José Campusano; o “Casa Tomada” y “Misterio en la Biblioteca”, dos cortometrajes inmersivos de Gabriel Pomeraniec. Otra exposición inmersiva en Argentina, que apostó a lo sensorial y se subió a esta tendencia internacional, fue “Lumiere Photo”, llevada a cabo en septiembre del año pasado en FOLA, y que reunió más de 50 obras maestras proyectadas en la sala y con movimiento.

Una tendencia que crece

Las exposiciones inmersivas, en donde el espectador es protagonista, son una tendencia que crece en todo el mundo. En Barcelona, por ejemplo, en el Centro de Artes Digitales Ideal, el célebre pintor austríaco, Gustave Klimt, tiene también su propia exposición inmersiva, con una impactante proyección de 200 obras, en 300 metros cuadrados, con detalles que se desprenden de las piezas y navegan en sutil movimiento. La muestra -exhibida simultáneamente en Bruselas- incluye una escultura anamórfica, que descompone “El beso” en diferentes planos, de modo que cada visitante puede ver la imagen completa desde un punto determinado de la sala, y un video en 3D que se puede ver con lentes de realidad virtual.

Imagine Van Gogh ya recorrió varias capitales del mundo, desde su lanzamiento en La Cathédrale d’Images (Francia) en 2008. En Argentina, fue récord de asistencia.


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María Ximena Perez

Periodista, docente e investigadora. Doctora en Comunicación.