Los seres humanos causaron la extinción de más de 1400 especies de aves
El estudio publicado en la revista Nature advierte que el número duplica las estimaciones que había hasta el momento y detalla la crisis de biodiversidad.
Según un artículo publicado en la prestigiosa revista Nature, los seres humanos habrían provocado la extinción de 1430 especies de aves. Aunque ya había modelos que daban cuenta de esta desaparición, el número que se manejaba hasta ahora se estimaba en 600, es decir, menos de la mitad. En este sentido, se perdieron entre el 10 y el 12 por ciento de las casi 11 mil especies de aves que existen en la actualidad. Así, los investigadores advierten que este fenómeno tendrá “consecuencias ecológicas y evolutivas probablemente graves y potencialmente irreversibles”. El trabajo fue llevado a cabo por el Centro para la Ecología y la Hidrología del Reino Unido y contó con la colaboración de Centros y Universidades de Noruega, Suecia, Alemania y España.
“Estas extinciones históricas pueden tener grandes consecuencias para el funcionamiento de los ecosistemas. El mundo no sólo ha perdido un gran número de especies de aves únicas, sino que también se habrán perdido las funciones clave que realizaban estos pájaros. Por ejemplo, la pérdida en la dispersión de semillas o la polinización tiene efectos nocivos en cadena sobre otras especies y el conjunto del ecosistema”, sostuvo Ferran Sanyol, investigador del Centro de Investigación en Ecología y Aplicaciones Forestales (CREAF) y coautor del estudio.
A través de modelos matemáticos, los científicos combinaron las extinciones previamente documentadas con registros fósiles y estimaciones de extinciones no descubiertas en 1488 islas. Si bien la tasa de aves varió a lo largo del tiempo, la mayor desaparición provocada por los seres humanos se dio alrededor del año 1300 d.C.
En este sentido, las islas fueron las más afectadas ya que el 90 por ciento de las extinciones de aves conocidas se produjo en estos ecosistemas. Como estos animales tienen huesos livianos y huecos, no suelen conservarse de la misma manera que los fósiles. Esto implica que la mayoría de los análisis que se habían hecho hasta el momento se hayan basado en evidencia observacional escrita.
Crisis de biodiversidad
A pesar que ya hay estudios que advierten sobre una sexta extinción masiva y la pérdida de 73 géneros de vertebrados en los últimos 500 años, el grupo de investigación hace hincapié en que los análisis anteriores de la tasa de extinción de aves se centraron en observaciones bien registradas y desconocieron el alcance real ya que el registro fósil que hay disponible es incompleto.
“Ignorar las extinciones fósiles y no descubiertas limita nuestra comprensión de las tasas de extinción de aves y puede subestimar sustancialmente la magnitud de la pérdida de biodiversidad provocada por el hombre, con implicaciones para la biodiversidad global, la historia evolutiva y la conservación”, subrayan en el documento.
En la investigación publicada, sus autores destacan que los factores que impulsan las extinciones de aves provocadas por el hombre incluyen la pérdida de hábitat asociada con la tala y la quema de tierras, la introducción de plantas, cultivos no nativos y especies exóticas, y la sobreexplotación de especies de aves mediante la caza y la captura. En algunos casos, su grasa, sus proteínas sus huesos y plumas coloridas eran y todavía siguen siendo objetos preciados.
Por su parte, el CREAF resalta que el informe “descubre la magnitud real de las extinciones globales provocadas por los humanos, con las implicaciones que esto comporta por la crisis de biodiversidad que estamos viviendo”.
Aún queda tiempo
Pese al escenario complejo y las noticias que muestran el deterioro del planeta, Sayol no pierde el optimismo. “A pesar de la tragedia que representa la pérdida de especies, todavía hay esperanza. Las últimas acciones de conservación han dado sus frutos, salvando algunas especies como el cernícalo de Mauricio, el cóndor de California, y tenemos la oportunidad de intensificar los esfuerzos por salvaguardar los hábitats de muchas aves y evitar extinciones futuras para conseguir mantener el correcto funcionamiento de los ecosistemas”, afirma.