¿Por qué el sexting podría convertirse en el lenguaje del amor moderno?

Entre la libertad y la coerción, cómo abordar la complejidad inherente a esta práctica contemporánea entre los más jóvenes. La voz de una especialista.

El sexting y la autopresentación en línea son fenómenos complejos que reflejan las dinámicas de poder y control presentes en la sociedad. Crédito: Computer hoy.
El sexting y la autopresentación en línea son fenómenos complejos que reflejan las dinámicas de poder y control presentes en la sociedad. Crédito: Computer hoy.

En la era digital, donde la conectividad y la comunicación virtual son omnipresentes, el fenómeno del sexting y las formas de autopresentación en línea son temas de debate y reflexión cada vez más relevantes. Si bien estas prácticas pueden percibirse inicialmente como expresiones de libertad sexual y autonomía individual, es crucial reconocer la complejidad y las implicaciones profundas que subyacen detrás de ellas.

El sexting, definido como el intercambio de mensajes, imágenes o videos de naturaleza sexual a través de dispositivos móviles, se popularizó en los últimos años como una forma de exploración íntima y un medio de mantener la pasión en las relaciones a distancia. Sin embargo, detrás de esta aparente libertad y diversión se esconde una realidad más oscura y preocupante.

En diálogo con la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes, Valentina Arias, investigadora del Conicet y especialista en jóvenes, medios digitales e imágenes, señala dos enfoques predominantes en el análisis del sexting: uno jurídico, que destaca los aspectos delictivos como la pornografía infantil y la violencia de género digital, y otro psicológico, que lo considera una conducta de riesgo. Ambas perspectivas pueden ser limitadas al no abordar la complejidad del fenómeno.

Según explica, en el ámbito público, hay quienes lo celebran como una expresión de libertad sexual, mientras que otros enfatizan los riesgos, especialmente para las mujeres jóvenes. “Se necesita un enfoque equilibrado que reconozca tanto los riesgos como los beneficios del sexting, promoviendo la educación sexual integral que incluya el consentimiento y el respeto en las relaciones digitales”, remarca Arias.

El lado oscuro

La especialista detalla que un aspecto fundamental a considerar es la presión social y el condicionamiento de género que subyacen en muchas interacciones digitales. En este sentido, es alarmante observar cómo el sexting puede convertirse en un mandato implícito, especialmente para las mujeres, quienes a menudo se encuentran en situaciones de vulnerabilidad y coerción dentro de sus relaciones íntimas. “La insistencia por parte de los varones en solicitar fotografías íntimas, acompañada de estrategias de persuasión y chantaje emocional, plantea serios interrogantes sobre los límites del consentimiento y la autonomía individual”, dice.

Además, el sexting también puede ser utilizado como una herramienta de control y dominación, dando lugar a situaciones de extorsión, acoso y abuso sexual en entornos digitales. Las consecuencias devastadoras de estas formas de violencia son evidentes, generando traumas emocionales y afectando la integridad y la privacidad de las personas involucradas.

Es importante subrayar que las observaciones de Arias se fundamentan en testimonios reales recopilados en varias entrevistas que realizó en el proceso de su investigación científica, previa a la publicación de su flamante libro “Mandar fotitos”, una publicación donde analiza el fenómeno del sexting en mujeres jóvenes. En ese sentido, a través de una combinación de historia, teoría y testimonios, ofrece una visión detallada y perspicaz de esta práctica cada vez más común en la era digital. “Mandar fotitos pretende desafiar los discursos simplistas y polarizados para poder comprender el sexting de manera más profunda y matizada. Por eso, se presentan testimonios reales de mujeres que participan en el sexting”, cuenta a la Agencia.

Crédito: Valentina Arias.
Crédito: Valentina Arias.

Siguiendo esta línea, sugiere que la educación en materia de consentimiento y respeto mutuo debe ser prioritaria en todos los niveles, desde las instituciones educativas hasta las plataformas en línea y los medios de comunicación. “Es fundamental fomentar un diálogo abierto y honesto sobre el sexting y sus implicaciones, promoviendo una cultura de consentimiento informado y relaciones saludables”, concluye.

Con todo, abordar estos desafíos requiere un enfoque multidimensional y un compromiso colectivo para promover relaciones íntimas basadas en el respeto, la igualdad y la autonomía individual.


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María Ximena Perez

Periodista, docente e investigadora. Doctora en Comunicación.