Mendoza: desarrollan un sistema que protege las viviendas de los sismos
Patentada de manera reciente, la tecnología está diseñada para casas bajas ya construidas y permite disminuir el daño que hacen los movimientos de la tierra.
Científicos de la Universidad Nacional de Uncuyo y el Conicet desarrollaron un sistema que aumenta la resistencia de viviendas frente a sismos y terremotos. Patentado recientemente en el Instituto Nacional de Propiedad Industrial de Argentina, esta tecnología está especialmente diseñada para casas bajas ya construidas y permitirá disminuir el daño que hacen los movimientos de la tierra. En diálogo con la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ, Daniel Ambrosini, director del proyecto, explica en qué consiste este sistema y cuándo estará disponible para todo público.
“El sistema de amortiguadores de líquidos sintonizados de alta frecuencia funciona por transferencia de energía. Se trata de un dispositivo que se coloca en la parte superior de los hogares y que contiene en su interior agua, una tapa de acero y resortes”, comienza explicando el investigador del Conicet en el Instituto de Mecánica Estructural y Riesgo Sísmico. Debido a su ubicación geográfica, Mendoza es una provincia que sufre con frecuencia sismos, por lo que –una vez más– la ciencia y la universidad dan respuesta a un problema local. Lo que resta es que el mercado se interese por el desarrollo y pueda producirlo a gran escala para dar soporte a la comunidad.
Cuando inicia un sismo, se transfiere energía de movimiento –cinética– a una vivienda, que si supera lo que el hogar puede soportar, este comienza a dañarse, por ejemplo con la resquebrajadura de paredes o su derrumbe. En ese sentido, el especialista explica que, al colocar el sistema amortiguador sobre el hogar, parte de la energía que transfiere el sismo a la casa se traslada hacia el dispositivo. De esta manera, se logra que el movimiento disminuya y, por ende, los daños sean menores.
“La clave para que funcione está en la sintonización de frecuencias. Cada vivienda posee una frecuencia fundamental que refiere a la cantidad de movimientos que hace por segundo, es decir cuántas veces va y viene la estructura. El objetivo del sistema es poner en una misma frecuencia los movimientos que hace la vivienda con los del líquido del dispositivo, que no son los mismos. Cuando se logra esto, parte de la energía que recibe la estructura, se la transfiere al sistema y este la disipa para evitar el colapso”, detalla a la Agencia.
El dispositivo se trata de una adaptación de un sistema de amortiguadores clásico que se utiliza para estructuras más grandes, como edificios o puentes. La innovación radica en que este sistema puede utilizarse en viviendas más bajas y ya construidas puesto que las nuevas poseen otras soluciones como el aislamiento sísmico.