Volver a los “dumbphones”: la nueva tendencia para desconectar del universo digital

Frente a un mundo donde la tecnología gobierna, jóvenes y empresas optan por utilizar los teléfonos básicos que fueron furor en los noventa y dejar a un lado los smartphones.

Cada vez más los jovenes buscan desconectar del mundo digital que los sobreestimula. Créditos: Getty Images.
Cada vez más los jovenes buscan desconectar del mundo digital que los sobreestimula. Créditos: Getty Images.

Al despertar, las personas miran la pantalla del celular para apagar la alarma. Luego, scrollean en las distintas redes sociales para ver qué novedades hay, desayunan mientras contestan mails y WhatsApps, revisan otras notificaciones, escuchan música, hacen transacciones bancarias y miran un video en silencio. Así como tiene ventajas, diversos estudios han demostrado que la hiperconectividad trae problemas físicos y psicológicos como ansiedad, depresión y falta de concentración. Para desconectar del exceso de estímulo del mundo digital, muchas personas eligen dejar a un lado los smartphones (teléfonos inteligentes) y volver a aquellos que fueron furor en los noventa: los dumbphones o teléfonos “tontos”. En este artículo, la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ describe las distintas experiencias.

El agotamiento mental que generan los smartphones a veces escala a problemas mayores, como el FOMO (Fear of Missing Out) que es el miedo de perderse algo, o a la nomofobia, que es la ansiedad extrema de carácter irracional que se origina cuando una persona permanece mucho tiempo sin poder usar su teléfono celular. En búsqueda de escapar de este cansancio mental, de trastornos de la era moderna o mismo la intención de los padres por evitar que sus hijos accedan muy temprano a un teléfono, muchas personas regresaron a los celulares básicos desplegables, con o sin tapa, con teclado o los primeros táctiles.

Sin internet, cumplen las funciones simples por las que fueron creados: permiten llamar, mandar y recibir mensajes, tener algún juego, poner alarmas y no mucho más. Además, presentan ventajas como su tamaño más pequeño y una batería más duradera.

Así, por ejemplo, en el sitio web Reddit existe la comunidad “Dumbphones” formada por 55 mil miembros, en donde se intercambian reseñas, opiniones y experiencias acerca de celulares básicos o inteligentes. En la descripción, señalan: “¡Únete a la revolución y disfruta de una vida sencilla!”. Incluso, están quienes quieren desconectar de tanta tecnología pero buscan dumbphones donde puedan instalar aplicaciones que les resultan útiles como WhatsApp y Spotify.

De la misma manera, algunos usuarios utilizan Youtube o redes sociales como Tik Tok para mostrar (como si de una reliquia se tratara) los viejos dispositivos con las funciones simples que traían. Es el caso del youtuber Jose Briones que analiza y compara distintos teléfonos e, incluso, registró en videos su experiencia de vivir cuatro días sin internet. También, adolescentes de Nueva York fundaron el Luddite Club, cuyo único requisito es reunirse sin teléfonos inteligentes en la mano y aprovechar ese tiempo para hacer otras actividades como leer, dibujar o algo tan básico como hablar cara a cara.

El youtuber Jose Briones analiza y compara los viejos teléfonos.

Esto no queda solo en experiencias personales sino que también algunas compañías, como Punkt, desarrollan teléfonos minimalistas, es decir, con las funciones esenciales de un celular. Desde la empresa, sostienen que la tendencia a agregar cada vez más funciones a los productos tecnológicos hace que la sociedad pase más tiempo mirando una pantalla y se pierde la oportunidad de ver a su alrededor e involucrarse con la vida.

La práctica de volver a lo simple y esencial en un mundo dominado por la tecnología cobra más fuerza si se tiene en cuenta que ya en 2017 la Unión Internacional de Telecomunicaciones advirtió que había más abonos a teléfonos celulares (7.700 millones) que personas en el planeta (7.400). Asimismo, un informe reciente de la ONU declara que el 67 por ciento de la población mundial tiene acceso a internet.

Además de volver a los viejos teléfonos, existen otras tendencias que apuntan a la desintoxicación digital. Por ejemplo, algunas personas eligen poner restricciones de tiempo a las apps o redes sociales, llevan un registro de la cantidad de veces al día que desbloquean sus teléfonos, ponen a determinado horario la pantalla en blanco y negro, o lo apartan o apagan a la noche. Igualmente, también regresó el uso de las cámaras digitales y de relojes analógicos que permiten reemplazar a los celulares inteligentes al momento de sacar fotos y poner alarmas.


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Luciana Mazzini Puga

Licenciada en Comunicación Social (UNQ).