Dietas “proteicas”: ¿pueden realmente conformar una nutrición saludable?
La preocupación por tener hábitos y nutrición saludables ocupan cada vez más espacio en las redes sociales. Consejos brindados por personas que no tienen la formación adecuada son parte del contenido que aparece en Tik-Tok o Instagram. La frase que se repite: hay que incrementar el consumo diario de proteínas. Tanto si el objetivo es perder peso, generar más masa muscular, o simplemente mantenerse saludable, la orden es siempre la misma: no hay suficientes proteínas en las ingestas. Desde la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ consultamos a la licenciada en Nutrición Guadalupe Oxoby para saber cuál es la evidencia sobre este tema y desmitificar la información errónea que circula.
Oxoby destaca que es “importantísimo llevar una ingesta adecuada de proteínas para mantener la salud” y es especialmente recomendable en aquellas personas que quieran aumentar masa muscular. Desde esta perspectiva, agrega: “La ingesta recomendada varía en función al peso corporal, al tipo y cantidad de actividad física que se realiza y a los objetivos individuales de cada persona. No es igual para todos”. La especialista explica también que el requerimiento de proteínas es mayor para deportistas y que debe ser evaluado por un profesional idóneo, pero que un consumo excesivo de este macronutriente no necesariamente termina por transformarse en masa muscular.
Respecto del interrogante de si una dieta alta en proteínas contribuye a la reducción del peso corporal, Oxoby explica que un plan con aumento de estos macronutrientes puede ser una estrategia válida al generar aumento de la saciedad y reducción del apetito “mientras se favorece la preservación de la masa muscular durante el periodo de descenso”.
Sin embargo, advierte que los planes de alimentación enfocados en un único macronutriente no son recomendados a largo plazo porque carecen de equilibrio y pueden generar deficiencias nutricionales por la limitación y baja variedad alimenticia. “Todo plan de alimentación debe ser desarrollado de manera individual, teniendo en cuenta las características de cada persona”, subraya. Oxoby se inclina por un esquema de alimentación variado y sin restricciones para garantizar la cantidad adecuada de macro y micronutrientes esenciales, y trabajar en un estilo de vida saludable a largo plazo. Desde aquí, brinda una pauta que puede servir como mandamiento. “No necesitamos dietas que duran poco tiempo, sino hábitos que acompañen toda la vida”.
Al hablar de las recomendaciones que aparecen en redes sociales, la nutricionista apunta que, en muchos casos, son alarmantes. “En general, no tienen sustento científico y no tienen en cuenta los efectos adversos que se pueden generar”. Según Oxoby, lo que preocupa es que los consejos vienen de personas que no son profesionales de la salud y recomiendan prácticas que son seguidas sin cuestionamientos, lo que termina por desinformar con una total falta de responsabilidad.
El secreto está en los hábitos
Oxoby se preocupa por resaltar que no conviene hablar de dietas sino de cambio de hábitos. “A diferencia de las dietas que no pueden mantenerse de por vida, un hábito es algo que llega para quedarse y que no aparece de un día para el otro, no es algo mágico”. La especialista resalta que no se come solo por apetito, sino que “comemos por ansiedad, por tristeza, por alegría. Los cambios tienen que ser flexibles”.
En la cultura latinoamericana en general y en la Argentina en particular, la mayoría de las reuniones sociales tienen a la comida como el centro. La licenciada resalta que tiene que mejorar la relación con los alimentos y explica que, si no hay flexibilidad, las personas terminan por asistir a encuentros sociales con viandas restrictivas y esto no permite que los hábitos saludables se instalen. “No existe una dieta ideal, existe trabajar en una alimentación variada que incluya factores individuales y que sea flexible”, insiste.