La Liga de la ciencia: un programa que podría durar para siempre
Emitido por la TV Pública, llega a su sexta temporada con nueva escenografía, secciones y miles de preguntas para hacer sobre el mundo.
Nuevas secciones, otras preguntas y más misterios por develar. “La Liga de la ciencia”, el programa de divulgación científica conducido por la bióloga María Eugenia López y el físico Andrés Rieznik, inicia su sexta temporada. Pensado y realizado por El Oso Producciones, celebra la curiosidad y tiene un objetivo claro: democratizar las condiciones de acceso y participación al conocimiento. “Nos gusta comunicar que, más allá de ser investigador o investigadora en un futuro, todos y todas podemos disfrutar de la ciencia”, afirma López a la Agencia de Noticias Científicas. El ciclo, que obtuvo el Martín Fierro como el mejor programa de Cultura/Educación en 2019, se emite todos los sábados a partir de las 13:30 hs. por la pantalla de la Televisión Pública.
La Liga de la ciencia no solo busca mostrar el producto final, sino también los procesos inherentes a la construcción del conocimiento científico. En este afán, es el resultado de la combinación de dos géneros: por un lado, el periodístico, que muestra el potencial de la ciencia argentina y, por el otro, el de la divulgación que busca compartir las incógnitas del mundo del conocimiento a través de distintos formatos, como animaciones, experimentos en vivo, columnas y clases magistrales.
“Cuantas más maneras de pensar y más preguntas tengamos, habrá más herramientas para discutir y decidir cómo queremos que sea nuestro mundo.”
— María Eugenia López, bióloga, divulgadora y conductora de La Liga de la ciencia
López considera que la ciencia debe estar en todos lados: “Se debe contar en la televisión, los teatros o el cine porque es parte de la cultura. Cuantas más maneras de pensar y más preguntas tengamos, habrá más herramientas para discutir y decidir cómo queremos que sea nuestro mundo”. En coincidencia con esto, Rieznik agrega: “La divulgación y el periodismo científico se complementan muy bien. Necesitamos más comunicación pública de la ciencia hecha por periodistas y más científicos que comuniquen sus trabajos”.
En su sexta temporada, el programa se muestra renovado. Además de una escenografía distinta, las tradicionales clases magistrales, las entrevistas y la continuidad en la cobertura de ciertos temas, el equipo presentó nuevas inquietudes que dieron lugar a otras secciones. La conductora cuenta que, con el nacimiento de su bebé Río, comenzó a interesarse por el desarrollo y el crecimiento de las infancias en sus distintas etapas y a hacerse diversas preguntas: ¿cómo se aprenden los números? ¿Y el lenguaje? ¿Qué cosas vienen incorporadas en el individuo? Esto llevó a que el “neurodesarrollo” se convirtiera en una nueva sección, donde se trata de indagar sobre aspectos específicos como cuáles son los factores del ambiente que cambian el circuito neuronal de los niños y las niñas. “Me parece que ahí hay un mundo hermoso para contar y que es muy importante porque todo lo que sucede a nivel cognitivo en la infancia tiene implicancias para el futuro. Cuanto más se sepa de ello, mejor“, observa la bióloga.
Las preguntas como motor de búsqueda
Las preguntas son el motor de búsqueda de toda investigación y de las ciencias en general. Actualmente, el Conicet tiene más de 11 mil investigadores, más de 11 mil becarios de doctorado y postdoctorado y más de 2.600 técnicos y miembros de la Carrera de Personal de Apoyo a la Investigación. En relación a estos números, Riesnik manifiesta que “hay material para cincuenta mil temporadas. La Liga de la Ciencia es un programa que podría durar para siempre”.
Un dato adicional es que el programa busca divulgar la ciencia desde una perspectiva de género, con columnistas científicos y científicas. López narra que cuando era chica no había tantas mujeres en la televisión. “Es sabido que es más difícil porque las mujeres son mucho más juzgadas física e intelectualmente que los hombres”. Sin embargo, destaca que la presencia femenina en el medio creció con los años, lo que es importante porque “las niñas y adolescentes pueden decir ‘mirá, yo puedo hacer eso'”.
Asimismo, Rieznik, quien además realiza shows de matemagia, recalca lo fundamental que resulta que se genere contenido específico para las infancias. “A veces la ciencia se cuenta desde un lugar un poco ‘embolante’ como si los científicos fueran personas que saben la verdad en lugar de lo que realmente son: personas que saben que viven en un misterio gigante y conocen muy poquito”, comenta el físico, y completa: “Es importante acercar a las infancias a la ciencia a través de juegos, espectáculos, películas, documentales y, en definitiva, desde la diversión”.
El programa es original porque es el único conducido por un científico y una científica. Además de los presentadores, el ciclo está compuesto por Valeria Edelsztein, Cindy Fernández, Mariano Ribas, Sergio Wischñevsky, Pedro Bekinschtein, lonatan Pérez, Cecilia Apaldetti y Consuelo López. A través de sus columnas, exploran distintas áreas que van desde la química, la física, la meteorología y la neurociencia hasta la paleontología, la historia, la tecnología y la astronomía.
“Es importante que se produzca el encuentro entre los científicos, las científicas y la sociedad. Así como tenemos citas con el médico o disfrutamos de la música sin ser músicos, la sociedad puede tener cita con la ciencia y disfrutar de la curiosidad”, concluyen.