Acuerdo de la OMS sobre pandemias: ¿cuáles son las consecuencias de que Argentina no participe?

El compromiso internacional plantea la equidad en el acceso a vacunas y tratamientos, pero el país decide dar la espalda a las políticas de cooperación.

Créditos: Gaceta médica.
Créditos: Gaceta médica.

De manera reciente, los países que integran la Organización Mundial de la Salud aprobaron el Acuerdo sobre Pandemias. Se trata del primer compromiso internacional de la historia para prevenir, preparar y responder mejor a futuras crisis sanitarias globales. Los efectos de la última aún persisten, entre secuelas como la covid prolongada, el desborde de los hospitales y centros sanitarios, los golpes a la economía y las 7 millones de muertes. En ese marco, el Acuerdo apunta a que haya una equidad en el acceso a vacunas y tratamientos, y a la acción coordinada de las naciones frente a una eventual propagación viral. Entre quienes no dieron el presente se encuentra Argentina que, si bien aún no se concretó oficialmente, en febrero pasado anunció su retiro del organismo. ¿Qué implica no participar en este Acuerdo?

Tras tres años de negociaciones, los Estados de la OMS aprobaron el acuerdo por mayoría con 124 votos a favor, 0 objeciones y 11 abstenciones. Entre los objetivos, está disminuir la desigualdad entre los países al momento de acceder a diagnósticos, tratamientos y vacunas relacionados con una pandemia, algo que quedó en evidencia en 2020. Por su parte, Argentina decidió ausentarse en línea con su anuncio de no formar más parte de la OMS, una política exterior mimetizada con la de Trump en Estados Unidos.

Una pandemia es un mal público global, es decir, es una enfermedad que se propaga más allá de las fronteras y que no hay forma de responder si no es coordinadamente entre todos los países y conseguir lo que se llama la provisión de bienes públicos globales”, explica Bernabé Malacalza, doctor en Ciencias Sociales, a la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ. La provisión de bienes públicos globales se basa en los principios de no exclusión y no rivalidad, y refiere a aquellos bienes y servicios que deben estar disponibles para todos y que cualquier persona puede disfrutar sin disminuir los beneficios que brindan a otros.

Este acuerdo es clave para los países en desarrollo porque sin él no hay garantía de acceso a las vacunas. En la última pandemia se vio que la vacunación fue mucho más lenta en los países en desarrollo y dependió de los gobiernos y de las compras de vacunas. No hubo liberación de patentes en la Organización Mundial del Comercio y los perjudicados fueron los países del sur”, detalla el magíster en Relaciones y Negociaciones Internacionales.

Y continúa: “Al no participar, Argentina queda aislada de una respuesta coordinada. La población queda a merced de una situación de asimetría entre los países desarrollados, que tienen acceso a la tecnología, a las vacunas y capacidad de infraestructura para responder a las pandemias, y los países en desarrollo que deben fortalecer capacidades, como los latinoamericanos”. 

De todas maneras, Malacalza hace una advertencia: dentro del grupo de los países en desarrollo, Argentina es de los países que demostró mayor solidez al poder producir vacunas, respiradores artificiales o test de diagnóstico. Esto no es casualidad sino que son años de producción y fortalecimiento del sistema científico-tecnológico que hoy está siendo desfinanciado.

El argumento que utiliza el gobierno de Milei de que este tipo de acuerdos son obligaciones a, por ejemplo, cuarentenas y que van contra la libertad de las personas no tiene sentido. Ningún acuerdo multilateral fuerza a los Estados. Los organismos no tienen poder coercitivo o sancionatorio, si no irían contra la soberanía de cada país. Lo que hacen son recomendaciones”, relata. Esto se pudo ver en la última pandemia cuando algunos gobiernos retrasaron la compra de vacunas o definieron no acatar las recomendaciones de hacer un aislamiento social preventivo para frenar la propagación del virus.

La salud en juego

Según la Fundación Soberanía Sanitaria, además de este Acuerdo sobre Pandemias, el retiro de Argentina de la OMS implicaría dejar de tener acceso a un fondo rotatorio que permite la compra de tecnologías e insumos sanitarios; así como también, la falta de apoyo a programas de enfermedades transmisibles y no transmisibles, salud mental, materno infantil y vacunas. Asimismo, las enfermedades raras o desatendidas, como el Chagas, quedarían abandonadas puesto que ya no se recibiría la colaboración técnica ni la donación de medicamentos.

Ahora bien, respecto a si el país está o no en la OMS, la decisión debe pasar por el Congreso Nacional ya que su membresía está ratificada por ley. Asimismo, la salida de un país puede demorar hasta un año y, en caso que suceda, el organismo debe llevar adelante un proceso interno. Por lo cual, se seguirá viendo la silla vacía de “Argentina” por un tiempo más.

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