
-Las ciencias sociales son las más atacadas por los gobiernos de derecha de la región…
-En Argentina y en otros países del mundo hay discursos y políticas anti-ciencia y negacionistas, tanto de diversos fenómenos sociales como de cualquier conocimiento o pensamiento científico. Sin embargo, dentro de esos discursos que atacan la educación pública y la investigación en general, las ciencias sociales, las humanidades y las artes son las más hostigadas y perseguidas, las que sufren mayores recortes presupuestarios.
-¿Por qué ocurre esto?
-Tiene que ver con que, justamente, es el campo donde más claro se ven estas posiciones críticas, aunque por supuesto también están en las ciencias llamadas exactas o naturales. De hecho, los discursos negacionistas también niegan el cambio climático, que es algo de las ciencias biofísicas y no sólo de las sociales. No obstante, las ciencias sociales suelen ser las más atacadas porque se focaliza que ahí está el pensamiento crítico o una potencia de crítica social y de interpretación del mundo, que identifica o descubre algunos procesos que a simple vista podrían pasar desapercibidos. Esa posición crítica y esa profundización en las dinámicas del mundo a las ultraderechas les molesta muchísimo más que a otros poderosos.
-¿Cuál es la propuesta de Clacso frente a esta situación?
-Clacso es una red de pensamiento crítico, pero también hacemos autocrítica, y muchas veces seguimos utilizando herramientas producidas hace varias décadas. Sin embargo, el mundo en transformación requiere instrumentos innovadores y emergentes. Por lo tanto, debemos ser capaces de construir herramientas de interpretación, comprensión y explicación del mundo adaptadas a las realidades actuales. Ese es el primer desafío.
-¿Y el segundo?
-La extrema derecha construyó un discurso donde sostiene que la igualdad es una farsa. ¿Qué opinión le merece?
-Estoy convencido de que la libertad y la igualdad no son contradictorias. Para ser verdaderamente libres hay que tener pisos de igualdad mínimos, y para poder ser iguales también tenemos que ser libres. A esa contradicción debemos contrarrestarla.
-¿Solo se trata de enfrentar a estos gobiernos?
-Hoy en día, ante la actual situación de las ciencias sociales y las universidades en Argentina y otros países, Clacso puede ser planteado como un espacio de cobijo, refugio y protección, pero también de iniciativa. No podemos negar los malestares, estamos en el subcontinente más desigual del mundo y vivimos desigualdades multidimensionales, discriminaciones, racismos, segregaciones cruzadas e interseccionadas. No obstante, debemos hacerle frente y ser capaces de gestar propuestas superadoras para estas realidades que estamos viviendo.
-¿Por dónde deben ir esas líneas de acción?
Pablo Vommaro nació el 19 de noviembre de 1974, es profesor de Historia y doctor en Ciencias Sociales. En la actualidad se desempeña como docente de la Universidad de Buenos Aires, donde integra el Equipo de Estudios de Políticas y Juventudes del Instituto Gino Germani. Además, es investigador del Conicet y era secretario académico de Clacso, hasta su asunción como Director Ejecutivo. Vommaro es especialista en temas de juventud y movimientos sociales. En este sentido, escribió libros como “Juventudes y políticas en la Argentina y en América Latina. Tendencias, conflictos y desafíos”, y compiló otros como “Juventudes, democracia y crisis. Pandemia, post-pandemia y después”.