Banco Nacional de Datos Genéticos: ¿por qué es importante resguardar esta institución?

Abuelas de Plaza de Mayo exigió más medidas de protección frente a la falta de presupuesto y al decreto que le quitó su autarquía y autonomía. Las muestras biológicas en peligro.

Guillermo Pérez Roisinblit y su abuela Rosa Tarlovsky de Roisinblit. Créditos: Abuelas de Plaza de Mayo.
Guillermo Pérez Roisinblit y su abuela Rosa Tarlovsky de Roisinblit. Créditos: Abuelas de Plaza de Mayo.

De manera reciente, la asociación Abuelas de Plaza de Mayo solicitó a la justicia que amplíe las medidas de protección del Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG). En un comunicado, denuncian que el Decreto N° 351/2025 del gobierno de Javier Milei, que lo transformó en un organismo desconcentrado y le quitó su autarquía y autonomía, también afectó su funcionamiento. Así, estuvo sin dirección durante semanas y aún no se llamó a concurso para cubrir las vacancias de roles esenciales para el desarrollo de las tareas centrales, como firma de informes para comunicar resultados de entrecruzamientos de ADN, el presupuesto para viajes de extracción de muestras o las exhumaciones para completar grupos familiares. A su vez, exigen que se resguarden las muestras para identificar a los nietos y nietas apropiados durante la última dictadura cívico-militar. En este artículo, la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes dialoga con Guillermo Pérez Roisinblit, nieto recuperado e integrante de la comisión directiva de Abuelas, sobre qué está pasando en el BNDG y por qué es importante su funcionamiento.

“El Banco Nacional de Datos Genéticos fue creado a instancias y a pedido de Abuelas de Plaza de Mayo durante la presidencia del Dr. Raúl Alfonsín. Fue una herramienta sumamente eficaz y es la única con la que contamos al día de hoy para poder restituir la identidad de cada uno de los nietos y nietas que estamos buscando”, relata Roisinblit a la Agencia

El BNDG se encarga de realizar estudios genéticos que permiten identificar vínculos biológicos entre personas que sospechan ser hijos de desaparecidos durante el Terrorismo de Estado. Para ello, comparan material genético de estas personas con muestras de familiares que se conservan en el Banco. En la actualidad, la institución no tiene presupuesto suficiente para trabajar y funcionar ya que se mantiene con el de 2023.

Entre las denuncias que hacen desde Abuelas, piden que se disponga una medida de no innovar para resguardar las muestras biológicas y genéticas que integran el Banco, los instrumentos, los equipamientos, el inmueble donde se almacenan y preservan las muestras y la tecnología utilizada para su resguardo y adecuado entrecruzamiento. 

“Desde el golpe de Estado a la fecha pasaron 49 años por lo que es muy difícil volver a recolectar el material genético de los grupos familiares que fue tomado a principios de los 80. Hay que tener en cuenta que muchos abuelos o abuelas ya no están entre nosotros”, explica Roisinblit, que también es abogado.

Además, las Abuelas denuncian que, con el Decreto N° 351/2025, el Banco estuvo semanas sin dirección –recientemente el gobierno prorrogó el mandato de la directora Mariana Herrera Piñero– y perdió su autarquía y autonomía lo que le quita la posibilidad de administrar sus propios recursos e implica un entorpecimiento en su objeto y funciones. A su vez, las decisiones del Banco están en manos del secretario de Innovación, Ciencia y Tecnología Darío Genua, licenciado en Administración de Empresas, y del Subsecretario de Ciencia y Tecnología José Luis Acevedo, licenciado en Psicología. 

“Es decir,  profesionales sin formación específica para garantizar la labor de un laboratorio de alta complejidad, que es perito oficial en causas de lesa humanidad. En este sentido, pedimos a la justicia que intime al Gobierno para que convoque a los concursos públicos que garanticen la idoneidad científica de las/los profesionales para cubrir las vacancias de los cargos directivos”, dicta el comunicado. 

“Hay una intervención de facto dentro del Banco porque, en lo que se conoce como la Ley Bases, uno de los organismos exceptuados para que el poder ejecutivo pueda intervenir, modificar o cerrar, era ni más ni menos que el Banco Nacional de Datos Genéticos. Esto es porque es la única herramienta de la que dispone el Estado Nacional y las familias que fuimos víctimas del terrorismo de Estado para identificar a más de 300 adultos (los nietos y nietas) que todavía nos faltan y circulan por la vida con una identidad vulnerada”, manifiesta Roisinblit ante la Agencia.

Créditos: AUNO.
Créditos: AUNO.

Y agrega: “Si está intervenido y no tiene autonomía y autarquía en la toma de decisiones y si no tiene independencia política y económica, es muy difícil mantener, preservar el equipamiento y las medidas necesarias para cuidar esas muestras y esos perfiles genéticos”.

En este sentido, Abuelas advierte que el riesgo en que se encuentra el Banco se deriva de las omisiones del Estado al no asignar un presupuesto suficiente y adecuado para cumplir con sus objetivos y funciones y al no haber designado hasta hace poco las autoridades del Banco.

“Se advierte evidente el riesgo que se deriva para el funcionamiento de cualquier organismo no contar con fondos suficientes ni autoridades que puedan dirigir la labor que se lleva adelante. En el caso del BNDG, el riesgo se exalta en tanto se trata de un laboratorio de alta complejidad que es perito oficial en causas por desapariciones forzadas durante el terrorismo de Estado y almacena y resguarda muestras biológicas y genéticas irreproducibles en caso de pérdida”, esclarecen en el comunicado.

Historias con identidad

En el año 2000 la genetista Mary-Claire King informó los resultados del análisis de ADN mitocondrial que indicaban que Guillermo Pérez Roisinblit era el hijo de José Manuel Pérez Rojo y Patricia Julia Roisinblit. En 2004, el Banco Nacional de Datos Genéticos volvió a confirmar la filiación del joven con las familias Pérez Rojo y Roisinblit. Sus abuelas son Rosa Tarlovsky de Roisinblit, vicepresidenta de la asociación Abuelas, y Argentina Rojo de Pérez.

Sin el Banco Nacional de Datos Genéticos a mí nunca me podrían haber identificado. Cuando a mi familia la secuestran, mi mamá cursaba el octavo mes de embarazo. Nací durante el cautiverio de mi mamá en el sótano de la ESMA. Mi familia no me llegó a conocer, no había fotos mías ni una huella de mi pie en el certificado de nacimiento. No existía absolutamente nada”, cuenta Roisinblit.

Y continúa: “Hubiese sido imposible que mi familia o las Abuelas me identificaran como ese nieto que buscaron durante 21 años sin el análisis de ADN. Ese valor tiene el Banco, fue el método y el organismo que recuperó mi identidad y me dio una familia de pertenencia, ni más ni menos”.

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