
No obstante, añade, “Argentina tiene la necesidad de conseguir dólares para pagar las deudas que tiene (cuyos vencimientos comienzan en enero de 2026), y para darle sustento y tranquilidad a la cotización diaria al valor del dólar. El ajuste que está viviendo la mayor parte de la ciudadanía es para que grandes jugadores internacionales hagan sus ganancias y no paguen los impuestos, o para acumular dólares de cara al año que viene”.
La importancia del dólar
Aunque se habla de ‘la micro’ y ‘la macro’ como entidades autónomas y separadas, en realidad se trata de algo conjunto. Por ejemplo, la suba del precio del dólar, situación macroeconómica, se traduce en la suba de precios y en la pérdida de poder adquisitivo de la población -situación microeconómica-, cuyo dinero ahora le alcanza para una menor cantidad de bienes y servicios, lo que impacta en la actividad económica. En este sentido, el gobierno se esfuerza por mantener el dólar por debajo de 1500 pesos.
“El Estado nacional tiene deuda en dólares y no le conviene que se dispare el precio, porque necesitaría más pesos argentinos para conseguir esos dólares“, resalta Giudacatti. Al mismo tiempo, la suba de la moneda norteamericana afecta de manera negativa a pymes e industrias que deben importar insumos para producir. Sin embargo, hay otros sectores exportadores que quieren que se dispare el valor del dólar para tener una mayor ganancia en pesos argentinos. “En este momento, el sector más dinámico de la economía está ligado a las agroexportaciones, el litio, la minería, el gas y el petróleo”, subraya.
Qué pasó con las retenciones
En este marco, el gobierno realizó una quita de retenciones (es decir, dejar de cobrar impuestos) al sector agropecuario, con el fin de recaudar dólares provenientes de la cosecha. Sin embargo, un grupo minúsculo de empresas trasnacionales se quedó con la plata y se ahorró entre 1000 y 1500 millones de dólares que tendría que haber recaudado el Estado argentino con las retenciones.
“No es lo mismo que la gran empresa que exporta sea nacional o trasnacional. Las empresas que no son argentinas no necesariamente contratan empleo local, no siempre pagan impuestos en el país ni reinvierten sus ganancias acá, sino que muchas veces giran la plata al exterior”, advierte el docente de la UNQ.
El rol de Estados Unidos
Javier Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo, viajaron a Norteamérica en varias oportunidades. Allí, los funcionarios tuvieron reuniones con personalidades del mundo tecnológico, el Fondo Monetario Internacional y el propio gobierno de Estados Unidos. Más allá de cuestiones ideológicas, el objetivo de esos encuentros está ligado a la obtención de dólares.
Mientras que el gobierno ya obtuvo 20 mil millones de dólares por parte del FMI, a ese dinero se le deben sumar los 44 mil millones que le otorgó el Fondo al gobierno de Mauricio Macri, y los intereses que la propia deuda genera. Es decir, sin los intereses, el Estado tiene una deuda con el organismo de casi 65 mil millones de dólares y algunos especialistas sostienen que es el mayor deudor en la historia.
En este contexto, como no todos los directivos del FMI confían en la capacidad de Argentina para pagar sus deudas, Milei y Caputo recurrieron de forma directa al gobierno estadounidense para que le preste más dólares. Allí apareció el nombre de Scott Bessent, secretario del Tesoro estadounidense, quien prometió un intercambio de monedas (nombrado de forma técnica como ‘swap’) por 20 mil millones de dólares, y que podría ascender a 40 mil millones.
“Si bien se quiere vender la noticia como un apoyo financiero al gobierno y a fortalecer las reservas del Banco Central de la República Argentina, en el fondo pareciera que es más un seguro de cambio para que los fondos de inversiones puedan cobrar sus dólares cuando quieran vender los bonos que compraron”, resalta Giudicatti. La hipótesis del economista está ligada a la trayectoria de Bessent, quien fue parte de los grupos considerados como “fondos de inversión”, que compran bonos muy baratos a países endeudados y luego reclaman un valor más alto en juzgados que fallan a favor de ellos.
¿Quién maneja la economía argentina?
Ante este panorama, la pregunta que aparece y que alarma es quién decide el rumbo del país. Al respecto, Giudicatti es contundente: “La economía argentina está siendo manejada por Estados Unidos. El financiamiento no es gratis, por más que traten de decirnos que no tiene condicionamientos, de alguna forma habrá que pagarlo. Más allá de la afinidad ideológica, la clave del acuerdo es geopolítica.

