A los 93 años falleció Miryam Gorban, referente de la soberanía alimentaria en Argentina

Su legado combina nutrición, ambiente y justicia social. “No hay soberanía alimentaria sin soberanía política”, solía referir.

Miryam Gorban durante el recibimiento del Doctorado Honoris Causa en la UNLP. Créditos: UNLP.
Miryam Gorban durante el recibimiento del Doctorado Honoris Causa en la UNLP. Créditos: UNLP.

Miryam Gorban, referente de la soberanía alimentaria en Argentina, falleció a los 93 años. A pesar de trabajar con figuras de la talla de Ramón Carrillo y René Favaloro, la nutricionista será recordada por su lucha sostenida alrededor de la nutrición, la agroecología, el ambiente y la justicia social. Entre tantos hitos, Gorban fue una de las fundadoras de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria (CaLiSA) en 2003, que hoy está presente en diferentes universidades, institutos y organizaciones sociales de todo el país. Además, en 1996 participó del Foro Mundial de la Alimentación y 20 años más tarde fue parte del debate por el derecho a la alimentación frente al Tribunal Internacional de La Haya. Entre otros reconocimientos, la activista fue declarada Doctora Honoris Causa por las universidades de Buenos Aires, La Plata y Rosario.

El legado que deja Miryam se relaciona con las ganas de seguir luchando para que la alimentación sea un derecho. Sin traicionar sus ideales, siempre fue una persona de integrar. De hecho, motivó a muchísimas personas para ponerse a trabajar en esa misión junto a ella. Si bien era muy crítica, siempre terminaba mostrando que el cambio era posible y se podía lograr, aunque fuera difícil”, señala Luis Blacha, investigador de la UNQ y director del proyecto Soluciones alimentarias: tecnologías, políticas y estrategias contra el hambre, en diálogo con la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes.

La noticia de su partida generó la reacción de miles de personas y organizaciones ligadas a la soberanía alimentaria de Argentina y América Latina. Por ejemplo, desde la Red de Cátedras Libres de Soberanía Alimentaria y colectivos afines (Red Calisas, que nuclea a más de 60 espacios constituidos en universidades públicas, instituciones de educación superior y organizaciones sociales) destacaron: “Miryam nos enseñó que comer no es solo un acto biológico, sino profundamente político”.

Una referencia ineludible

Miryam Kurganoff de Gorban nació el 9 de diciembre de 1931 en Santa Fe. Primero fue maestra y en 1951 se formó como dietista, un paso previo a ser nutricionista. En ese marco, Gorban conoció a Ramón Carrillo (primer ministro de Salud en la historia argentina) y trabajó con él en la organización de la alimentación de todos los hospitales nacionales. Aunque la experiencia fue fallida, fue su primer vínculo entre la nutrición y la política.

Más adelante trabajó en el Sanatorio Güemes junto a René Favaloro y se desempeñó como Jefa del Departamento de Alimentación. En 1978 fue secuestrada por la dictadura militar, pero una carta del propio Favaloro hizo que la liberen a las dos semanas. “Hubo mucha movida denunciando mi caso, pero creo que es él al que le debo la vida”, contó en una entrevista para la revista MU en 2020.

Con 60 años, Gorban se recibió como nutricionista en la Universidad Nacional de Córdoba. Aunque ya era consciente de los problemas y los desafíos relacionados a la comida, en 1996 representó al país en la Cumbre Mundial sobre la Alimentación convocada por la ONU. Allí, cuentan desde la Red Calisas, abrazó el concepto de soberanía alimentaria como bandera de lucha: “el derecho de los pueblos a decidir cómo producir, distribuir y consumir sus alimentos”.

“La soberanía alimentaria es un término político, es la autosuficiencia de cada uno de los países, en relación a sus condiciones climáticas, económicas, geográficas, culturales y sociales, para resolver la problemática alimentaria de todo un pueblo. La soberanía garantiza el derecho a una alimentación sana y segura a todos los ciudadanos en igualdad de condiciones”, dijo Gorban durante un ciclo de charlas denominado Conversaciones en la Asesoría.

En 2003 creó la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria en la Escuela de Nutrición de la UBA y en 2006 integró el debate por el derecho a la alimentación frente al Tribunal Internacional de La Haya. Al compás de su perseverancia, la aparición de internet y las redes sociales, sus palabras trascendieron espacios académicos y traspasaron fronteras. En este sentido, su primera clase de un curso sobre Soberanía Alimentaria y Desarrollo realizado en 2018 tiene más de 25 mil vistas en YouTube.

En el cruce entre alimentación, política y soberanía, a Gorban no le tembló la voz para hablar de agroecología, ambiente, monocultivos, cambio climático, neoliberalismo y crisis civilizatoria. “Desde el punto de vista de la salud nos encontramos en un momento en el que tenemos una parte de la población malnutrida y otra sobrealimentada, con una incidencia mayor de patologías como la diabetes y las enfermedades crónicas, que son producto de los nuevos modelos de alimentación industrializada”, remarcó hace casi una década en el portal Slow Food.

Al mismo tiempo, la especialista problematizó sobre el modelo de producción de los alimentos: “El uso masivo de la tierra, el monocultivo, la eliminación de los bosques, la contaminación de los ríos y la agricultura para la exportación, entre otros, son procesos que contribuyen al cambio climático. El respeto por la biodiversidad y el desarrollo de la agroecología son aspectos fundamentales del concepto soberanía alimentaria”.

Más allá de las clases y las entrevistas, Gorban fue autora de diversos materiales sobre soberanía alimentaria. En este sentido, la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ comparte un documento que la investigadora realizó en 2018 y reproduce su cierre: “La soberanía alimentaria no es un hecho aislado ni declamatorio, sino que está vinculado estrechamente a la soberanía económica y a la soberanía política de un país con democracia real y justicia social”.


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