¿Por qué el uranio argentino le interesa a Estados Unidos?

El país tiene más de 30 mil toneladas para extraer. Además cuenta con Dioxitek, una empresa estatal que produce el combustible para abastecer a las centrales nucleares.

Un trabajador en la fábrica de Dioxitek. Créditos: Dioxitek.
Un trabajador en la fábrica de Dioxitek. Créditos: Dioxitek.

El uranio es un metal pesado y radiactivo que está presente en bajas proporciones en el suelo, las rocas, el agua, los alimentos y hasta en las personas. En determinadas condiciones geológicas, este elemento químico puede extraerse y utilizarse como recurso energético. Al igual que el litio o las tierras raras, el uranio es otro de los minerales que juega un papel clave en el contexto actual. A pesar que tiene diferentes usos, el principal está ligado al combustible de los reactores nucleares. En el caso nacional, la trama del uranio tiene dos ejes: por un lado, el país cuenta con más de 30 mil toneladas que podrían extraerse y se concentran en su mayoría en Chubut, Mendoza y Río Negro. Aunque hay diferentes proyectos de exploración, Argentina no realiza minería de uranio desde 1997. Por otro lado, la nación cuenta con Dioxitek, una empresa estatal que produce el dióxido de uranio (el equivalente a la nafta que usan los vehículos) y permite el funcionamiento de Atucha I, Atucha II y Embalse.

En este marco, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) se encuentra en el país para “evaluar la infraestructura nacional en la fase de ingeniería, construcción y puesta en operación de minas e instalaciones de procesamiento de uranio”. Sin embargo, diversos especialistas del sector coinciden en que la visita de la OIEA se vincula con las intenciones de Estados Unidos en este recurso. De hecho, cuando el titular del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, defendió el acuerdo con el gobierno nacional en una entrevista televisada, uno de los argumentos que utilizó fue la presencia de uranio en el país. “Argentina es rica en tierras raras y uranio. Creo que están comprometidos con que empresas privadas estadounidenses ingresen y sean buenos socios para ellos”, sostuvo en Fox News.

En diálogo con la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes, el director del Instituto Argentino para la Transición Energética, Diego Roger, señala: “Imagino que deben querer diversificar sus suministros de uranio en el mundo. De todas maneras, es muy pequeña la cantidad de uranio que hay en el país, en relación al consumo del parque de reactores que tiene Estados Unidos. Nosotros tenemos tres reactores nada más, somos el 0,05 por ciento de la demanda de este metal en el mundo”.

¿Materia prima o valor agregado?

En diciembre de 2024, el presidente Javier Milei, el presidente del Consejo Nuclear Argentino, Demian Reidel, y Rafael Grossi, director general de la OIEA, presentaron en cadena nacional el Plan Nuclear Argentino. Allí, el máximo mandatario sostuvo que el país se convertiría en un “hub” de inteligencia artificial y dijo que para alimentar a los centros de datos hace falta energía nuclear.

“El potencial de desarrollo en inteligencia artificial es tan inmenso que con la energía convencional no va a alcanzar para abastecer esta nueva demanda, por eso estamos convencidos que se va a generar en el mundo entero un resurgimiento de la energía nuclear”, destacó el máximo mandatario. Más allá de los anuncios, todavía no hay un documento oficial sobre el Plan Nuclear Argentino.

A mediados de 2025, el propio Reidel anunció que YPF avanzaba en “el diseño institucional de YPF Nuclear”, una subsidiaria cuyo objetivo sería liderar la minería de uranio en Argentina y exportar esta materia “que alimentará la energía del mundo”, escribió en su cuenta de X. No obstante, las intenciones del gobierno van de la mano con el plan de ajuste y privatizaciones que lleva adelante en ciencia y tecnología.

En este aspecto, una de las cuestiones es la privatización parcial de Nucleoeléctrica (NA-SA), la compañía que también preside Reidel y opera las tres centrales nucleares del país. Otro punto tiene que ver con los bajos salarios y la pérdida de personal de Dioxitek, que perdió casi un cuarto de sus trabajadores desde diciembre de 2023. Al mismo tiempo, la empresa que fabrica el combustible nuclear firmó un memorando de entendimiento con una compañía estadounidense de energía que prometió “una importante inversión en el sector”.

En este sentido, Roger agrega: “Más que el interés del gobierno en sí, son los lobistas estadounidenses los que tienen intereses concretos en los proyectos que están dando vueltas para entrar en el negocio. Además, deben querer conocer bien el territorio, como ya lo hicieron en buena medida con los proyectos de litio, donde EE.UU. es el principal socio de Argentina”.

Por lo pronto, más allá del rol de Estados Unidos, la cuestión de fondo tiene que ver con el uranio y la energía nuclear. La pregunta no solo es si el gobierno volverá a extraer este mineral, si lo exportará como materia prima o si le agregará valor para exportarlo como combustible: el tema es a quiénes abastecerá esa energía que se genere.


¿Te gustó esta noticia? ¡Compartila!
Scroll al inicio