Primer Congreso Internacional de Doctorados en Economía Heterodoxa en la UNQ
Se realizará del 30 al 31 de marzo a partir de las 9:30. Se concibe como un espacio para reflexionar sobre temas vinculados al desarrollo y la política.
El 30 y 31 de marzo se llevará a cabo en la Universidad Nacional de Quilmes el Primer Congreso Internacional de Doctorados en Economía Heterodoxa. Se trata de una iniciativa impulsada por los doctorados de Desarrollo Económico (UNQ), Economía (UNGS) y Economía Política (UNSAM). La cita será en el aula 44 y la apertura contará con la presencia de Alfredo Alfonso, rector de la Universidad. Además participarán los directores de los posgrados organizadores: Juan Santarcángelo, Gabriel Yoguel y Pablo Lavarello, respectivamente. Con mesas dedicadas a las cadenas globales de valor; debates de teoría económica; teoría marxista; ciencia, tecnología e innovación; análisis sectoriales y macroeconómicos, se espera que los encuentros sean un lugar de discusión y reflexión desde una mirada alternativa a la teoría neoclásica dominante.
“Pensamos en armar un primer congreso donde se junten los estudiantes de las tres instituciones y lo abrimos a otros doctorandos en economía o temas de tesis vinculados de alguna manera a la economía política para discutir los trabajos presentados”, cuenta Santarcángelo, director del Doctorado en Desarrollo Económico de la UNQ, en diálogo con la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ.
En cada mesa habrá docentes de las tres instituciones que comentarán las investigaciones, mientras que el cierre estará a cargo de los especialistas Verónica Roberts, Fernando Porta y Patricia Gutti. “En vez de disputarnos estudiantes, creemos que lo importante es juntarse y debatir. Cualquier cosa que salga de esa discusión será mejor a que no haya ninguna alternativa heterodoxa”, resalta el economista.
Una mirada alternativa
Hay una perspectiva económica que domina a nivel global y es la neoclásica o neoliberal: se enseña en la mayoría de las universidades, se defiende a rajatabla en diferentes espacios y se aplica en muchos países. Está asociada a posturas más de derecha y sostiene la idea de un mundo donde los mercados funcionan perfectamente y el desempleo prácticamente no existe. Como los mercados se desempeñan sin fisuras, el Estado tiene que intervenir lo menos posible.
En contraposición a este enfoque, hay diferentes alternativas teóricas que plantean otros escenarios, como la teoría keynesiana o la marxista, por nombrar dos ejemplos. La economía heterodoxa engloba a todas las miradas que tratan de comprender los fenómenos económicos por fuera de la perspectiva neoclásica o neoliberal.
El trabajo de la heterodoxia es comparar todas esas visiones, estimular el aprendizaje y conocimiento de ellas. El objetivo es que dichas teorías colaboren en la elaboración de un marco teórico adecuado para aplicar en situaciones concretas. “En la vida real lo que termina pasando es que si vos tenés una teoría mala que explica el fenómeno de una manera equivocada, cuando aplicás las recetas que te propone para solucionar esos problemas, la terminás embarrando peor”, explica Santarcángelo.
El triunfo neoliberal
El problema, destaca el economista, es que muchas veces se enseña economía con la teoría neoclásica y se esconde que existen otras formas de entender los fenómenos y comportamientos económicos. Por lo tanto, la solución a los distintos problemas siempre es pensada desde esa receta como la única disponible.
En este sentido, una victoria que obtuvo el neoliberalismo como dispositivo no solo económico, sino también social y cultural (cuyo primer brazo ejecutor fue la última dictadura en Argentina), fue licuar las discusiones económicas, borrar los debates entre distintos modelos y transformar su enseñanza y aprendizaje. Al fin y al cabo, blindar de tecnicismos a la economía y quitarle su contenido político.
En democracia, los gobiernos de Menen y Macri fueron los representantes de la teoría neoclásica: las recetas de afuera, descontextualizadas y aplicables en cualquier parte del mundo, hicieron estragos en las mayorías.