Científicos utilizan modelos similares al Chat GPT para desarrollar anticuerpos más específicos
La Inteligencia Artificial se expande hacia el campo de la salud y, según una investigación de la Universidad de Stanford, podría ser clave en los próximos años.
Cómo funciona
El modelo propuesto por los investigadores de Stanford fue entrenado con algunos miles de secuencias de anticuerpos. Si bien el número no era demasiado elevado, una proporción sorprendentemente alta de las sugerencias aumentaron la capacidad de los anticuerpos contra el SARS-CoV-2, el ébola y la influenza. Las moléculas generadas fueron capaces de bloquear a las proteínas que estos virus usan como puerta de entrada a las células blanco de la infección.
Con asombro, los científicos observaron que, muchos de los cambios sugeridos, ocurrían fuera de las zonas de los anticuerpos que interaccionaban directamente con sus objetivos. En otras palabras, se consiguió determinar zonas importantes de los anticuerpos que nunca antes habían estado en la mira de los que realizan ingeniería del sistema inmune.
Según los investigadores, el modelo de inteligencia artificial brinda información que no es obvia y afirman también que es una herramienta que, sin duda, se utilizará en un futuro cercano para mejorar a los anticuerpos.
Los virus no son los únicos
La medicina basada en anticuerpos no solo se utiliza para el tratamiento de infecciones virales. Tratamientos de este tipo contra el cáncer de mama y la artritis reumatoidea generan ganancias anuales de millones de dólares. Es esperable que, al aplicarse la inteligencia artificial en la generación de este tipo de moléculas, el desarrollo se acelere y posiblemente ayude a que los costos sean menores y estas terapias se masifiquen.
El desarrollo de anticuerpos es fundamental en la industria biotecnológica ya que se pueden unir a cualquier proteína y manejar su actividad. Para utilizar a la inteligencia artificial, los científicos usaron modelos similares a los del ChatGPT, con la diferencia que el primero se entrena con modelos de lenguaje y, en el caso de los anticuerpos, los modelos se entrenan con millones de secuencias de proteínas.