Día Mundial sin Tabaco: ¿cómo impacta la adicción que produce ocho millones de muertes al año?

Se estima que 1300 millones de personas lo consumen, y de ese total un 80 por ciento vive en países de ingresos medianos o bajos.

Se estima que más del 20 por ciento de la población mundial consume tabaco. Créditos: El Diario ES
Se estima que más del 20 por ciento de la población mundial consume tabaco. Créditos: El Diario ES

El tabaquismo es una de las principales epidemias a nivel mundial: se calcula que cada año ocasiona ocho millones de muertes. Un cuarto de la población del planeta lo fuma, y de ese total el 80 por ciento vive en países de ingresos medianos o bajos. Aunque su venta es legal en la mayoría de los países (algunos con más restricciones que otros) la nicotina, compuesto que se encuentra principalmente en la planta, es una sustancia adictiva perjudicial por varios motivos. Además de afectar a los fumadores, también daña a los agricultores y al ambiente donde se cultiva. Desde la Agencia de noticias científicas de la UNQ, repasamos su impacto.

En la actualidad hay 124 naciones que producen tabaco como cultivo comercial y destinan a esa actividad alrededor de 3,2 millones de hectáreas de tierra fértil. Sin embargo, los tres principales productores de hoja de tabaco son China, Brasil e India, que concentran más del 55 por ciento de la producción mundial. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Argentina ocupa el 12° lugar con casi 55 mil hectáreas cultivadas.

En este marco, cada 31 de mayo la Organización Mundial de la Salud conmemora el Día Mundial Sin Tabaco. Este año, la OMS pide que los gobiernos dejen de subvencionar estos cultivos que son perjudiciales tanto para los consumidores, como para los agricultores y el ecosistema. El objetivo de la Organización es reemplazarlo por alimentos nutritivos que disminuyan la inseguridad alimentaria, mejoren las condiciones de vida de los productores y tengan un impacto positivo en el planeta.

Daño asegurado

La nicotina, sustancia presente en el tabaco, es la encargada de generar adicción en los consumidores. Su poder de penetración, mayor al de la cocaína y la heroína, es tan potente que llega al cerebro en apenas diez segundos. El resultado es palpable: su consumo genera dependencia física, psicológica y social.

El tabaco es responsable de más del 10 por ciento de las muertes por enfermedad cardiovascular a nivel mundial. En Argentina, su consumo provoca, aproximadamente, 12 mil muertes cardiovasculares al año. Aunque se piense que fumar con moderación es mejor, solo un cigarrillo al día incrementa el riesgo de infarto en un 50 por ciento y el de accidentes cerebrovasculares un 30 por ciento.

Además de las enfermedades cardiovasculares, el tabaco está ligado al cáncer. Se estima que más de 70 sustancias presentes en su humo provocan esta afección y su consumo es la principal causa evitable a nivel mundial. Este producto es factor de riesgo en 14 tipos de cáncer y es responsable del 70 por ciento de las muertes por cáncer de pulmón. En el país, de todas las muertes anuales por tabaquismo, más de 14 mil son debidas a algún cáncer.

También, el tabaco trae problemas en la salud reproductiva de las mujeres como menstruaciones dolorosas, menor fertilidad, mayor riesgo de aborto y partos prematuros. A su vez, en los hombres genera pérdida de fertilidad y riesgo de impotencia. Por si fuera poco, se asocia con arrugas prematuras y piel seca; problemas en la boca como caries, mal aliento y enfermedades; diabetes; tuberculosis; ceguera; fracturas y esguinces.

Cultivar enfermedades

El tabaco no solo causa problemas en la salud de quienes lo consumen. Según la OMS, uno de cada cuatro agricultores se intoxica con nicotina por absorción de la piel durante la manipulación de las hojas y tiene náuseas, vómitos, mareos, dolores de cabeza, aumento de la sudoración, escalofríos, dolor abdominal, diarrea, debilidad y disnea.

Un productor que planta, cultiva y cosecha tabaco puede llegar a absorber la nicotina equivalente a 50 cigarrillos por día. Así, con una producción que se expande principalmente entre países africanos de ingresos bajos, las brechas sanitarias, económicas y sociales se expanden cada vez más con el resto del mundo.

Por último, otro problema asociado a la producción de tabaco es su impacto ambiental. Su cultivo provoca alrededor del 5 por ciento de la deforestación total porque la tala incrementa la superficie disponible: desde las organizaciones mundiales advierten que se necesita un árbol para producir 300 cigarrillos. En un contexto donde la tierra fértil para cultivar alimentos de calidad no abunda y hay millones de personas que sufren hambre, esta planta es sinónimo de contaminación de agua, aire, suelo y personas.


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Nicolás Retamar

Redactor. Docente y licenciado en Comunicación Social.