La evitable ascensión de Arturo Ui: una versión de la obra de Bertolt Brecht que invita a combatir el autoritarismo

Ocho décadas después de su publicación original, estudiantes y docentes de la Escuela Universitaria de Artes de la UNQ realizan su propio producto y le imprimen un toque especial.

El dinero, la justicia, la violencia y la corrupción política son parte del cóctel narrativo.

Por Lía Gómez*

La Evitable ascensión de Arturo Ui es una obra de teatro escrita por Bertolt Brecht en 1941. En diciembre de 2023, 82 años después, se estrena en la Universidad Nacional de Quilmes una versión a cargo de estudiantes y docentes del Seminario para la creación y realización de proyectos músico-dramáticos.En esta propuesta, para hacerse del poder, el fascismo precisa de una técnica política que combina fraude, complicidad judicial y violencia explícita. Con dirección de Juan Peltzer, docente de la Escuela de Artes, la puesta se pregunta: ¿es posible detener el autoritarismo? El interrogante cobra urgencia en Argentina, con un gobierno de carácter neoliberal, autoritario, machista y negacionista que deroga por Decreto de Necesidad y Urgencia leyes que condicionan la vida de todas las personas de Argentina.

Brecht, que escribe dimensionando el ascenso de Adolf Hitler, expone con recursos dramatúrgicos la relación entre la sociedad civil, la justicia y la política. Da cuenta, desde la parodia y la prosa, del camino recorrido por el dictador Arturo UI. La obra interpela al público con preguntas, textos y composiciones que aluden a la mirada sobre sí mismo. ¿Qué hace cada quien en estos contextos? ¿Votarías a Arturo Ui? ¿Lo legitimarias?

La escritura original sitúa la historia en la década del 30, en la ciudad de Chicago, con la mafia de la coliflor. Redimensionada en su versión quilmeña, los personajes enuncian problemas contemporáneos y propios. El dinero, la justicia, la violencia y la corrupción política son parte del cóctel narrativo en la mafia de las verduras que acaba en totalitarismo.

Dividida en actos, los apagones marcan el inicio y el fin de cada escena. La música es un personaje más del drama narrado. Cada compás anuncia, realiza, acompaña y genera una acción. Como si cada protagonista de la obra tuviera un sonido propio, los actores y actrices van rotando sus papeles entre la representación dramática y la ejecución musical. Con reminiscencias a la murga uruguaya y al teatro comunitario, la interpretación incluye coplas, escenas cortas y placas en pantalla. También el teatro de sombras forma parte de la experimentación.

La oratoria de los personajes recompone la parábola brechtiana en la ironía de su prosa, con condimentos propios de la argentinidad de estos tiempos. La pantalla en cambio, nos indica datos claves del inicio del nazismo. Esa relación entre la historia reciente y la vida cotidiana nos permite ir y venir en una lectura que invita a comprender el presente, encontrar las relaciones causales, y delimitar una conformación escénica que nos devuelve una representación política.

¿Por qué dedicarle tiempo a Arturo Ui y a Bertolt Becht?

Para combatir la alineación de la industria cultural en estos tiempos de adversidad. Es necesario volver a conmoverse con una historia que parece ajena, pero que sin embargo nos enfrenta a nuestras propias acciones y angustias.

Debemos desandar los caminos ya asumidos como inamovibles, los prejuicios y las lecturas definidas, para tratar de vislumbrar una apuesta a recuperar la ficción como ejercicio de una experiencia política. Como sostiene Juan José Saer, la verdad no es opuesta a la ficción y la política requiere ser redimensionada en sus definiciones materiales y simbólicas con premura.

*Lía Gómez es coordinadora del Programa de Cultura de la UNQ.


Últimas noticias de la sección Sociedad:



¿Te gustó esta noticia? ¡Compartila!