El zumbido de la verdad: moscas que resuelven crímenes y develan misterios

Entrevista a Néstor Centeno, docente investigador de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) y especialista en Entomología Forense.

Néstor Centeno es doctor en Biología y docente investigador en la Universidad Nacional de Quilmes. Créditos: La Ciencia por otros medios.
Néstor Centeno es doctor en Biología y docente investigador en la Universidad Nacional de Quilmes. Créditos: La Ciencia por otros medios.

¿Qué pasa cuando se muere una persona y el cuerpo empieza a descomponerse? ¿Por qué van diferentes insectos en búsqueda de ese cuerpo? ¿Quiénes acuden primero y quiénes después? Aunque las actividades de los bichos pueden generar rechazo, lo cierto es que brindan informaciones valiosas a la hora de resolver crímenes. Néstor Centeno, doctor en Biología (UNLP) y docente investigador en la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), es uno de los principales expertos en entomología forense que tiene el país. Desde el Laboratorio de Entomología Aplicada y Forense de la UNQ cuenta de qué se trata esta rama de la biología, cuál es el desarrollo actual de este campo de investigación y cómo trabaja en red con otros colegas.

-¿De qué se encarga la entomología forense?

-Es una especie de subdisciplina de la entomología, es decir del estudio de los insectos cadavéricos, que son aquellos que van a ser encontrados asociados a un cadáver vertebrado. Esto abarca reptiles, aves, peces, anfibios y también mamíferos, incluyendo a los humanos. Por lo tanto, el estudio de la fauna cadavérica tiene interés forense porque aporta información a la investigación en el caso de una muerte dudosa o criminal.

-¿Qué tipo de información aporta la fauna cadavérica? 

-Cuando un cadáver queda expuesto al accionar de los insectos, estos empiezan a colonizarlo. Las moscas comienzan a poner huevos y de ahí se desarrollan las larvas que se alimentan del cuerpo. Luego llegan otros integrantes de la fauna como escarabajos y moscas de otro tipo que van cambiando a medida que el organismo del fallecido se descompone. Por lo tanto, estudiar la fauna te permite reconstruir hacia atrás desde el momento del hallazgo cómo fue ese proceso, si fue normal o si se vio alterado, si se encuentra la fauna que uno esperaría encontrar en ese sitio y, particularmente, si hay algunos insectos que sean indicadores del tiempo transcurrido.

-De toda la información que puede aportar la entomología forense, ¿cuál es la más solicitada?

-De todas esas variables, que nosotros llamamos puntos de pericia, la más requerida es el tiempo de descomposición que tiene el cuerpo porque es el tiempo al que se asocia la data de muerte. No es un dato estrictamente exacto pero es muy aproximado del momento de la muerte.

-¿Se resolvieron casos mediáticos a partir de la aplicación de la entomología forense?

-En su momento un caso muy mediático fue el de Omar Carrasco. En cualquier investigación forense hay múltiples disciplinas que colaboran, donde la medicina es la primordial. En este caso, la fauna que fue encontrada no correspondía con el sitio en el que, aparentemente, se había descompuesto el cuerpo. Luego, por la fauna localizada, se pudo corroborar el lugar auténtico en el que el organismo, en efecto, se había descompuesto.  

-¿Qué otros casos de alto impacto ayudó a resolver la disciplina?

-La entomología forense generalmente colabora pero no es el único elemento. En el caso Pomar, una familia que fue encontrada sin vida casi un mes después a la vera de la ruta en estado de descomposición, donde había discusión sobre la fecha de muerte, la pericia entomológica arrojó información que pudo colaborar fehacientemente con el caso.

-¿Existe la posibilidad de que los insectos no entren al cuerpo?

-Los insectos pueden acceden siempre al cuerpo, son muy raros los casos donde no han logrado entrar. Hay bichos que ingresan en los ataúdes así que tiene que ser un encierro muy sellado para que no entren al cuerpo. Sin embargo, las condiciones en las que se oculta a la persona determinan que puedan ingresar ciertos insectos y no otros.

-A raíz de lo que contaba del caso Carrasco, ¿puede afirmase que la fauna cadavérica varía según el lugar geográfico?

-Hay variaciones geográficas que se dan a escala regional. Por ejemplo, hay especies que están en el noroeste argentino que no están en Buenos Aires o hay alteraciones en la actividad de los insectos durante el año cuando hay variaciones geográficas. De este modo, una misma especie puede tener actividad en algunas regiones de Salta durante el invierno pero no en Buenos Aires porque hace demasiado frio. Entonces, esas variaciones geográficas determinan que puede haber una modificación en la fauna. Luego hay variaciones entre la fauna típica de la ciudad y de ciertas áreas periurbanas. 

El presente y el pasado de la entomología

-¿Qué investiga en el presente?

-Estamos abocados a esclarecer algunos problemas en la clasificación de ciertas moscas. Esto quiere decir que hay algunas que son idénticas pero que tal vez pertenecen a distintas especies, todavía no lo tenemos claro. Entonces, investigar diferentes aspectos o secuenciar algunos de sus genes para ver si son diferentes o no, puede aportar en cuanto a la clasificación de estos insectos. Sin son dos especies diferentes pueden tener un ciclo vital distinto, que empieza en el huevo y termina en el adulto. La diferencia en el ciclo vital es un dato muy relevante a la hora de hacer pericias.

-¿Cada laboratorio que investiga temáticas relacionadas a la entomología forense trabaja de forma individual o existen redes de intercambio de información?

-Nuestro laboratorio es pequeño pero funciona en red con otros de otras provincias porque la escala geográfica implica variaciones. Estamos vinculados con gente que está trabajando moscas en Salta, Jujuy o en la Patagonia. A veces pedimos que hagan algún trabajo en otro laboratorio y a su vez ellos nos piden a nosotros.

-¿Cómo era este proceso en red previo a internet?

-Es una verdad de Perogrullo, pero internet cambió el mundo. Imaginate que yo mañana accedo a una investigación que salió publicado hoy. Antes tenía que ir a buscar a la biblioteca las fichas con los resúmenes de papers que ellos recibían. Hoy en día, la cantidad y la accesibilidad de los datos te permiten trabajar en red porque la información circula mucho más rápido. Para muchas personas son redes sociales pero para nosotros son medios de comunicación.

-Ahora que toda la información se manda por mail o Whatsapp, ¿le tocó resolver alguna situación que le haya llegado a través de imagen o video?

-Claro. Médicos que están haciendo una autopsia me envían fotos o filmaciones online de lo que están viendo para ver si eso tiene relevancia o no. Otros colegas, que están con un ejemplar en cualquier lugar del país, me dicen “qué te parece, qué puede ser esto”. Me mandan fotos instantáneas y ellos resuelven en el momento. Es dramático lo que los tiempos se han acortado. También aparecen problemas porque hay gente que se confía en las fotos y en algunos sitios web que no todos son chequeados ni tienen reputación académica. Las fotos pueden aparecer mal sacadas o trucadas. No es lo mismo ver la mosca en un laboratorio, donde uno la tiene bajo el microscopio, que ver una foto. Puedo inducir a error. De todas maneras, el aporte ha sido positivo.  

El “caso Carrasco”

Omar Carrasco, un joven nacido en la provincia de Neuquén, fue sorteado para realizar el Servicio Militar Obligatorio y se unió al Grupo de Artillería 16 del Ejército Argentino el 3 de marzo de 1994. Tres días más tarde fue tildado de desertor y dijeron que había desaparecido. Tras el reclamo de su familia y movilizaciones por su aparición, que le dieron al caso relevancia nacional, Carrasco apareció el 6 de abril a 700 metros del edificio del cuartel. A pesar que las Fuerzas Armadas afirmaban que el cuerpo no tenía signos de violencia, la pericia demostró otra cosa. A raíz de este asesinato, el presidente Carlos Menem puso fin al Servicio Militar Obligatorio.

Néstor Centeno cuenta que, en el caso Carrasco, “el cuerpo fue encontrado expuesto en un campo con un tipo de fauna cadavérica típica del lugar pero que no se correspondía con el estado de descomposición del cuerpo. Esto significaba que esos insectos habían llegado allí a posteriori de la descomposición, o sea que el cuerpo se había descompuesto en otro lado. Investigando cuáles eran los lugares posibles, se encontró un lugar donde el cuerpo estuvo varios días y allí había restos de fauna cadavérica”. Algunas veces, la justicia se encuentra a partir de herramientas impensadas.


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Nicolás Retamar

Redactor. Docente y licenciado en Comunicación Social.