La investigación en salud y la búsqueda irrenunciable de la equidad
En este artículo, José Belizán, investigador del Conicet y especialista en el área, brinda algunas pistas para abordar esta problemática.
Los investigadores en salud dedicados a las más diversas ramas del conocimiento buscan que sus hallazgos deriven en intervenciones que beneficien a la población. Lo que aún significa más: pretenden que estas intervenciones beneficien en forma equitativa a toda la población. El fin es la mejoría de la calidad de vida de todos y todas.
La atención en salud se ha complejizado con métodos diagnósticos cada vez más sofisticados y costosos. La poderosa industria farmacéutica investiga enfocada al desarrollo de nuevos medicamentos y su exclusividad, lo que desemboca en suculentas ganancias, con las consabidas restricciones a ser aplicados en forma equitativa.
Los países deben conocer sus realidades y sus problemas para investigar en acciones prioritarias, universales y factibles que resulten en la mejoría de la calidad de vida de su ciudadanía en forma equitativa. Ello resulta en un país soberano. Los países de altos ingresos debido a su alto financiamiento de la investigación tienen una gran influencia en la agenda global de investigación y de salud.
En la investigación en salud el término “enfermedades desatendidas” refiere a aquellas que se manifiestan en grupos sociales de bajos ingresos, como por ejemplo la enfermedad de Chagas, frecuente en los países de cono sur de América. El término desatendidas tiene un vasto alcance, pero significa que no están en la agenda global de investigación liderada por los países de altos ingresos y la industria farmacéutica.
Otra situación es el financiamiento en la agenda global de investigación. En forma altamente desproporcionada, este financiamiento es liderado por los países de altos ingresos y sus respectivas agencias e inclusive organismos filantrópicos, como por ejemplo la Fundación Bill y Melinda Gates. Estos organismos deciden en forma poco transparente los temas de investigación que financian. Ello lleva, en ocasiones, a investigar “para lo que hay fondos” y no para nuestras prioridades.
La equidad en salud y por consiguiente el beneficio en la calidad de vida de todos los habitantes sin discriminación, se relaciona con la equidad en la distribución de los beneficios económicos. El dinero distribuido en forma inequitativa significa mejor atención para aquellos beneficiados con esta injusta distribución.
Valga el ejemplo de la evolución de una medición de inequidad en la Argentina, como es el coeficiente de Gini. Cuanto más alto es este coeficiente mayor es la inequidad. Los datos son provistos por el Banco Mundial: colocamos en las abscisas los diferentes periodos presidenciales para la interpretación del lector.
La información a la población con cifras es imprescindible para que pueda juzgar las acciones del gobierno y consecuentemente decidir con sustento sus apoyos y elecciones. Sin datos, la sociedad es influenciada erróneamente por los que tienen más poder y dominan los medios de comunicación.