Soberanía satelital: de dónde venimos y hacia dónde vamos
A partir de la construcción del ARSAT SG-1 y SG-2, se reactiva el Plan Espacial Geoestacionario. Con ellos, ya son cuatro los satélites que produce y opera Argentina.
En la apertura de sesiones ordinarias, el presidente Alberto Fernández anunció el desarrollo de ARSAT SG-2 (Segunda Generación), un nuevo satélite que se fabricará en simultáneo con el ARSAT SG-1, con el fin de brindar conectividad a todo el territorio argentino, incluida la Antártida y las Islas Malvinas, y exportar servicios de valor agregado en América del Sur. Con su construcción, la flota geoestacionaria argentina quedará conformada por cuatro satélites.
El nuevo titular de ARSAT, Matías Tombolini, afirmó a la prensa que “Argentina es uno de los pocos países del mundo que diseña, produce y opera sus propios satélites de comunicación”, lo que contribuye a fortalecer la soberanía digital del país. El nuevo satélite complementerá los servicios del ARSAT SG-1 y brindará respaldo al ARSAT 1, cuya vida útil es hasta 2029. Su objetivo es dar cobertura total a Argentina y exportar servicios a otros países del continente americano.
Tombolini, quien sucedió a Pablo Tognetti como presidente de la empresa espacial, declaró que “el nuevo ARSAT SG-2 permite aprovechar el proceso productivo de ARSAT SG-1 y da capacidad de transmisión de datos en lo que tiene que ver con internet”. Y agregó: “Básicamente estamos pensando en satélites que están muy vinculados a aumentar la capacidad de acceso a datos que hoy son indispensables para aumentar la capacidad o la mejora productiva en las diferentes regiones de Argentina”. El nuevo satélite demandará unos 250 millones de dólares de inversión y se considera la posibilidad de generar ahorros por compras tempranas y por el uso de componentes comunes entre ambos satélites.
Antecedentes y relanzamiento
El anuncio de la construcción del ARSAT SG-2 se da en el marco del Plan Conectar, que busca dar continuidad al Plan Espacial Geoestacionario y a la ley de desarrollo de la industria satelital en Argentina. Este satélite se fabricará en simultáneo con el ARSAT SG-1, que reemplaza al ARSAT 3, un proyecto que se vio interrumpido durante la gestión macrista y que daba continuidad al ARSAT 1 y ARSAT 2.
Estos satélites fueron lanzados y puestos en órbita en 2014 y 2015, respectivamente. En aquel momento, el plan del gobierno nacional era defender y preservar las posiciones orbitales que le fueron asignadas por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT). Durante la década del ‘90, dichas posiciones habían quedado en manos de la empresa extranjera Nahuelsat que descuidó y puso en peligro su propiedad. Esto fue así porque la UIT se encarga de verificar que las posiciones orbitales estratégicas que le son destinadas a los países, sean ocupadas y explotadas dentro del lapso de tres años. Caso contrario, se suspende su asignación. En ese marco, varias naciones países, entre ellos Reino Unido, se interesaron por estos espacios. Sin embargo, las gestiones realizadas durante 2006 y 2007 tuvieron como resultado que las operaciones de telecomunicaciones pasen a manos del Estado y que, con la puesta en servicios de ARSAT 1 y ARSAT 2, se mantuvieran las posiciones orbitales.
En febrero de 2020, previo a la pandemia, el gobierno de Fernández anunció el inicio de la construcción del ARSAT SG-1, y con ello la reactivación del Plan Espacial Geoestacionario. Este satélite brindará banda ancha satelital de alta calidad a las zonas rurales de baja densidad poblacional, donde no sea conveniente el despliegue de infraestructura terrestre. Se estima que se alcanzará a más de 200 mil hogares en la Argentina y países limítrofes. Además, se ampliarán las redes de los operadores de comunicaciones móviles también en zonas rurales. La vida útil del satélite será de quince años, al igual que el ARSAT-1 y ARSAT-2. El relanzamiento del Plan Espacial Geoestacionario con una flota que quedará integrada por cuatro satélites, posiciona a Argentina como un país que marcha hacia la soberanía digital.