
En diálogo con la Agencia de Noticias Científicas, Martín Becerra, especialista en medios, políticas, TIC y sociedad, y docente de la UNQ, explica: “Paradójicamente, Musk, que se autoproclama paladín de la libertad de expresión, ahora está encabezando una cruzada para recortar la libertad de expresión de Netflix. Elige a esta empresa porque es la más masiva de todas, tiene públicos en todos los países y de todas las edades”.
En palabras de Becerra, Musk se presenta como un agitador de la agenda ultraderechista y hace esfuerzos por ser vocero de la misma. En esa línea, “hay una obsesión de los sectores más radicalizados en Estados Unidos contra lo que ellos llaman ‘la agenda woke’. Allí, colocan a las grandes productoras porque interpretan que sus contenidos tienen ciertos sesgos progresistas o liberales”, desglosa el investigador del Conicet y la UNQ.
Sin embargo, esta cancelación masiva hacia Netflix por “promover una ideología transgénero” no se limita sólo a un factor político sino también a uno personal. Musk y su hija trans Vivian Wilson –lleva el apellido de soltera de la madre– tienen una relación pública conflictiva debido a que el empresario no acepta que su hija haya hecho una transición de género. Inclusive, en alguna oportunidad, ha dicho que “su hijo había sido asesinado por el virus ‘woke’”. Por su parte, Vivian afirma que su padre es una persona reactiva frente a la diferencia.
“A estos dos factores, le podemos sumar una especulación: no descarto que haya un interés por tener su propia plataforma de streaming. Generalmente, cuando Musk ataca fuertemente a algo es porque detrás está la búsqueda de un negocio. Por ejemplo, antes de comprar Twitter, realizó una ofensiva por su supuesta falta de libertad de expresión”, plantea Becerra y abre el panorama de interrogantes.

