
Del esqueleto de Huayracursor se encontraron una parte del cráneo, una serie vertebral completa hasta la cola y también extremidades anteriores y posteriores prácticamente completas. Además, se estima que tenía una longitud de 2 metros aproximadamente y unos 18 kilogramos de peso. Este animal es un sauropodomorfo primitivo, un linaje de dinosaurios herbívoros que incluye a los gigantes de cuello largo como Argentinosaurus y Patagotitan. Los investigadores lo incorporan dentro del grupo Bagualasauria, junto a parientes que vivieron durante la misma época en lo que hoy es el Estado de Rio Grande do Sul, en Brasil.
“Huayracursor tiene un mayor tamaño corporal y un cráneo más chiquito que los dinosaurios que convivían con él hasta el momento. Además, presenta una elongación incipiente de su cuello. Pensábamos que todas estas características aparecían en el linaje de los dinosaurios de cuello largo recién unos 5 u 8 millones de años después”, explica Martín Hechenleitner, primer autor del artículo, a la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ. Por el carácter casi completo del fósil, los investigadores creen que se convertirá en una referencia para estudiar la evolución temprana de los sauropodomorfos y de los dinosaurios en general.
A su vez, los paleontólogos asocian el tamaño corporal más grande con la dieta que hacía el animal. El linaje de los dinosaurios de cuello largo tiene su origen en dinosaurios más chicos que eran omnívoros. Tras algunos millones de años, estos animales pasaron a ser herbívoros, y asocian el alargamiento del cuello y el crecimiento del cuerpo con la necesidad de alcanzar plantas de mayor altura.

“Huayracursor no tiene preservados sus dientes, pero está directamente emparentado con uno de Brasil que sí los tiene y son de un animal herbívoro. A su vez, esta dieta requiere un sistema digestivo mucho más grande. Otra hipótesis que manejamos los paleontólogos es que el aumento del tamaño corporal tiene que ver con poder escaparse de sus depredadores más fácilmente”, explica el investigador del Conicet en el Centro Regional de Investigaciones Científicas y Transferencia Tecnológica de La Rioja.
Una región rica en fósiles
El nombre Huayracursor homenajea al viento, mientras que jaguensis refleja la cercanía con Jagüé, un antiguo pueblo de arrieros ubicado a 40 kilómetros de la Quebrada Santo Domingo. Esta región, al oeste de la provincia de La Rioja, estuvo prácticamente inexplorada hasta ahora.
“Allí encontramos fósiles de tres períodos distintos: el origen y el final de los dinosaurios, y lo que vino después que es la aparición de los mamíferos. Hay rocas que tienen una antigüedad de 230 millones de años, donde encontramos a Huayracursor; otras que tienen 70 millones de años y otras de hace 40 millones de años, donde ya no hay dinosaurios dominando los ecosistemas, sino mamíferos”, desmenuza Hechenleitner.


