Un estudio muestra el desarrollo del cerebro a lo largo de toda la vida

Los científicos analizaron más de 123 mil resonancias magnéticas y lanzaron un sitio web para evaluar nuevas muestras.

El resultado final es una serie de gráficos que trazan algunas métricas cerebrales según la edad. Fuente: iStock
El resultado final es una serie de gráficos que trazan métricas cerebrales según la edad. Fuente: iStock

Si bien existen tablas métricas que evalúan el crecimiento de una persona según su altura, peso y la circunferencia de la cabeza, la ciencia aún tenía pendiente una tabla equivalente para medir el desarrollo del cerebro. Sin embargo, la espera terminó. Un conjunto de científicos reunió más de 123 mil resonancias magnéticas con el objetivo de crear las primeras tablas de crecimiento integral del desarrollo cerebral. Los gráficos muestran cómo este órgano se expande rápidamente en los primeros años y luego se encoge lentamente con la edad. “Se trata del primer trabajo sistemático que estudia el cambio de la morfología y el volumen del cerebro a lo largo de la vida”, explica Juan Chiesa, doctor en Ciencias Biológicas y docente investigador de la Universidad Nacional de Quilmes.

El trabajo “Gráficos cerebrales para la vida humana”, liderado por Richard Bethlehem, de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), y Jakob Seidlitz, de la Universidad de Pensilvania (EE UU), reúne 123.894 resonancias magnéticas de 101.457 personas, que abarcaron desde fetos de 16 semanas después de la concepción, hasta adultos de 100 años. Chiesa, que también forma parte del Laboratorio de Cronobiología de la UNQ, señala que “es un modelo estadísticamente muy potente. Muestra la variabilidad natural que hay en los individuos“. El resultado final del trabajo es una serie de gráficos que trazan métricas cerebrales según la edad.

“El trabajo es impresionante” define Chiesa. Y luego continúa: “Proporciona un modelo para poder interpretar el cambio morfométrico del cerebro a través del análisis de las subregiones de este órgano (como la materia gris y blanca), la velocidad de crecimiento y el cambio en el volumen a lo largo de los años. Además, exhibe la diferencia por sexo, demografía y condición patológica”.

El trabajo exhibe, entre otras cosas, que el volumen de la materia gris alcanza su punto máximo temprano en el desarrollo de una persona, mientras que la materia blanca (que se encuentra más profundamente en el cerebro) tiende a alcanzar su punto máximo alrededor de los 30 años. Además, si bien los investigadores ya sabían que el volumen ventricular (es decir, la cantidad de líquido cefalorraquídeo que se encuentra en el cerebro) aumenta con la edad, pudieron notar la rapidez con la que tiende a crecer en la edad adulta tardía.

Uno de los gráficos que presenta el trabajo. La línea naranja corresponde al volumen de la materia gris, la rosa a la de la materia blanca, la azul a la ventricular y la celeste al grosor cortical. Crédito: Nature
Uno de los gráficos que presenta el trabajo. La línea naranja corresponde al volumen de la materia gris, la rosa a la de la materia blanca, la azul a la ventricular y la celeste al grosor cortical. Crédito: Nature

Debido a que la estructura cerebral de una persona varía respecto de otra, los autores debieron reunir una gran cantidad de imágenes para crear un conjunto de gráficos con valor estadístico. Sin embargo, realizar resonancias magnéticas resulta muy costoso y lleva tiempo. En este sentido, los autores contactaron a investigadores de gran parte del mundo para solicitarles sus datos de neuroimagenes. Luego, utilizaron modelos estadísticos para extraer la información de las resonancias sin importar el tipo de artefacto que se utilizó en cada una de ellas.

Chiesa explica que “lo que hacen es corregir las trayectorias de cambio no lineal de los distintos individuos y lo incorporan dentro de un modelo general para tratar a los individuos de manera similar”. El trabajo enumera alrededor de 200 autores y cita el trabajo de cientos de personas que colaboraron con la provisión de las imágenes cerebrales.

No obstante, más allá del número impactante de resonancias, carece de representatividad: las imágenes cerebrales obtenidas provienen en su gran mayoría de América del Norte y Europa y, en particular, de poblaciones blancas, en edad universitaria, urbanas y acomodadas. En cambio, solo incluye tres conjuntos de datos de América del Sur y África, lo que representa alrededor del 1 por ciento de todas las imágenes cerebrales utilizadas en el estudio. 

De todas maneras, para avanzar en la inclusión, los investigadores han lanzado un sitio web, con la intención de actualizarlo en tiempo real, a medida que reciban más resonancias magnéticas de todo el globo. “Cualquiera puede introducir los datos de su resonancia magnética y predecir las trayectorias de cambio en cuanto a la morfometría de su cerebro, a través del modelo ‘BrainChart’”, comenta Chiesa. “Es decir, yo tengo esta resonancia magnética, con esta demografía, esta condición de sexo y esta patología y puedo ver para dónde ira mi cerebro a lo largo de mi vida. Tiene un valor predictivo muy fuerte”, remata.


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Luciana Mazzini Puga

Licenciada en Comunicación Social (UNQ).