“Argumentos en una baldosa”: un libro para pensar y cuestionar
Valeria Edelsztein y Claudio Cormick invitan a sus lectores a revisar los planteos de filósofos y filósofas en un recorrido de diez capítulos.
El corazón de la filosofía es argumentar y el motor del conocimiento son las preguntas. Bajo estas premisas, nace “Argumentos en una baldosa” (Tanta Agua Editorial) un libro que invita a pensar y discutir los razonamientos de los grandes filósofos. Sus autores, el filósofo Claudio Cormick y, la doctora en Química, Valeria Edelsztein, dialogaron con la Agencia de Noticias Científicas de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ). “El lector puede seguir el mismo razonamiento que siguió Platón y evaluar si está bien o no. Es una invitación a discutir, queremos que nuestros lectores debatan. Creemos que la buena divulgación trata de generar pares y no admiradores”.
El libro surgió a partir de una charla cotidiana y un posterior hilo de Twitter. Cormick relata: “Le estaba contando a Vale que un argumento de David Hume era muy fácil de explicar y lo comparé con que ‘era como jugar en una baldosa’. Automáticamente, a ella se le ocurrió hacer un hilo de Twitter para difundir filosofía”. Con el hashtag #ArgumentosEnUnaBaldosa, los autores comenzaron a divulgar la disciplina mediante el uso de memes que van desde canciones de Chayanne hasta escenas de los Simpsons.
A partir del ida y vuelta con sus seguidores, Cormick y Edelsztein notaron que había una “buena razón” para hacer divulgación dirigido a un público más masivo e incluso hacerlo participar. Cormick entiende que la filosofía es “portátil”, es decir que, a diferencia de la divulgación científica, en el argumento todas las piezas están sobre la mesa. En esta disciplina, se presenta un razonamiento y se plantean todas las premisas; en el campo científico, en cambio, solo se suelen comunicar resultados: los éxitos, pero no el proceso.
En este sentido, los autores proponen a sus lectores un recorrido de diez capítulos (baldosas) para repetir el mismo ejercicio de argumentación que utilizaron autores como Bernard Williams, Judith Jarvis Thomson o Donald Davidson. De esta manera, el público puede corroborar si estas premisas lo convencen o aportaría otras. “No tomamos por tonto al lector, sino que lo vemos como un ser humano que tiene una materia gris sofisticada producto de millones de años que le permite pensar y lo invitamos a razonar juntos”, comenta Cormick. Además, dentro del juego de interacción que propone el libro, los lectores y lectoras pueden elegir leer de manera lineal las “baldosas filosóficas”, o bien, escoger un capítulo al azar y realizar su propio recorrido.
Por su parte, Valeria Edelsztein afirma que escribir un libro sobre filosofía fue un desafío. “Yo vengo del palo de la química y justamente por eso hago preguntas muy genuinas porque no entiendo del tema”, explica la comunicadora científica. Y agrega: “Eso ayuda a pensar cómo hacer para llegar a todo el público que no tiene formación en esa materia. Si bien yo leí a los autores y tengo experiencia en comunicación, para mí fue aprender cosas nuevas”.
Por qué leerlo
Siguiendo el objetivo de “Argumentos en una baldosa”, los autores proporcionaron a la Agencia dos razones para convencer al público de leer el libro. En primer lugar, explican que no solo se trata de una introducción a la filosofía, sino también a la práctica de hacer filosofía. En segundo lugar, el libro proporciona algunas herramientas para entender de qué depende un buen argumento y cómo construir los propios. “El libro va más allá de leer aportes filosóficos, invita a introducirse en la práctica de la argumentación”, detalla Cormick.
“La sensación cuando aprendés algo nuevo es parecida a gritar ¡eureka!, es como cuando estudiás matemática y decís: ¡Ah, por esto pasa esto! Entonces, si alguien lee nuestro libro y siente esa sensación, es un desafío cumplido”.
— Valeria Edelsztein, autora de Argumentos en una baldosa.
A modo de conclusión, Edelsztein afirma que una de sus metas es que la gente comprenda el razonamiento de los filósofos. “La sensación cuando aprendés algo nuevo es parecida a gritar ¡eureka!, es como cuando estudiás matemática y decís: ¡Ah, por esto pasa esto! Entonces, si alguien lee nuestro libro y siente esa sensación, para nosotros es un desafío cumplido”.
