La proeza de Eliud Kipchoge: Cuando el récord se bate antes de la largada

Para la psiquiatra María Juana Brady, el maratonista de Kenia es un ejemplo por “ver en la dificultad la posibilidad para hacer algo distinto”.

Eliud Kipchoge. Créditos: elelmundo.es
Eliud Kipchoge. Créditos: elelmundo.es

Exactamente una semana después de la maratón de Buenos Aires, tuvo lugar en Berlín un evento deportivo especial. Los aficionados a la disciplina sabrán que se trata de un terreno prácticamente carente de irregularidades. Propicio para la superación de quien busca disminuir sus tiempos, mejorar su velocidad. No es casual que la mayoría de los últimos 8 récords mundiales se hubieran obtenido allí. Bajo estas premisas, no parece ser una excepción el hecho de que el keniata Eliud Kipchoge haya batido su propio récord llevando a las 2 horas, un minuto y 9 segundos el recorrido de los 42,195 km, a la edad de 37 años.

Cabe destacar que el mismo deportista cuenta en su haber con una performance por debajo de las 2 horas en Viena en 2019 que, sin embargo, no fue reconocida como válida por considerarse que su desempeño se había hecho en condiciones irregulares.

De origen sencillo y agreste, criado por su madre viuda, a temprana edad comenzó a correr. Y tras fracasar en la incorporación al equipo Olímpico de atletas de su país en 2012 empezó a enfocarse en maratones. De técnica precisa y vida particularmente dedicada como un sacerdocio a su progreso como atleta, se destaca entre sus colegas por su gusto por la lectura y la filosofía. Lo que en contexto de su entrenamiento constante complementa el desarrollo de una mente enfocada para tolerar la extensión que comporta esta disciplina y que hace culto del sacrificio.

En sus propias palabras: “Si quieres triunfar el día de la carrera, debes alimentar tu convicción todos los días en la práctica”. Con humildad no deja de reconocer que su extraordinario desempeño ha sido a base de un trabajo de equipo, haciendo caso omiso de las sospechas de dopaje que trasuntan desde los hallazgos en atletas compatriotas y desde la ruidosa repercusión del ciclista Lance Armstrong por su actuación en el Tour de France 2005.

En esta misma línea dice Eliud que no fue a buscar un récord, sino a correr una carrera. Con su mente allí puesta y fiel a su plan de iniciar los primeros 30 km a mayor potencia, disminuyendo luego hacia los 35km, sosteniendo su voluntad hacia el final.  Sirve como ejemplo de disciplina, superación y amor por el deporte; pero sobre todo por la inteligencia de ver en la dificultad una oportunidad para hacer algo distinto.


* María Juana Brady es médica psiquiatra y coordinadora del programa deportivo del Dispositivo Pavlovsky.

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