Fernando Signorini: “Si el fútbol no sirve como elemento transformador, no sirve para nada”

El expreparador físico de Maradona dialogó sobre fútbol y deporte. Con una mirada crítica, analizó la situación actual y reflexionó sobre el futuro inmediato.

Fernando Signorini preparó físicamente a jugadores de la talla de Maradona, Messi y Riquelme. Créditos: Magalí Sánchez.
Fernando Signorini preparó físicamente a jugadores de la talla de Maradona, Messi y Riquelme. Créditos: Magalí Sánchez.

“Cuando la pelota saltó de los terrenos de juego al escritorio de los grandes empresarios, esto se transformó”, dice Fernando Signorini citando a Cesar Luis Menotti, uno de sus referentes. Además de haber sido entrenador personal de Maradona entre 1983 y 1994, preparó futbolísticamente a Lionel Messi en el mundial de Sudáfrica 2010 como parte del cuerpo técnico de Diego. Más allá de sus laureles como preparador físico, ‘el profe’ se destaca por su visión particular del fútbol y del deporte, asociados a fines éticos, sociales y culturales, lejos de la visión imperante que lo transformó en un negocio de pocos donde el resultado es lo único que importa. En el estudio de televisión de la Universidad Nacional de Quilmes, el hombre nacido en Lincoln (provincia de Buenos Aires) conversó con la Agencia de Noticias Científicas de la UNQ sobre estos y otros temas.

-Hace mucho hincapié en el fútbol como hecho cultural y formativo. Incluso sostiene que es una herramienta pedagógica para una sociedad más justa. ¿Por qué?

-Porque nació con esa idea. Con el tiempo, el mundo de los grandes negocios se apoderó de él. Pero, como alguna vez dijo Ángel Cappa, si el fútbol no sirve para hacernos mejor, para qué sirve. Es un hecho cultural, solo que hace tiempo detecté que está siendo usado por el sistema con el objetivo de frivolizar, estupidizar y vulgarizar. Hay que volver a las fuentes, por eso reclamo que los mecanismos del Estado a través de los diferentes ministerios tendrían que exigir otro trato. Hace poco me invitaron para elaborar una especie de protocolo ético acerca de lo que se puede decir en los programas deportivos. Pero cuando vos proponés el control de contenidos te salen con el tema de la libertad de expresión. 

-¿Cuál es su evaluación al respecto de este tema tan sensible y complejo como la libertad de expresión?

La libertad de expresión es una porquería. Si a través de los medios te dicen que hay que ganar de cualquier manera, que el segundo no existe, que perder es un fracaso y que ganar es lo único que importa, para qué dedica el Estado más del seis por ciento del PBI en educación. En el caso de los suicidios de futbolistas, también tienen que ver con ese tipo de mensajes que se bajan desde los medios que ejercen tanta presión sobre los chicos y sus familias. En parte los medios son responsables que esos chicos hayan tomado esas decisiones. Entonces, qué espera el Estado, cuál es el rol que tiene que cumplir. Simplemente le sirven al gran negocio. Como dijo Cesar Luis Menotti, cuando la pelota saltó de los terrenos de juego al escritorio de los grandes empresarios, esto se transformó. 

-¿Qué futuro tiene el fútbol a partir de este análisis?

-Se parece bastante al futuro de la sociedad argentina. Hay que buscar el futuro en el pasado. Un pasado que nos hizo conocidos, respetados, admirados y hasta envidiados por muchas partes del mundo. Hoy en día, ni nos conocen, ni nos envidian, ni nos respetan. Se ha perdido en el camino en una sociedad a donde prácticamente los valores no existen, el individualismo está por encima de todo, la trivialización de las masas y los casos de violencia están a la orden del día. Fuimos el hazmerreir del mundo cuando una votación impar en la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) terminó en empate, desmintiendo las teorías matemáticas que con tanto trabajo realizaron los científicos.

-Usted trata de mantenerse ajeno a esta realidad.

Estoy en la vereda de enfrente del poder, porque tuve a uno a mi cargo durante muchos años (Maradona) que jugaba bastante bien y tenía esa actitud. Como alguna vez dijo Oscar Wilde, una de las mejores aptitudes de los seres humanos es su poder y su decisión de rebelarse ante las injusticias que el poder comete en cualquier parte del mundo. Por ejemplo, el Che dijo que un buen revolucionario es aquel que siente como propia cualquier injusticia que se cometa en cualquier lugar del planeta.

Las villas sean unidas

No se quedó solo en la denuncia sino que también tuvo la idea de formar un club como Villas Unidas.

-Desde hace mucho tiempo venía pensando cuánto reciben a cambio estos clubes donde se forman los chicos que son de extracciones sociales muy precarias. Cuánto recibió Fiorito de Diego, cuánto Fuerte Apache de Carlitos Tevez o Pacheco de Riquelme, no reciben nada. Entonces pensé que habría que hacer algo como para que los derechos federativos y económicos sean de los clubes de donde salen los chicos, a donde incluso se los alimenta desde muy pibes porque no tienen ni para comer. 

-¿Cuál es el objetivo del club?

-Está hecho para incluir en el sistema a casi cinco millones de habitantes. En el país hay cerca de cinco mil barrios populares, asentamientos y villas. El propósito era, a través del deporte, concretar algunos de sus sueños, porque creo que tienen derecho a tener sueños y concretarlos. Y si no es a través del deporte, también se crearon escuelas de oficio para que puedan tener una luz al final del túnel, porque la vida que trascurren esos chicos está rodeada de tinieblas. Además, tienen que soportar cosas como la que dijo la exgobernadora María Eugenia Vidal ante la opulenta mesa de la Sociedad Rural que ‘para qué vamos a construir universidades, si sabemos que los pobres no llegan’. En una sociedad que tiene serios problemas, si el fútbol como hecho cultural no sirve como elemento transformador, no sirve para nada.

-¿En qué situación está en la actualidad?

-A través del contacto realizado con la AFA, aceptaron a Villas Unidas como un club y ya las chicas de la división C del fútbol argentino están jugando con mucho entusiasmo. La pandemia ralentizó todo pero las ganas siguen siendo las mismas. Ahora comenzaron los chicos a jugar en las categorías inferiores y creo que, si el Estado reacciona y a alguien se le ocurre darle una mano a este proyecto, no me caben dudas que en muchos años Villas Unidas puede llegar a ser uno de los clubes más importantes.

-¿Por qué?

Los grandes jugadores van a seguir saliendo gracias a la perversidad del sistema de esos lugares. No van a salir de los barrios más opulentos o privilegiados, ahí a lo mejor son jugadores de polo o se dedicarán a estudiar. Pero los jugadores de fútbol, tanto como los boxeadores, van a seguir saliendo de esos lugares.

En el estudio de TV de la Universidad, Fernando Signorini conversó con Nicolás Retamar. Créditos: Magalí Sánchez.
En el estudio de TV de la Universidad, Fernando Signorini conversó con Nicolás Retamar. Créditos: Magalí Sánchez.

Llamado a la rebelión

-En su libro Fútbol, llamado a la Rebelión, habla de la deshumanización del deporte. ¿Cuál es su lectura sobre el fútbol y el deporte profesional de hoy?

-Es una patología, no solamente el fútbol sino el deporte profesional, porque está cargado de presiones y tensiones. Además, antes que nada, entrenar es educar. Eso hay que tenerlo muy en cuenta porque de uno que llega, son miles los que quedan en el camino. El deporte nació con la idea de mejorarnos, ayudarnos a tener una buena salud y de proyectarla en el tiempo. Sin embargo, cómo es posible que todavía se siga permitiendo el boxeo en hombres y mujeres sin la protección debida que los ponga a salvo de una de las cuarenta patologías que un solo golpe te puede producir en la cabeza. El gobierno tiene que reaccionar de una vez por todas para que Argentina pueda dar el primer paso hacia la humanización, que es imprescindible que vuelva a imperar en el campo deportivo. 

-Se utilizan a los futbolistas como marionetas y después son descartados cuando terminan su carrera. En este camino, los únicos que quedan son los dirigentes que emplean a los clubes como plataformas para otros fines.

-Por ejemplo, para ser presidente. De qué otra manera hubiera sido este muchacho (Mauricio Macri) si no hubiera sido presidente de Boca. Lo mismo fue el caso de Berlusconi en Italia, necesitó hacerse presidente del Milán a pesar de ser archimillonario. A través de la caja de resonancia que es el fútbol, pudo erigirse en presidente de ese país.

-Conoció de cerca a Maradona, uno que se enfrentó al poder, a Havelange, a Blatter, y no solo denunció sino que también creo el sindicato de futbolistas en su momento.

-Claro, porque eso fue antes del mundial 86. Yo le decía que se iba a jugar con menor presión parcial de oxígeno, altísima temperatura, altísimo smog, en la altura del Distrito Federal de México y a la una de la tarde. Lo hablamos mucho eso hasta que Diego salió a decir que en esas condiciones no se debería jugar.

-Esa vez quedó en la denuncia, que fue respondida por el entonces presidente de la FIFA.

-Le valió la respuesta del jefe de la patronal, Havelange, que dijo que los jugadores se callen y jueguen. Yo le dije que se equivocó, que no debería haberse callado y no debería haber jugado. Tendría que haberle parado el mundial en medio de la competencia. Pero todavía los jugadores no se deciden a organizarse, a prepararse y a tomar las riendas de la FIFA y la AFA. Sin ellos en el escenario no hay espectáculo. 

El mural inaugurado en la Universidad de Quilmes junto al aula 10, Diego Armando Maradona. Créditos: Magalí Sánchez
El mural inaugurado en la Universidad de Quilmes junto al aula 10, Diego Armando Maradona. Créditos: Magalí Sánchez

-Sin embargo los hechos de corrupción vinculados al fútbol son cada vez más frecuentes.

-Ahora mismo se va a jugar el mundial en una sede que fue otorgada gracias a hechos de corrupción que ya fueron debidamente denunciados y que les costó la cabeza a todos los dirigentes de la FIFA y las federaciones. La Copa del Mundo se jugará en un lugar donde siete mil obreros de origen muy humilde murieron en la construcción de los estadios. Salvo excepciones, ningún futbolista dice nada. Alguien tiene que reaccionar porque si no esto es un circo romano en su nueva versión. Sinceramente, este mundial no me ocupa, no me preocupa de ninguna manera.

-Blatter dijo en estos días que era un error jugar el mundial en Qatar, 12 años después de la elección de la sede.

-Entonces que devuelva lo que le habrá tocado seguramente, que empiece por ahí. Te repito, si esto no lo cambian los jugadores, no lo cambia nadie. Los Estados no están dispuestos porque el negocio del mundial va dejar más de seis mil millones de dólares en las arcas de la FIFA. Además, el dinero de los viajes, la alimentación y el merchandasing es brutal.

Periodistas de espectáculo

-En vez de visibilizar estas situaciones, los principales periodistas deportivos y programas transcurren debatiendo quién tiene que jugar y se generan debates que no llegan a ningún puerto.

El 99 por ciento del periodismo deportivo trata al fútbol con mucha frivolidad. Se pelean si juega este o el otro, y lo dicen tipos que en su vida jugaron a nada, que en una competencia no podrían ni participar. Sin embargo, extrañamente la gente los escucha y los sigue, le colonizan el cerebro hasta en eso. Realmente es muy preocupante, porque además estoy seguro que el éxito está asegurado.

-¿Cómo sería eso?

-El éxito para mí es cuando uno se esfuerza en dar el máximo de uno, tanto en el estudio, como amigo, como padre, como hijo, como lo que sea. Los jugadores y los miembros del cuerpo técnico van a dar el máximo porque además no hay nadie más interesado que ellos en que la cosa salga bien. Pero a lo mejor, los imponderables del fútbol te juegan en contra y terminamos eliminados en la primera ronda. Si es así, el éxito está asegurado igual.

-Sin embargo hay una frase muy popular en el fútbol que del segundo no se acuerda nadie.

-Hasta en eso se equivocan porque me acuerdo perfectamente del Huracán del 79 y de Alemania del 74. A veces pienso que para decir estupideces hacen falta estúpidos y el ambiente está lleno.

-Diego dijo de usted que fue un maestro. ¿Qué tiene para decir usted de él?

-Que tenía un concepto bastante errado de lo que es la formación. Era exagerado para todo así que es probable que lo haya dicho. 

-¿Quién es Fernando Signorini?

-Yo soy lo que soy y soy aquello que quise ser, que ser sin haber querido, no tiene razón de ser. Algunos son y no saben las razones ni el porqué de haber sido como son sin haber querido ser. Entonces no son ni han sido, y ya nunca podrán ser. Soy lo que quise ser


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Nicolás Retamar

Redactor. Docente y licenciado en Comunicación Social.